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Los políticos no tomaron en cuenta los intereses de los empresarios, por lo cual entraron directamente al sistema político, explica Carlos Alba Vega, profesor-Investigador del Colegio de México (Colmex). “El CCE y Coparmex nacieron por motivos políticos y no por un tema económico”, dice el investigador. “Ambas organizaciones desde los años 80 y 90 participan activamente y cambiaron dependiendo de las coyunturas concretas políticas, sociales y económicas de la economía mexicana”, agrega el investigador. Los empresarios hasta cierto punto eran satanizados en la política, así como había un pacto de que el estado debería de representarlos, menciona el académico. “Había una cierta idea de que los empresarios no se deberían meter en la política; hasta ellos mismo no querían meterse en la política, porque consideraban que la política es un asunto sucio donde no te debes meter”. En un extremo se sitúan los darwinistas sociales, en la estela de John D. Rockefeller, quienes creen que la riqueza es síntoma de virtud y que son los virtuosos (Platón estaría de acuerdo) los que deben gobernar el mundo; en el otro, los que, como Honoré de Balzac, piensan que detrás de toda gran fortuna hay un crimen. “Los laicos y los empresarios deben participar en política para mejorarla”, manifiesta Enrique Solana Sentíes, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur). Hay empresarios y líderes empresariales que piensan hacer algo a favor del país participando en política y actuando distinto a los políticos, dice el representante del comercio organizado. Cada vez los partidos tienen más competencia y requieren mejores candidatos para ganar elecciones, por lo que buscan a las personas con la mejor imagen y prestigio para contender por un partido político, menciona. “Hay interés y gusto por la política, así como hay muchas razones y es complicado valorar el motivo qué tomaron algunos de los empresarios para pasarse a la política”, explica. —¿Hay desconfianza en los políticos?, se le cuestiona a Solana Sentíes. —Al contrario, los empresarios están viendo áreas de oportunidad, no creo que nadie se pase a la política para sacar a los que están, sino se pasa a la política para hacerla mejor.***
¡Qué bueno que haya empresarios que tengan la oportunidad y la capacidad de participar en la política!, lanza Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC). “Es muy correcto que empresarios participen en la política; no está peleado y es necesario separar muy bien la función de cada quién”. Es decir, no mezclar ni usar el fuero político para obtener prebendas ni verse favorecido con las acciones adoptadas. Según el constructor, la sociedad deja de creer en los políticos por los sistemas y esquemas de operación de gobierno que provocaron falta de transparencia y corrupción. El empresario que ingrese a la política debe entender que hay un hartazgo social y molestia por la corrupción generada en la administración pública, por lo que deben existir acuerdos para erradicar ese mal que aqueja a la economía mexicana, expresa. “Ya dejamos atrás el tema de las cuotas y no se deben dejar las posiciones políticas a alguien que no tenga la preparación ni el antecedente ni precedente para ser votado y ganar una elección”, manifiesta el empresario. —¿Por qué debemos votar por un empresario y no por un político?, se le inquiere a Arballo. —La decisión de votar por alguien tiene que ver con varias cosas: Una con quién es la persona, qué antecedentes e ideología tiene, así como qué tipo de organización política lo está postulado. Son los aspectos básicos por los que se debe votar. “Es viable que haya más empresarios candidatos a un puesto de elección popular, además es importante que como sector privado tengamos representantes en los tres poderes”, señala Manuel Herrera Vega, presidente de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin). “Veo muy loable que exista un mecanismo para que cualquier ciudadano con la intención de participar en el sector público y en la política la pueda hacer”, comenta Herrera Vega. Herrera Vega agrega que como sector privado siempre deben ser muy éticos para no manifestarse a favor ni en contra de un partido ni de un político en específico por el respeto a las empresas representadas en Concamin. “Tenemos nuestro propio sistema de cabildeo y siempre habido apertura de la clase política, pero mientras más representantes nuestros estén interviniendo será mejor”, asegura el joyero jalisciense.***
“Desde que el PRI se fundó tenemos representantes del sector empresarial ocupando posiciones ya sea desde el punto de vista ejecutivo o a veces desde el punto de vista legislativo”, recuerda David López, diputado del PRI. “La relación de los gobiernos del PRI y del PAN ha sido muy institucional con los empresarios de México”, dice el ex vocero presidencial Muchos de los empresarios, que participan en política, se han conducido a la altura de sus compañías, las cuales genera empleo y destinan fuertes sumas de dinero a inversiones productivas, comenta el diputado del PRI “Algunos de ellos son personas que tiene inquietudes políticas y han expresado su deseo de participar como fue el caso del Gerardo Gutiérrez Candiani, ex presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), que participó en el proceso interno del PRI para ser candidato a gobernador en Oaxaca”, recuerda López agrega que otro ejemplo es Jorge Dávila, diputado por Coahuila y ex presidente de la Concanaco Servitur, quien ahora es responsable de la Comisión de Economía de la Cámara de Diputados. Y en el extranjero actualmente hay varios casos donde los empresarios están gobernando. “Mauricio Macri es un empresario que le dio alternancia política a los gobiernos en América Latina, especialmente a Argentina. Anteriormente, el chileno Sebastián Piñera era un gran empresario y era el dueño de la línea aérea LAN, y ocupó la silla presidencial en Chile”. Donald Trump, mientras tanto, cada vez gana más adeptos en Estados Unidos en su campaña hacia la Casa Blanca. “Estoy contendiendo por la presidencia”, nos dijo Trump hace unos meses. “Mi fortuna es mucho mayor de lo que ustedes dicen. No me veo bien, para ser honesto. Quiero decir, me veo mejor si valgo 10,000 millones que si valgo 4,000 millones”. Seguramente dirá que se ve mejor como Presidente de Estados Unidos que como magnate de los bienes raíces o estrella de un programa de televisión para masas sin educación.