- ¿A quién se le va a cobrar?
- ¿Cuánto se le va a cobrar?
- ¿Cómo se va a cobrar?
- ¿Cuál será la tasa de interés?
- ¿Cuál es el precio?
- ¿Cómo se va poder pagar?
- ¿De qué manera se van a asignar los recursos?
- ¿Cuál es el destino de los recursos?
- ¿Quién va ejecutar ese dinero?
- ¿Quién va a vigilar, monitorear el correcto uso del dinero?
- ¿Por qué nos conviene, ambiental, económica y políticamente?
Las preguntas que no contestó la nueva Ley de Vivienda
La ALDF aprobó en lo general y en lo particular el dictamen con las observaciones y modificaciones hechas a la nueva Ley de Vivienda en la que se elimina el término plusvalía. El texto del Artículo 94 causó muchos problemas por la falta de claridad.
El pleno de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) aprobó en lo general y en lo particular el dictamen con las observaciones y modificaciones hechas a la nueva Ley de Vivienda en la que se eliminó el término plusvalía.
En el dictamen se ajusta el texto de los artículos que como el 26, en su fracción XX, hacía referencia a “la creación de mecanismos para combatir los procesos de acaparamiento, subutilización y especulación de los terrenos, que tiendan a revertir a favor de la sociedad las plusvalías generadas por el crecimiento urbano”.
Aunque desde un principio se dijo que no se trataba de un impuesto la confusión se generó.
Un impuesto es un tributo que se cobra a la mayoría y que no va etiquetado, va a una bolsa general de un presupuesto y que se utiliza normalmente para servicios públicos. El cambio al dictamen tiene el carácter de contribución. Una contribución, al contrario del impuesto, no es general, va etiquetado y su destino es fijo.
“Lo que se debió de hacer desde un principio era no sólo incluir el término, si no también acompañarlo de una propuesta normativa que incluya los mecanismos esperados de captación”, dijo Jorge Macías, director de Desarrollo Urbano de WRI México.
Para el directivo, las preguntas puntales que los constituyentes debieron responder son: