Una de las habilidades blandas del futuro más valoradas es la alfabetización digital. No en balde se trata de una habilidad esencial en la sociedad actual. En evidencia, basta ver como vivimos en un mundo cada vez más conectado digitalmente, así que la capacidad de navegar y tener éxito en línea se ha convertido en un activo crucial para la participación plena en la sociedad. Pero cuidado, no todo lo que brilla es oro, hay que ser precavidos. No se trata de estar presentes en todo momento y en todo lugar. Se trata de ser profesionales inteligentes con la toma de decisiones informadas. 

Howard Rheingold, con su libro Net Smart: How to Thrive Online, ofrece un enfoque práctico y reflexivo para comprender y aplicar cómo la alfabetización digital puede ayudarnos a tener éxito y evitar dar pasos en falso en este terreno que puede ser sumamente resbaloso. Se trata de poner atención, de tener participación estratégica, de provocar colaboración e interacción, sí, pero hay que hacerlo con una masa crítica que me lleve a entender como hacer uno uso inteligente de las redes.

La alfabetización digital es mucho más que simplemente saber cómo utilizar dispositivos y herramientas digitales. Ese es tan sólo el primer paso, pero quien es experto en el manejo de ellas, si no es inteligente puede resbalarse y cometer errores que afecten negativamente su vida profesional y personal. Una persona que cuenta con la competencia de la alfabetización digital entiende el conjunto de habilidades esenciales que permiten prosperar en el mundo en línea. 

Como en muchos otros aspectos profesionales, el primer paso es la atención. Es lógico y a la vez fundamental entender que en un entorno en línea que se caracteriza por la constante avalancha de información y distracciones el que pone atención tiene una ventaja competitiva. Rheingold nos invita a ser conscientes de cómo distribuimos nuestra atención en línea y a aprender a enfocarnos en lo que realmente importa. La capacidad de gestionar nuestra atención en un mundo digital abrumador es necesaria para aprovechar al máximo las oportunidades en línea.

El segundo paso es el que muchos creen que es el primero,: la participación. Es importante notar que no podemos lanzarnos en forma alegre e ingenua a nadar en un océano turbulento. Por eso, primero con atención elegimos nuestra estrategia y luego empezamos a ser creadores activos.  No queremos ser meros consumidores pasivos de contenido en línea. En la era de las redes sociales y la colaboración en línea, contribuir con contenido valioso y participar en comunidades en línea se ha vuelto crucial. Rheingold nos hace reflexionar que la participación activa nos permite no nada más consumir información, sino también dar forma a la conversación y ser parte de la creación de conocimiento en línea. Nos invita a dejar de ver y empezar a actuar. Se trata de dejar la actitud de seguir para empezar a marcar el rumbo.

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La colaboración es el tercer paso y se relaciona estrechamente con la participación. Utilizar herramientas en línea para trabajar de manera efectiva con otros es estar en el camino correcto de la alfabetización digital. Las redes sociales y las plataformas de colaboración permiten algo maravilloso que en el pasado no nos era accesible: la cooperación en proyectos. Hoy, la construcción de relaciones en línea y el intercambio de ideas es la forma inteligente de generar redes de apoyo. El chiste no es estar subiendo fotos de lo que desayunamos o de lo que hacemos a cada instante, es elegir el contenido relevante que vamos a compartir. El chiste es que  la colaboración en línea nos ayude a conseguir objetivos personales y profesionales de manera más efectiva que nunca.

El cuarto paso es sumamente relevante: la crítica. Se trata de entender la importancia de ser un profesional informado en línea. Todos somos consumidores de contenido, hay que ser selectivos. Con la proliferación de información en la web, es fundamental desarrollar habilidades críticas para evaluar la calidad y la confiabilidad de la información. Rheingold nos insta a discernir entre fuentes confiables y no confiables, y a cuestionar la información que encontramos en línea. Ser críticos en nuestra navegación web es esencial para evitar la desinformación y el engaño.

El último paso propuesto por Rheingold, tiene que ver con las redes. Destaca la importancia de construir y gestionar relaciones en línea de manera estratégica. El objetivo es cultivar conexiones que sean mutuamente beneficiosas y que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos. En un mundo digital, nuestras redes en línea pueden ser tan valiosas como las conexiones en el mundo real. Son mundos complementarios que nos ayudan a alcanzar nuestras metas.

La alfabetización digitales una habilidad esencial en la sociedad actual. El enfoque tiene que orientarse con inteligencia profesional. La alfabetización digital no es sólo  saber cómo usar la tecnología, sino de desarrollar habilidades que nos permitan ser ciudadanos digitales informados y eficaces. 

Es decir, la alfabetización digital no funciona como habilidad blanda con sólo conocimiento técnico, hay que combinarna con inteligencia emocional, análisis y estrategia. Se construye con esta serie de elementos y de esta manera podemos hacerla crecer en forma robusta para que nos sivra como una herramienta muy útil para alcanzar nuestras metas. La alfabetización digital es una competencia relevante en el ámbito personal. La alfabetización digital tiene beneficios de amplio espectro si entendemos su fucnionalmiento  y es fundamental para el éxito en el ámbito educativo y profesional en la era digital.

Sin duda, la alfabetización digital es muy relevante porque permite a las personas participar plenamente en la sociedad, acceder a oportunidades educativas y laborales, comunicarse eficazmente en línea, tomar decisiones informadas y proteger su privacidad y seguridad en un mundo cada vez más digital. Esta habilidad se ha convertido en un componente esencial de la competencia en la sociedad moderna. Como todo, la digitalización puede ser una herramienta o un arma; algo que nos ayude a construir o todo lo contrario. Hay que saber hacer buen uso de ella.

Lo más importante del libro de Rheingold es que nos despierta a la consciencia de no ser consumidores digitales que nos comemos todo lo que nos sirven sin pasar por el tamiz del análisis y no se queda en la sentencia sino que nos da un método a seguir para tener éxito en este entorno. Vale la pena considerarlo.

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