La declaración fue contundente: “El cambio climático está aquí. Es aterrador. Y es solo el comienzo”, así lo anunciaba el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas; después de que se confirmara que julio del 2023 será el año más caliente de la historia -hasta ahora- y alcanzara el récord de temperatura promedio más alto del que se tiene registro.

Esta advertencia llega después de que un grupo científico y de investigación a nivel mundial anunció que los datos indirectos para el registro climático como núcleos de hielo, glaciares, desiertos, bosques, corales, selvas, corrientes marinas y cuerpos de agua indican que las temperaturas observadas en el período no tienen precedentes en nuestra historia al menos en los últimos 100.000 años.

Quizá en un intento de sacudir las conciencias se cambió la narrativa para pasar del cambio a la “ebullición climática”; sin embargo, podría no ser suficiente. El problema es consecuencia de la indiferencia, intereses económicos, contaminación, malos hábitos, una cultura establecida y un sistema de gobiernos corruptos que no tiene saciedad sobre la explotación, saqueo y aniquilación de los recursos naturales, entre otros factores. 

La situación -en efecto- puede compararse a un mundo que, como una taza de té se calienta gradualmente y ahora comienza a hervir; puede recordarnos también esos experimentos en la clase de ciencia utilizando con hielo seco o tratando de simular una erupción volcánica en una maqueta donde la lava se desborda y arrasa con todo.

Lo peor de todo es que aún a la luz de estas evidencias y en medio de terribles desastres naturales; a nadie parece ya importarle. La gente está muy distraída discutiendo sobre los extraterrestres.

Irónicamente, cabría preguntarse si ¿verdaderamente a una raza alienígena le interesaría invadir un planeta saturado de desperdicios, con poca agua potable, suelos y aire terriblemente contaminados y en condiciones climáticas extremas?, quizá incluso ¿es que vienen a quitarnos de en medio para tratar de salvarlo? O bien, ¿tal vez les resulta atractivo porque pronto se convertirá en un desierto justo como su planeta de origen? 

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El naciente verano del 2023 es una cruda advertencia de lo que será la “nueva realidad” habituarse a pasar por etapas de sequía extrema a inundaciones, tolvaneras, huracanes, tormentas y tornados en tan solo unos días; nieve y lluvia desbordantes; granizo grado “balístico”; adiós a los humedales, los pantanos, glaciares, lagunas y ríos; zonas costeras inundadas, cuencas salitrosas donde se pudren los restos de millones de peces y otros organismos; devastadores incendios en bosques y selvas.

Mas allá de ello, los efectos colaterales son igual de dramáticos; en los últimos días al menos cientos de personas alrededor del mundo murieron de “golpe de calor”; algunos más resultaron víctimas de incendios voraces en diversas partes del mundo; mientras otros perecieron debido a deslaves e inundaciones.

Las pérdidas materiales son incalculables y se suman a la perdida de millones de seres vivos, insectos, aves y animales acuáticos y terrestres; el impacto sobre la biodiversidad y sustentabilidad es irreparable. 

Millones de toneladas de basura, plásticos, sustancias peligrosas y residuos orgánicos engrosaran las huellas del Antropoceno (periodo denominado por ser la era de la extinción masiva atribuida a los seres humanos). 

Basta mirar a la tierra desde las perspectivas satelitales, un avión o cualquier cerro, el paisaje se hace urbano, desaparece toda la magia natural, donde antes se percibía el aroma y frescura de los bosques no queda mas que la pestilencia inmunda a drenaje y gasolina. 

Miles de casas se apiñan desordenadamente, ruido molesto y luces invaden cada tramo a la vista; el cielo es cada vez más gris, opaco, cerrado y no importa cuanto te alejes de las grandes urbes el contexto siempre es el mismo. 

Presas, lagos y lagunas ya se secaron o están cada vez mas lejos de sus niveles y márgenes originales; debido a la falta de agua, casas, plantíos y ganado invaden las áreas donde antes se podía nadar, pescar o pasear en lancha. La nieve de los volcanes y glaciares ya solo se ve en pinturas, películas o fotografías del pasado.

Algunas islas están despareciendo, la costa avanza y se traga las playas, los asentamientos con vista al mar no tardaran mucho en inundarse por completo. El antes mar azul es ahora verde, gris o café. ¿Extrañas los corales y las conchitas? la acidez y temperatura del mar los están exterminando. 

Los seres humanos tendremos que ajustarnos a tales cambios, el problema es que las adaptaciones necesarias no son tan rápidas en nuestros organismos y las condiciones extremas están acelerándose cada vez mas rápido. 

Enfrentaremos una escasez de agua, enfermedades, hambre, hacinamiento y tendencias migratorias peligrosas. Graves conflictos sociales y políticos son previsibles. 

¿Está pensando en invadir un planeta? aquí hay uno al borde del desastre. Respuesta ovni nauta: no, disculpe, pero no es el que buscamos, es casi pérdida total, no nos interesa.

Ultima llamada. Por cierto, entre más joven seas, más debería preocuparte esta “ebullición”. 

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