DW.- La mayoría de los dispositivos móviles terminan, después de pocos años de uso, como chatarra. Según el Ministerio del Medio ambiente alemán, muy pocos se reparan y vuelven a utilizarse. Algo que debe cambiar.

Delgadez: un atributo codiciado en los teléfonos celulares, tabletas y computadoras portátiles. Generalmente, esa delgadez se consigue a costa de una mayor dificultad para hacer reparaciones.

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“En los nuevos modelos, las baterías suelen estar pegadas, al igual que los monitores, en cuyo caso el pegamento sirve para la impermeabilidad. La reparabilidad por lo general no tiene prioridad en la etapa de diseño. La delgadez, sí. Y eso difícilmente se consigue con piezas atornilladas“, dice Dorothea Kessler, gerente de comunicaciones de iFixit Europe, una comunidad de más de un millón de técnicos y aficionados, que exigen el derecho a poder reparar.

Apenas sale al mercado un nuevo aparato, se abalanzan sobre él, lo desarman e intentan volver a ponerlo en funcionamiento. Asignan puntajes, del 1 al 10, según la facilidad para reparar el dispositivo. Los Fairphones de segunda y tercera generación han obtenido el puntaje máximo.

Esa marca asigna mucha importancia a la reparabilidad. Por el contrario, los componentes no intercambiables, las baterías pegadas, las cubiertas de vidrio y los tornillos que solo pueden girarse con herramientas especiales restan puntos. “Con el índice de reparabilidad, queremos llamar la atención sobre la necesidad de hacer reparaciones en un sistema económico sostenible y entregar una ayuda para las decisiones de compra”, afirma Kessler.

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¿Cómo disolver el pegamento? Los aparatos de fácil reparación son hoy en día un producto escaso. Precisamente los celulares más conocidos están mal evaluados en iFixit.

“Nuestros clientes le han asignado hasta ahora importancia sobre todo a la durabilidad: debe evitarse a toda costa un desprendimiento involuntario”, dice Matthias Stollberg, director de comunicaciones de Delo, una de las principales empresas fabricantes de pegamentos para aparatos electrónicos.

“A menudo, el pegamento debe cumplir otros requisitos: por ejemplo, ser conductor de electricidad y ser transparente. Un mecanismo para disolverlo sería la cuadratura del círculo”, afirma.

Hasta ahora, solo se ha hablado de despegar componentes como monitores o baterías, pero no pequeñas piezas como las cámaras de los celulares, que van pegadas en 30 puntos. Los métodos más comunes son los mecánicos, como raspar o usar un alambre, aplicando calor para que el pegamento vuelva a licuarse.

Esto último funciona con vidrio o metal, pero no tanto con plástico. A mediano plazo, resulta imaginable despegar con la ayuda de agua, ácido o diluyentes. A largo plazo, se piensa en luz ultravioleta, láser, ultrasonido o radiación infrarroja.

¡Hágalo usted mismo!

Aparte del diseño, también el software es cada vez más relevante. “Con frecuencia se suspenden las actualizaciones de software tras pocos años, o las reparaciones provocan limitaciones en el software, como ocurre con el nuevo iPhone 12. Por eso se vuelven obsoletos muchos celulares cuyo hardware aún funciona a la perfección o podría ser reparado”, dice la portavoz de iFixit.

Otro problema es el acceso al conocimiento necesario para efectuar las reparaciones y a la información sobre los aparatos, así como a repuestos de calidad y precio justo. Los fabricantes se remiten a la propiedad intelectual y a razones de seguridad para abastecer de componentes originales, manuales y herramientas especiales solo a talleres de reparación con licencia.

Los talleres profesionales independientes, y qué decir de los consumidores, tienen dificultades para acceder a esos materiales. iFixit cree que todos tienen derecho a reparar daños a objetos de su propiedad, y ha subido manuales de instrucciones gratuitos a internet. Estos son elaborados por voluntarios e indican paso a paso, con fotos, cómo se debe proceder. Ya están disponibles cerca de 70.000 instructivos, en diversos idiomas.

La plataforma se financia, entre otras cosas, con la venta de sets de herramientas y repuestos de desarrollo propio. A nivel europeo se discute sobre la posibilidad de establecer un ranking similar al de iFixit, pero para todos los aparatos eléctricos y electrónicos. Sin embargo, eso podría tomar largo tiempo. Francia, por lo pronto, piensa adelantarse y presentar el año próximo su propio índice de reparabilidad.

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