‘Estoy pidiendo la visa para ir a Nueva York’, a la ONU, dice MaduroNada nuevo, hasta aquí. De sobra es conocida la buena relación entre Venezuela y Guinea Ecuatorial. Un lazo que, de hecho, se remonta a la época anterior a Hugo Chávez. “Sería un error afirmar que la Venezuela chavista es la única que ha fortalecido estos vínculos”, dice a DW el diplomático y periodista mexicano Diego Gómez Pickering. Para él, parte de esta conexión se debe a la positiva actitud que ha mantenido históricamente Caracas a la hora de reconocer el elemento de la “negritud” o la “africanidad” del espacio iberoamericano, una asignatura que considera pendiente en otros muchos países. “Hay una desidia, una falta de empatía, respecto al reconocimiento de África en general y de las raíces ecuatoguineanas en particular”. Gómez Pickering, que ha trabajado las relaciones entre la nación africana y Latinoamérica, apunta sin embargo otro factor: Guinea Ecuatorial es -también- un país rico en hidrocarburos. Y en eso sí hay una “similitud de visiones” que ha acercado a ambos gobiernos.
El mejor amigo africano de Maduro
Sería un error afirmar que la Venezuela chavista es la única que ha fortalecido estos vínculos con el dictador ecuatoguineano Teodoro Obiang, dice el diplomático y periodista mexicano Diego Gómez Pickering
Por Enrique Anarte
DW.- A pocos kilómetros de la localidad de Ebebiyín, en la esquina nororiental por la que Guinea Ecuatorial comparte frontera con Gabón y Camerún, un pequeño trozo de Venezuela se abre paso en medio de un gran afloramiento de granito. La Cueva Caracas, descubierta por el espeleólogo austríaco Hellmuth Straka Bull en 1967 y bautizada así en honor al cuatricentenario de la capital venezolana, se erige como símbolo de una amistad que parece estar más fuerte que nunca.
Hace unos días, cuando las grandes potencias del mundo se encararon en el seno del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas a raíz de la crisis política desatada en el país caribeño, la diplomacia ecuatoguineana quiso dejar clara su lealtad al jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, y su rechazo a las críticas que llegaban desde Estados Unidos, Europa y numerosas latitudes latinoamericanas.
Teodoro Obiang, que encabeza la dictadura más longeva del continente africano, se ponía así del lado de países como Rusia, China o Cuba, en defensa de la buena sintonía transatlántica que mantienen Caracas y Malabo.