“Cuando me dijeron que la alcaldesa de Iztapalapa venía con nosotros dije ‘eso no tiene caso, no manches, ella qué’. Cuando acabó el encuentro nos había cautivado y así le aplaudimos”, me dijo un empresario libanés sobre Clara Brugada en una actitud de reconocimiento semejante a la expresada en otra conversación con un homólogo judío, también en este 2023.

La verdad es que la economista Clara Brugada Molina inició posicionamiento político, un personal acercamiento y diálogo con la iniciativa privada capitalina y nacional, cuando menos desde el 17 de abril cuando acudió al Club de Industriales a un encuentro con cúpulas empresariales, liderazgos de medios de comunicación, organismos no gubernamentales y servidores públicos. 

Y ciertamente fue muy recibida en el poniente.

En esa ocasión, el organizador fue el Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia. Ese día, Jesús Rodríguez Cárdenas, presidente de la Canaco CDMX, planteó la posibilidad de crear una Utopía del Emprendedurismo en alusión a sus inmensos centros de promoción del deporte, cultura, prevención y atención a jóvenes y adultos mayores que llevan el nombre del famoso libro de 1516 de Tomás Moro, Libellus vere aureus -libro verdaderamente dorado.

Después, el Club Libanés, la comunidad judía, empresarias restauranteras, inmobiliarias, y de bienes y servicios diversos, incluidos presidentes nacionales de algunos de los organismos integrantes del Consejo Coordinador Empresarial, la han recibido y reconocido, como Leopoldo Hirschhorn presidente de la Cámara Nacional de la Vivienda y líder de Grupo Hir.

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En una ruta de desmantelamiento de prejuicios en contra de las mujeres y de las convicciones de izquierda en particular, Brugada ha seguido buena parte del camino de la precandidata presidencial Claudia Sheinbaum: antes se dudaba de la probabilidad de que una mandataria pudiera ser mujer, ahora las dos competidoras principales lo son; tampoco se aceptaba fácilmente que la izquierda pudiera gobernar con eficiencia, honradez y honestidad y tanto Sheinbaum como Brugada han dado tales lecciones que, incluso, la aspirante morenista al gobierno de la CDMX recibió un reconocimiento en la ONU hace dos semanas por sus Utopías, senderos seguros, piscinas, talleres, recuperación del espacio público tan relevantes como el Barco de Iztapalapa, el parque lineal, el Cuitláhuac.

Destaca su promoción de la cultura con su apoyo a la ópera del mismo nombre o el Cablebús y el Trolebús elevado, por ejemplo.

La historia de que Brugada “es de la izquierda dura” o “sectaria” es una vacilada. Tiene, datos del Inegi, la opinión más positiva acerca del desempeño de una autoridad de entre las 16 demarcaciones de la CDMX.

A Brugada no le espanta reivindicar los valores de la clase media. Ella misma es su integrante desde nacimiento cuando a pesar de tener su primer domicilio en la Benito Juárez decidió por convicción personal avecindarse en las zonas empobrecidas más alejadas de Iztapalapa en su proyecto social. 

Ella sostiene que más igualdad es la mejor plataforma para el éxito de las empresas. Muchos podrían coincidir con esa idea. O votar por otra inexperta opción.

Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

www.consejociudadanomx.org

Twitter: @elconsejomx

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