La economía mexicana, ya desde el año pasado, viene atravesando una situación bastante complicada. La marcha de la economía azteca, desde la llegada a la presidencia del mandatario Andrés Manuel López Obrador (por sus siglas, AMLO), no ha sido todo lo buena que se esperaba. Es más, analizando objetivamente la situación, no podemos decir que ha sido buena, siquiera. Y cabe resaltar que, en este sentido, hablamos de la marcha de la economía, pues en lo que a la gestión del presidente se refiere, tenemos que reconocer aspectos que, como la renovación del TLCAN (ahora T-MEC), han contribuido ampliamente para que dicho deterioro no sea incluso mayor del que hoy resaltamos.

En línea con las previsiones que hacíamos en su día, la economía mexicana cerraba un 2019, e iniciaba un nuevo ejercicio (2020), con más pesimismo de lo esperado. Pese a las declaraciones de AMLO, así como el optimismo que veíamos en ellas, los datos publicados, tras la revisión del cuarto trimestre, mostraban como México sufrió una contracción en el pasado año del -0,1%. Mientras el gobierno consideraba, a principio de año, que la economía mexicana crecería a buen ritmo en el 2019, lo cierto es que, finalmente, las previsiones se tornaron negativas, generando en México una situación de recesión que, como decíamos, ni el mismo AMLO esperaba.

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Con todo, las perspectivas que publicaba el Fondo Monetario Internacional (FMI), publicadas durante la pasada edición del Foro de Davos, pronosticaban que el país debía reanudar su crecimiento durante los dos próximos años. En este sentido, estableciendo para el 2020 y 2021, un crecimiento cercano al 1% y al 1,6%, respectivamente. No obstante, estos datos estarían sujetos a una favorable evolución de aquellas variables que, en este caso, han lastrado el crecimiento del país en años pasados. Variables que van desde el gasto público hasta la inversión. 

Sin embargo, en un escenario en el que nadie se lo podía esperar, el 2020 comenzó de peor manera que terminaba el 2019. La pandemia, como si de un cisne negro se tratara, puso patas arriba la economía en todo el planeta. Los países se vieron en la obligación de paralizar la actividad económica, la incidencia de la pandemia era cada vez mayor, y las restricciones en actividades esenciales y no esenciales, en aras de contener los contagios y, con ello, la pandemia, llevaron a las economías a registrar contracciones, las cuales no encontraban precedentes en la serie histórica; debiendo ojear los libros de historia para encontrar contracciones similares a las que hoy se muestran.

Así pues, esta contracción, generalizada en casi todas las economías del planeta, ha situado a México en otra difícil situación. En pleno segundo año de mandato de AMLO, la economía vuelve a mostrar su peor cara, arrojando contracciones que vuelven a situarse por encima de lo estimado por el Gobierno. En este sentido, lo que muestra la estimación del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), publicada el pasado viernes, es que la economía de México, y a falta de conocer el registro oficial, así como aplicar las correspondientes revisiones, se contrajo 8.5 por ciento en 2020. Esta contracción sitúa a la economía azteca en un escenario en el que, como muestran los datos, ya cosecha dos años de contracción económica; una situación que no registraba esta economía desde el año 2002.

En teoría, el año 2021 debe ser un año de crecimiento. Las previsiones que arroja el Fondo Monetario Internacional (FMI) para el país latinoamericano arrojan una contracción del 8,5% en 2020, en línea con el INEGI, pero con rebotes en los próximos dos años que sitúan los crecimientos en el 4,3% y 2,5%, respectivamente. De acuerdo con el informe del organismo, estas proyecciones representan una mejora significativa respecto al cálculo de octubre pasado. Pues, de acuerdo con el pasado informe, dicho organismo estimó una contracción del 9% para 2020, así como un crecimiento del 3,5% para 2021. 

Y es que, en línea con el control de la pandemia, la llegada de las vacunas y la reanudación de la actividad económica, el PIB mexicano debe ir recuperando el dinamismo perdido en los años anteriores. No obstante, existen muchos riesgos en el horizonte que, como en el pasado, podrían poner nuevamente en apuros al mandatario mexicano. Un mandatario que ha contado con el respaldo de los Estados Unidos para sacar el tratado comercial adelante, que ha contado con apoyos para incentivar el crecimiento de la economía mexicana, pero que, de la misma forma, ha contado con un escenario desfavorable, el cual le ha llevado a ser un presidente marcado por la contracción y la recesión económica.

En definitiva, el nuevo año será determinante para la economía mexicana. Psicológicamente, esta situación está siendo un auténtico calvario para el mandatario del país, que cuenta en su palmarés con dos contracciones económicas en sus dos primeros años de mandato.  Por esta razón, México debe intensificar sus esfuerzos para recuperar la economía y, con ello, recuperar el dinamismo perdido. Y es que, en el análisis, México es, según el FMI, el país emergente que menos recursos ha dedicado a enfrentar la pandemia, alrededor de un 1% del PIB, frente al 6% de media. Por lo que, de no intensificar las tareas, dicha situación, teniendo en cuenta los riesgos que presenta la economía azteca, podría seguir extendiéndose en el tiempo.

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