El home office tiene los días contados. El pasado 17 de febrero de 2023, Andy Jassy, CEO de Amazon, informó que, de forma paulatina, regresarían sus colaboradores en todo el mundo a las oficinas del gigante del comercio internacional.
“No es sencillo traer de regreso a miles de empleados a nuestras oficinas en todo el mundo, por lo que vamos a darle a los equipos que necesitan hacer ese trabajo algo de tiempo para desarrollar un plan. Sabemos que no será perfecto al principio, pero la experiencia de la oficina mejorará constantemente en los próximos meses (y años)”, dijo el ejecutivo en su blog corporativo.
Y es que la empresa fundada por Jeff Bezos reconoció que es más fácil aprender, modelar, practicar, fortalecer la cultura corporativa, colaborar e inventar de forma más sencilla y efectiva, por mencionar algunas bondades que les traerá de vuelta el trabajo presencial. Éste tan sólo es uno de los casos de firmas que enfrentan la encrucijada de volver a los espacios físicos.
Y es que el trabajo remoto no ha muerto del todo, sino que se encuentra en un proceso de transformación, el cual parece coronar al modelo híbrido, que implica laborar en casa… pero asimismo en una oficina.
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En el caso de México, esta modalidad de trabajo enfrenta grandes desafíos, ya que la infraestructura de internet y de mobiliario ha resultado el talón de Áquiles de las organizaciones.
Hoy, la mayoría de las empresas quiere regresar a la presencialidad por el control que se tiene sobre su personal, dice Cynthia Montaudon, directora del Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP), quien asegura que un menor número de trabajadores se mantiene trabajando en una modalidad de home office, mientras que, en algunos sectores, alcanzó hasta un 100%.
“Menos del 1% trabaja en las empresas de manera virtual en México, lo cual es nada. Y menos del 12% de las empresas tienen alguna modalidad de teletrabajo o trabajo híbrido”, comenta Montaudon.
El trabajo híbrido gana cada vez más espacio en los centros de trabajo y se está consolidando como la modalidad más utilizada en las compañías, con el fin de no perder la flexibilidad del home office, pero sí ganar mayor pertenencia de los colaboradores con las empresas y sus organizaciones.
Un 95% de las firmas y 98% de los colaboradores consideran que son más productivos trabajando a distancia, dice Olivia Segura, socia de Asesoría de Capital Humano y Gestión de Talento de KPMG, de acuerdo con los últimos sondeos de la firma consultora.
ANTES Y DESPUÉS DE LA DISTANCIA FORZADA
La pandemia de Covid-19 cimbró la forma de laborar desde 2020. Casi en un parpadeo, las empresas cerraron sus puertas y comenzaron a operar desde lugares remotos.
El teletrabajo fue adoptado en las empresas a partir de las medidas de aislamiento para evitar el contagio del coronavirus. Sin embargo, en el pasado, esta modalidad de trabajo era vista como un privilegio o prestación para los colaboradores, con algunos días para laborar desde casa cada mes.
“No todas las empresas tenían esta política y tampoco la infraestructura necesaria para ejecutarlo; es decir, muchas de las organizaciones en México son pequeñas o medianas y no en todos los casos tienen los recursos necesarios para dar a sus empleados y empleadas una laptop o una VPN”, dice Segura.
Además de los retos técnicos, la cultura de trabajo era uno de los mayores baches en el camino, ya que los superiores en las organizaciones requerían constatar que sus equipos estuvieran operando de forma correcta.
Hoy, la cultura de las organizaciones vuelve a enfrentarse a la encrucijada de adaptar el trabajo presencial a la nueva realidad, tras la pandemia de Covid-19. Y es que, en la mayoría de los casos, las empresas comprobaron que el home office podía ser productivo y representar ahorros.
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“Creo que las condiciones han cambiado tres años después de la pandemia, identificando que muchas organizaciones tuvieron que hacer inversiones y esforzarse para ofrecer mejores condiciones a los colaboradores y colaboradoras a través de una laptop o una computadora”, dice Olivia Segura, quien observa que los viajes de trabajo se han reducido en las compañías y se han incrementado la reuniones virtuales.
En la experiencia de la socia de KPMG, un porcentaje que va del 10 al 15% de las compañías implementaba, antes de 2020, el trabajo remoto y eran, en su mayoría, firmas globales las que tenían este esquema de trabajo en el país.
“Era un porcentaje muy bajo, sobre todo, en el tiempo que se permitía estar fuera, que era de dos a tres días al mes en home office”, dice Segura.
Hoy, las compañías que implementaron el trabajo a distancia están reconociendo y adaptando este esquema laboral como parte de sus operaciones en la nueva normalidad, ya que los costos asociados a las personas que laboran en las oficinas han venido a la baja, mientras que el talento corporativo ya lo percibe como un requisito en el momento de evaluar las oportunidades de trabajo.
“Las nuevas generaciones están reconociendo y valorando este tiempo que han ganado en otros espacios de su vida personal, doméstica o familiar al momento de evitar los traslados y los gastos asociados […] Esto lo estamos viendo como un cambio importante en las empresas”, dice.
Las empresas medianas son las que implementan, en mayor medida, esquemas de trabajo flexible, en contraste con las grandes y pequeñas compañías, de acuerdo con lo visto desde el observatorio de la UPAEP.
VIENTOS DE CAMBIO
Pero no sólo la cultura de las empresas sufrió cambios por los esquemas de trabajo a distancia. Fue en enero de 2021 cuando entraron en vigor las reformas al artículo 311 de la Ley Federal del Trabajo en materia de teletrabajo o home office, el cual es aplicable para los trabajadores y empleadores en la República Mexicana.
Las disposiciones legales de este ordenamiento se refieren a las relaciones laborales que se desarrollen en más de 40% del tiempo en el domicilio de la persona trabajadora por la modalidad de teletrabajo.
Las condiciones del teletrabajo deben establecerse en un convenio por escrito. Sin embargo, el acuerdo entre el trabajador y el contratante tiene un principio de reversibilidad, por lo que existe la posibilidad de que la modalidad de trabajo ya no sea conveniente y pueda solicitarse el regresar a una modalidad presencial, detalló, en su momento, Luisa Alacalde Luján, titular de la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS).
El 15 de julio de 2022 nació la Norma Oficial Mexicana (NOM) 037, la cual regula el teletrabajo y busca ofrecer a los colaboradores condiciones necesarias para prevenir enfermedades y accidentes mientras realizan actividades remotas.
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Cynthia Montaudon, investigadora de la UPAEP recalca que, entre las necesidades de los trabajadores que laboran a distancia, se encuentra el acceso a internet, servicio eléctrico, equipos de cómputo con servicios de video y audio óptimos.
Frente a las obligaciones legales, algunas empresas que no cuentan con las condiciones externas para atender las necesidades de sus colaboradores, han decidido que su plantilla laboral regrese a trabajar de forma física.
En este sentido, Montaudon comenta que el Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo trabaja en un centro de certificación para el trabajo remoto, ya que las empresas demandan desarrollar políticas de esta modalidad de trabajo y definir la transición de algunas posiciones en las empresas.
“El problema de la ley es que obliga a que el patrón pague ciertas cuestiones, por ejemplo, la parte correspodiente de luz e intenet, pero, ¿cómo le hacen para saber cuál es [en concreto] su parte correspondiente?”, plantea Cynthia Montaudon.
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Por otro lado, “el 100% de las organizaciones ya nos aseguran que han entregado a las organizaciones esta herramienta de trabajo [equipos de cómputo] y 99% de los colaboradores lo confirman. Es decir, vemos un gap de un punto porcentual entre lo que nos dicen los colaboradores y las empresas”, dice la socia de Asesoría Segura en Capital Humano y Gestión de Talento de KPMG, al hablar sobre el cumplimiento empresarial de estas obligaciones legales.
Un 74% de las empresas confirma que han entregado bonos para compensar el gasto en servicios de internet y de energía eléctrica, por ejemplo; esto indicaría, dice Segura, que las compañías han ido avanzando en sus políticas de trabajo remoto.
Sin embargo, una minoría de las empresas ha mostrado cierto recelo para otorgar el 40% del tiempo de trabajo en la modalidad de teletrabajo, ya que no se quieren verse obligadas a cumplir con las nuevas disposiciones legales por un temor a enfrentar los costos intrínsecos de esta modalidad.
LA NUEVA FLEXIBILIDAD
No todo está dicho aún respecto al trabajo a distancia, ya que este año será crucial para la adaptación de las organizaciones en la llamada “nueva normalidad”, pero lo cierto es que el trabajo híbrido sigue ganando terreno en la búsqueda de equilibrio.
Es así como las empresas comienzan a hablar del flexitrabajo para decidir un esquema de trabajo en parte presencial y en parte a distancia. Hoy, las firmas viven una transición y están buscando la forma de establecer sus propios esquemas de trabajo.
“El teletrabajo contribuye al bienestar laboral, pero hay que atender las condiciones óptimas. Y ser mucho más puntuales en el cumplimiento de la ley y [tener claro] cuáles son los estándares de, por ejemplo, ‘espacio bien iluminado’ y a qué se refiere”, dice Cynthia Montaudon.
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En la actualidad, un 36% de los trabajadores renunciaría a su empleo, en caso de que no tuviera condiciones para realizar home office, mientras que 63% ya realiza búsquedas de empleo con opciones flexibles de trabajo, de acuerdo con un estudio, que está en desarrollo, del Observatorio de Competitividad y Nuevas Formas de Trabajo de la UPAEP.
Un dato importante más: Un 59% del talento estaría dispuesto a cambiarse de trabajo, si le quitaran el beneficio del trabajo híbrido, de acuerdo con KPMG.
Mientras los nómadas digitales llegan a México de otros países, los trabajadores mexicanos regresan a sus oficinas. En este sentido, Cynthia Montaudon espera que el trabajo a distancia también gane espacio en el país y que los colaboradores sigan avanzando a través de los beneficios productivos de las nuevas modalidades de trabajo.
