En los pasados años, México ha presenciado un fenómeno que ha capturado la atención del mundo industrial: el auge de su industria impulsado por el nearshoring. Sin embargo, en esta exploración detallada, examinaremos los datos y argumentos que plantean la posibilidad de que este optimismo en torno a la industria mexicana esté enraizado más en las expectativas de un cambio en las políticas públicas que en hechos concretos. ¿Es México, una vez más, un campeón en desaprovechar oportunidades históricas que podrían impulsar su pleno desarrollo?

En 2017, Estados Unidos inició una reflexión profunda sobre su dependencia de China como fuente primordial de manufactura. Este replanteamiento surge a raíz de preocupaciones en torno a la seguridad nacional y la necesidad apremiante de diversificar las cadenas de suministro. Los costos laborales en China se encarecieron y, a medida que la brecha entre los costos en China y otros países se redujo, la idea de repatriar la manufactura a América o a naciones aliadas comenzó a cobrar fuerza. En este contexto, el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (TMEC) emergió como un componente esencial de esta estrategia, con disposiciones que fomentan la manufactura en América del Norte y protegen los derechos de propiedad intelectual.

No obstante, los datos relativos a la inversión extranjera directa (IED) y los flujos de exportación e importación presentan una narrativa divergente. La IED en México como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB) se ha mantenido constante en lugar de experimentar un aumento significativo. Además, gran parte de esta inversión proviene de la reinversión de utilidades, en lugar de reflejar flujos de capital nuevos y frescos. Los volúmenes de exportación desde México hacia Estados Unidos también revelan una tendencia estable, mientras que las importaciones hacia México han experimentado un incremento notable. Esta última tendencia posiblemente se relaciona con la importación de materiales y componentes chinos para ser ensamblados en México, aprovechando así las ventajas ofrecidas por el T-MEC.

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La percepción de México como el principal socio comercial de Estados Unidos se debe más a las preocupaciones sobre la dependencia de China que a las acciones concretas de México. En realidad, la mayoría de la manufactura que abandona China no encuentra su camino hacia México, sino que retorna a Estados Unidos o se traslada a otras naciones que ofrecen incentivos sólidos y atractivos. Esta realidad plantea interrogantes cruciales sobre la estrategia económica actual de México y su capacidad para capitalizar esta oportunidad histórica. Además, se suscitan cuestionamientos acerca de las decisiones políticas que México debe tomar para realmente explotar su potencial al máximo.

A pesar de la euforia que rodea a la industria mexicana, es esencial que examinemos con detenimiento los datos y los fundamentos subyacentes. Actualmente, la inversión extranjera directa y los flujos comerciales no respaldan la narrativa de un auge industrial masivo durante la administración de AMLO. Aunque el TMEC indiscutiblemente ofrece oportunidades, también se erigen desafíos significativos y una intensa competencia global. Como inversionistas y observadores de la economía mexicana, es fundamental que seamos cautelosos y evitemos que el entusiasmo nuble nuestra visión. Además, se avecina un año crucial con elecciones federales, lo que hace más urgente el análisis de las actuales políticas económicas, energéticas y de seguridad. Si México opta por mantener su rumbo actual, podría estar desperdiciando una oportunidad histórica que, según todas las indicaciones, no se repetirá en al menos una generación. La fortaleza industrial de México es innegable, pero el futuro depende en gran medida de las decisiones que se tomen en los próximos meses y años, de ese tamaño la responsabilidad del electorado mexicano.

Contacto:

El autor es Managing Director en Iskali Capital Group (ICG), Banca de Inversión basada en Washington DC, la cual está enfocada a proyectos de alto impacto de desarrollo en Mercados Emergentes. 

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