Las relaciones entre México y España siempre habían sido de primer nivel, hasta que, en 2019, el presidente Andrés Manuel López Obrador dio inicio a una de sus campañas mediáticas para distraer la atención de los problemas generados por una administración pública distanciada de la ley, de la rendición de cuentas y, por supuesto, de los buenos resultados; al quejarse de que el rey de España no contestó su solicitud para que se disculparan por los abusos cometidos durante la Conquista. 

De esta declaración, el presidente pasó a una más grave, al señalar que la relación con España entraba a una pausa porque “no ha habido de parte de ellos una actitud de respeto”. Sin embargo, esta crisis diplomática no provocó que el empresariado español se alejase de México, puesto que España se mantiene como el segundo inversionista más importante en nuestro país, con un volumen de operaciones superiores a los 600,000 mdp anuales, con la presencia de empresas y bancos tan importantes como BBVA, Santander, Iberdrola, Naturgy, Repsol, Acciona, Meliá, NH, Barceló, Iberostar y RIU; pero, además, esto colocó a España como el nuevo destino favorito de las mujeres y hombres del dinero en México para invertir y para vivir. 

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Aunque habría que preguntarles sus razones, encuentro que hay tres factores evidentes: 

1. España es uno de los países que cuentan con una regulación más abierta a la inversión extranjera. 

2. Las “visas doradas” pueden obtenerse tras comprar inmuebles por un valor mínimo de 500,000 euros, tras realizar una inversión en títulos de deuda pública española por 2 millones de euros, tras invertir 1 millón de euros en acciones o participaciones sociales de empresas españolas o depósitos bancarios en entidades financieras españolas, y/o tras invertir en proyectos empresariales especiales de interés general (sin especificar un monto mínimo). 

3. No necesitamos de una visa, existe afinidad cultural y hablamos el mismo idioma; nuestros nombres y apellidos no son vinculados en automático con cárteles y los procedimientos para el congelamiento de cuentas bancarias no son tan agresivos como los de Estados Unidos. 

En palabras (más o menos textuales) de un antiguo cliente: Moví mi dinero de Miami a Madrid y me siento de lo más tranquilo. 

Por ello, me atrevo a pronosticar que, para 2023, se comenzarán a tomar decisiones estratégicas desde Madrid, a cargo de las dueñas y dueños de empresas en México. Pero, si usted requiere algo más tangible, le dejo un dato revelador: la firma mexicana Chevez, Ruiz, Zamarripa ya tiene oficinas en Madrid para, por lo que he leído, competir de tú a tú con las firmas de abogados españolas y seguramente atender a los magnates mexicanos que hayan migrado a España junto con sus capitales o que estén en proceso de hacerlo. 

Parafraseando a José María Cano: No hay marcha en Nueva York y estoy loco por irme a Madrid.

 

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