Llegar a una carrera como éstas cuesta hasta 5 millones de pesos, pero los ganadores sólo obtienen la satisfacción de ser los primeros. Gabriel Marín padre y Gabriel Marín hijo intentarán ganar el reto que impone la Carrera Panamericana 2015: más de 3,000 kilómetros, recorridos durante siete días desde Tuxtla hasta Durango. ¿Cuáles son sus estrategias para lograrlo?

  Desde las primeras horas del lunes 12 de octubre, Gabriel Marín y parte de su equipo arribaron a la ciudad de Tuxtla Gutiérrez, en Chiapas, lugar de partida de la edición 28 de la Carrera Panamericana en su era moderna, la más importante de su tipo a nivel mundial, en donde cerca de 180 pilotos de 12 países conducirán autos clásicos de primer nivel (con al menos 40 años de antigüedad) en pos del primer premio. Se trata de la carrera más larga y la de mayor participación en todo el mundo: 3,000 kilómetros que recorrerán los pilotos en siete días, pasando por varios lugares de la República Mexicana como: Chiapas, Oaxaca, Ciudad de México, Toluca, Morelia, Guanajuato, Zacatecas y Durango. Aunque poder participar en una carrera como la Panamericana cuesta hasta 5 millones de pesos, los ganadores no obtienen mayor premio que la satisfacción de ser los primeros en cruzar la línea de meta. Gabriel Marín, piloto experimentado y de un linaje de pilotos campeones, está consciente de los retos, pero también se sabe seguro en cuanto al nivel de preparación que demanda la Panamericana 2015: “Ya estamos en Tuxtla, los coches vienen en camino. Estamos prácticamente listos. El coche ya se probó en el autódromo, en carretera; en cuanto llegue, se va a probar en Tuxtla. Físicamente estamos al 100%. Hicimos una preparación de prácticamente un año, ya hicimos el recorrido previo a la carrera, y los levantamientos de cada una de las etapas. Fue prácticamente un mes y medio de estar dando vueltas en la ruta. Tenemos todas las notas listas.” Conforme se acerca el día, los nervios del equipo crecen y se tiene más claridad de los obstáculos a vencer. “Los retos a los que nos enfrentamos primero es con nosotros mismos: vencer la tensión y el estrés de correr una carrera de este tipo; luego, ir contra nuestro mejor tiempo, tratar de mejorar lo que hemos hecho en años anteriores y, sobre todo, llegar en primer lugar, ésa es la idea. Vamos a ir paso a paso, tratando de ganar cada una de las etapas, cada uno de los días y de llegar a la cabeza”, dice el piloto. Este jueves 16 de octubre, cerca de las 19:00 horas, Gabriel Marín, en mancuerna con su hijo Gabriel, encenderán el Studebaker 1954, un auto único en su tipo, en pos del triunfo en una carrera que es una suerte de Gran Premio de Fórmula Uno de México, la cual se lleva a cabo en nuestro país desde los años cincuenta y que implica un currículum de peso a nivel global. Ganar la Carrera Panamericana 2015 implica la satisfacción de ser el primero en llegar a la meta; no hay dinero de por medio, pero sí una inversión considerable de dinero y esfuerzo. Como nos cuenta Gabriel, “en las carreras dependemos de los patrocinadores. La inversión para esta carrera es muy fuerte, anda alrededor de tres millones y medio de pesos, sólo el auto, y un millón entrar a la carrera. La inversión sólo para un evento de este tipo es de cuatro millones y medio, a cinco millones de pesos. Es un gran reto, y afortunadamente tenemos patrocinadores importantes que nos ayudan a solventar este tipo de gastos”. Los Marín tienen bajo el casco tres fortalezas que los pueden acercar a la meta sobre sus competidores: su equipo, la preparación, y el auto que conducirá:
  1. El equipo técnico lo dirige Efraín Vega Andrade, quien es el director de la parte mecánica del auto; él fabricó el coche desde cero. Ha ganado la Panamericana como preparador 17 veces, y en palabras de Gabriel, “es el mejor preparador de este tipo de coches en México. Lo conozco desde hace más de 30 años, prepara autos de Nascar, Turismo. Es el mejor equipo que hay para hacer autos, sobre todo de ocho cilindros, y en especial para este tipo de carreras; las tiene perfectamente dominadas: son unos expertos y los resultados hablan por sí solos”. Estamos hablando de un equipo de 40 personas, todas dirigidas por Efraín Vega, y ya en el auto cerca de doce.
  2. Preparación. “Tenemos preparadores físicos y nutriólogos que durante más de un año estuvieron pendientes de nuestro desarrollo para llegar al 100% a la carrera, rutinas específicas para fortalecer los brazos, la espalda media y las piernas. La alimentación es muy precisa, hay objetivos claros: primero, para bajar de peso, y después, mantenernos, estar hidratados, tener la suficiente energía para enfrentar un reto de siete días y más de 3,000 kilómetros, que no es fácil. Las pruebas que hemos hecho a bordo del auto son duras: te bajas del auto y terminas exhausto, entonces imagina siete días seguidos… Es un reto importante. Es demasiada tensión y manejar un coche de dos toneladas con más de 550 caballos de potencia es todo menos fácil; por eso tenemos que estar lo más cercanos al óptimo posible físicamente, y mentalmente trabajamos mucho con hipnotistas, psicólogos y gente que nos ayudó para saber manejar el estrés y la tensión que implica esto.”
  3. El auto. Encontrar el bólido perfecto para correr tampoco es una decisión que se toma a la ligera. El Studebaker 1954 es el auto que más ha ganado la Panamericana: tiene 20 triunfos. Se trata de una máquina de precisión que nació adelantada a su época, aunque su carrocería es moderna. Como nos dice Gabriel: “Es un Nascar 100%, es un auto que tiene una penetración importante en el aire y le da muchas ventajas sobre los demás, como los Mercury o los Ford de esa época. Decidimos comenzar de cero y no adquirir un auto remodelado. Es la última edición de los Studebaker fabricados en México. Lo probamos ya en varias etapas y se comporta impresionante, de manera sensacional: frena, da vueltas excelentes, es un muy buen auto el que nos trae Efraín Vega.”
Los Marín han ganado de forma mixta más de diez campeonatos de rallies a nivel nacional. Este 23 de octubre sabremos si el último tramo verá llegar a la cabeza el Studebaker de Gabriel al volante. Padre e hijo rumbo al triunfo

 

Siguientes artículos

Presupuesto 2016: menos acceso a la tecnología en México
Por

Resulta paradójico que cuando la tendencia en el mundo es invertir y fomentar el desarrollo de las TIC, en México se dan...