Dos días antes del término del gobierno de Enrique Peña Nieto, la Procuraduría General de la República (PGR) exoneró al panista Ricardo Anaya del delito de lavado de dinero que se le imputó cuando fue candidato presidencial. Desde un principio, el exabanderado de la coalición Por México al Frente rechazó la acusación y aseguró que desde el gobierno federal se le buscara afectar electoralmente. “No existen datos de prueba suficientes aún de manera circunstancial que permitan acreditar el hecho con apariencia de delito de operaciones con recursos de procedencia ilícita”, indica la conclusión del expediente sobre el caso, al cual tuvo acceso el periódico Reforma. El documento, detalló el diario, está fechado el 28 de noviembre de 2018, dos días antes de que terminara la gestión de Enrique Peña Nieto- y fue suscrito por el subprocurador especializado en Investigación de Delincuencia Organizada, Alonso Israel Lira Salas. “La denuncia presentada por parte de la Unidad de Inteligencia Financiera, una vez concluida la investigación, no se acreditó la ilicitud del recurso, por el contrario, se estableció la existencia de los recursos y que devienen de un crédito”, se asentó. La acusación contra Anaya aseguraba que éste había lavado dinero con la venta de una nave industrial al empresario Manuel Barreiro. “Los recursos operados tienen su origen y destino en actividades lícitas, pues es claro que éstos se encuentran sustentados en diversos ingresos propios de su actividad económica inmobiliaria y un crédito bancario”, sostiene el expediente que declaró la absolución. Al respecto, el excandidato presidencial, en entrevista con el mismo rotativo, afirmó que si el gobierno no lo hubiera atacado de esa forma, el resultado de la elección hubiera sido más cerrado. “Nunca me atrevería a decir que si los infundios no hubieran ocurrido yo hubiera ganado la elección; pero sinceramente creo que el resultado sí hubiera sido más cerrado y que tendríamos contrapesos mucho más saludables para la democracia en las Cámaras (del Congreso). Pero en cualquier caso, no se trata de quedarnos atrapados en un pasado que no va a volver, lo importante es ver hacia adelante”, expresó. El panista, quien actualmente es profesor en la Universidad de Columbia en Nueva York, reconoció que le duele lo que pasó, pero insistió en que está de buen ánimo y seguirá trabajando por la democracia mexicana. Lee también: Presumen docencia de Anaya en la UNAM y la desmienten “Especialmente me duele porque lastimaron a mi familia, pero yo no me voy a quedar atrapado en el rencor”, señaló Anaya. “Estoy de muy buen ánimo, agradecido con la vida, agradecido con quienes me dieron su confianza, estoy disfrutando mucho a mi familia, estoy muy contento dando clases y absolutamente resuelto a dedicar el resto de mi vida al fortalecimiento de la democracia en México, hoy me toca hacerlo dando clases y lo seguiré haciendo desde la trinchera que me corresponda”, dijo.

 

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