La llamada guerra comercial entre China y Estados Unidos que encabeza el gobierno de Donald Trump alcanzará a las automotrices alemanas BMW y Mercedes-Benz. El día de ayer se dio a conocer que China aprobó una lista de gravámenes a importaciones estadounidenses como soja, aviones, autos, carne y productos químicos, en respuesta a los aranceles que el gobierno estadounidense busca colocar a productos chinos con valor de 50,000 millones de dólares (mdd). A pesar de ello, el mandatario estadounidense rechazó que se trate de una batalla entre ambos gobiernos. “No estamos en una guerra comercial con China, esa guerra se perdió hace muchos años por las personas tontas o incompetentes que representaban a los Estados Unidos. Ahora tenemos un déficit comercial de 500 mil millones al año, con robo de propiedad intelectual de otros 300 mil millones. ¡No podemos permitir que esto continúe!”, escribió Trump en su cuenta de Twitter. Ante este panorama, los fabricantes de autos BMW y Mercedes-Benz son los que más tienen que perder con las tarifas automotrices de la administración china, debido a que importan el mayor volumen de vehículos en China desde las plantas de Estados Unidos, de acuerdo con Robin Zhu, analista senior de Sanford C. Bernstein, citado por la firma de servicios financieros Seeking Alpha. “Los fabricantes de automóviles alemanes representaron más de la mitad de los 280,000 vehículos importados en China el año pasado, aunque esa cifra es muy pequeña en comparación con el volumen global de los principales fabricantes, y no incluye las operaciones de alianzas establecidas por General Motors y Ford”, señala el análisis. Al respecto, las automotrices estadounidenses invitaron a los dos gobiernos a resolver dichas problemáticas. “Continuamos pensando que ambos países valoran una industria automovilística vibrante y comprenden la interdependencia entre los dos mercados automovilísticos más grandes del mundo”, informó General Motors. “Alentamos a ambos gobiernos a trabajar juntos para resolver problemas entre estas dos economías importantes”, agregó Ford. Te recomendamos: ¿Y si Trump impusiera aranceles al acero y aluminio de México? Al mes de febrero de este año, las ventas de BMW en Europa abarcaban el 41%, seguido por el 28% de China, 18% en las Americas y el 13% en el resto de Asia, según el reporte financiero de la automotriz. La guerra comercial, que Trump niega Según analistas nacionales, entre las consecuencias más visibles por los aranceles impuestos por Estados Unidos, como el de las importaciones de acero y aluminio, está el inicio de una guerra comercial, en especial por parte de la Unión Europea y países asiáticos. “Tanto China como la Unión Europea advirtieron en días anteriores que tomarían represalias en contra de estas medidas, lo que empezó a generar temores de que se inicie una guerra comercial”, indicó el grupo financiero Monex en un documento publicado en marzo. “Y en esta guerra comercial que Estados Unidos está abriendo frente a China y a otras naciones, México debe desligarse de ellas porque es un país que ha respetado las reglas. No podemos olvidar que junto con eso está la reforma tributaria de Estados Unidos, que da beneficios fiscales a las empresas que están allá en ese sector y que eso en conjunto sería un mecanismo que no podrían subsanar y enfrentar las empresas mexicanas”, comentó José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).

 

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