La trampa del gobierno: subsidiarse a sí mismo y no rendir cuentas
La clase política decide quitar el subsidio a la gasolina, pero la Federación entrega recursos a gobiernos locales sin pedirles cuentas sobre su uso.
Por Alejandro Medina
El gobierno federal está atrapado en una encrucijada en cuanto a los subsidios. Con la ayuda del congreso, ha decidido, por un lado, mantener el retiro relacionado con los precios de la gasolina, pese a las violentas e inusitadas protestas. Pero, por otro, subsidia presupuestalmente a gobiernos estatales y municipales, sin condicionarlos a que usen los recursos en obras y servicios de utilidad pública ni a que entreguen cuentas de ello.
Puede considerarse como positivo el retiro de la subvención a la gasolina, pues el subsidio beneficia, sobre todo, a un sector de la población que no lo necesita, pero en principio se debería de etiquetar lo recaudado con el impuesto a este combustible (unos 284,000 millones de pesos, mdp), señala Mariana Campos, coordinadora del Programa de Gasto Público y Rendición de Cuentas de México Evalúa.
También puedes leer: Gasolinazo aumentará gasto corriente de estados: Fitch
“Regresar a la etapa de subsidio sería un error; pero, por otro lado, es importante tomar en cuenta que, si queremos parecernos a los países desarrollados, tendríamos que haber discutido el monto que tendría el Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), además de las iniciativas específicas a las que se destinaría este capital, evitando a toda costa que se fuera a la cuenta común”, indica.
La “cuenta común” está desprovista de transparencia y termina en gasto corriente, en lugar de ir a gasto de inversión, que contribuya al crecimiento. Esto se ve cada año en el capítulo de gastos del Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF), que involucra las transferencias que el gobierno federal realiza a los estados y municipios: en 2012 se destinaron 588,000 mdp al Ramo 33, pero, al cierre del año ,se habían gastado 695,000 mdp. Algo similar pasó en 2015, cuando asignaron a ese mismo ramo 761,000 mdp, cifra superior en 66,000 mdp a la de tres años antes, y, aun así, no alcanzó y se gastaron 902,000 mdp.
La falta de dinero para este año llevó al gobierno y al Congreso a canalizar a este renglón menos que en 2012: 546,000 mdp; sin embargo, Campos considera que, de nuevo, la cantidad será rebasada. “Este creciente subsidio que vemos en los estados y municipios no está permitiendo que aumente la inversión en infraestructura”, sostiene.
Lo anterior rompe la credibilidad de una medida como el aumento al precio de las gasolinas. “Mientras las personas ponen de su parte aportando al crecimiento de la recaudación […] el gobierno no cumple con su parte”, concluye.