Fundación AlEn lanzó una convocatoria para el programa “Agua en mi Escuela” para que instituciones educativas en Nuevo León concursen para la instalación de un sistema de captación de agua de lluvia, así, en conjunto con Isla Urbana, organización dedicada a colocar dicha infraestructura, buscan garantizar el acceso digno a este recurso en las comunidades del estado.
La empresa informó que se instrumentaron “sistemas de captación de agua de lluvia en 6 escuelas públicas de Nuevo León que serán capaces de recabar hasta 1,500 metros cúbicos de agua por año. Este proyecto logrará beneficiar a más de 1,800 alumnos”.
La misión en Nuevo León es clave: que la educación de niñas y niños no se vea afectada por la escasez de agua en el estado, además de inculcar en las generaciones más jóvenes la importancia de cuidar el consumo de este recurso.
Por ejemplo, en el jardín de niños Griselda Ruíz Lozano, durante la sequía que atravesó Nuevo León en 2022, los alumnos debían asistir con sus propias cubetas de agua; además, en algunas ocasiones el instituto se vio obligado a suspender las clases.
Esta escuela es una de las seis que entraron al programa de Fundación AlEn. La inversión total fue de 1.26 millones de pesos y se estima que cada una de ellas tendría la capacidad de captar hasta 250 mil litros de agua pluvial al año.
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Mariel Jiménez, gerente de sostenibilidad y comunicación corporativa de Grupo AlEn, fue una de las asistentes a la ceremonia de inauguración del nuevo sistema de captación de agua pluvial en el jardín de niños, donde hay alrededor de 200 estudiantes.
“Fundación AlEn pone los recursos, articulamos las alianzas, pero es el trabajo en equipo y el compromiso por crear esta conciencia desde los pequeñitos”, dijo la directiva a Forbes México.
El problema, de acuerdo con AlEn, no se soluciona sólo con la instalación del sistema de captación, además se requieren trabajos de mantenimiento, como garantizar la limpieza del techo de la escuela, limpiar los filtros de agua una vez por semana y los tanques deben ser aseados una vez al año. La fundación también promueve talleres que creen conciencia a la comunidad escolar (niñas, niños, maestros, madres y padres) para que el instituto pueda operar con agua de lluvia casi la mitad del año.
Además, los tanques donde llega el agua captada y filtrada están conectados al sistema hídrico del jardín de niños, por lo que su aprovechamiento es inmediato.
De acuerdo con Isla Urbana, cada niño usa un promedio 2 mil litros de agua al año en las escuelas; además, el 60% de éstas sufren escasez, por lo que proyectos como éste tienen una particular relevancia en la zona.
Finalmente, la organización con 13 años de experiencia en esta materia estimó que, al hacer uso del agua de lluvia durante cuatro o seis meses, se lograría apoyar al resto de la población, misma que, en algunos domicilios de la entidad, ya cuenta con este sistema.
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