La narcopropaganda alude al conjunto de acciones, mensajes y símbolos con los que los cárteles mexicanos construyen un discurso propio, más allá de su comportamiento criminal. Desde videos, mantas, comunicación en redes sociales hasta corridos bélicos, cuyo popular representante a nivel internacional es hoy el cantante “Peso Pluma”, son algunas tácticas de propaganda a las que recurren las organizaciones del narcotráfico.
El concepto no es nuevo. Desde hace al menos una década, el académico Howard Campbell lo usaba para describir la estrategia desplegada por el narco mexicano, un fenómeno entendido como entidades políticas interesadas en capturar partes de la sociedad, legitimar sus acciones, deshumanizar, dominar y seducir sobre su forma de vida. Esto último, con dedicatoria especial a los más jóvenes que son reclutados voluntaria o violentamente.
En lo que va de la administración del presidente López Obrador, uno de los puntos más álgidos en su gobierno ha sido la estrategia de seguridad contra el narcotráfico. Ante la crueldad de los cárteles, el presidente apostó a una estrategia de paz popularmente conocida como “Abrazos, no balazos”.
Al discurso pacífico del presidente, las organizaciones del narcotráfico han contestado con el uso cada vez más descarado de estrategias propias del marketing, con las que hacen gala de su poderío sobre ciertas regiones del país. Así lo vimos hace apenas unos días con la amplia difusión de un video en el que aparecen integrantes del Cártel de Sinaloa en Comalapa, en el estado de Chiapas. Montados en camionetas de lujo, hombres fuertemente armados son recibidos con júbilo por aparentes pobladores del lugar.
Ubicado en la zona fronteriza con Guatemala, Comalapa es uno de los municipios chiapanecos donde la disputa por el territorio entre cárteles se intensificó recientemente, lo que se suma a la tensión generada por las caravanas de migrantes.
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La respuesta del presidente dada a este suceso, de que se trataba de un asunto limitado a una región que ya estaba siendo atendida por la Guardia Nacional fue duramente criticada por sus opositores. En todo esto hay un aspecto innegable, la narcopropaganda también está siendo aprovechada para otro tipo de propaganda, la de tipo político-electoral.
Cada vez es más evidente cómo las elecciones del 2 de junio de 2024 están trastocando la vida nacional. Además de la disputa por la Presidencia de la República, en los comicios del siguiente año estarán en juego la renovación de ocho gubernaturas, la jefatura de la CDMX, congresos estatales, alcaldías y cargos municipales. Si esto fuera poco, también se renovarán ambas Cámaras del Congreso de la Unión, con la posibilidad de que Morena y partidos aliados puedan hacerse de la mayoría calificada necesaria para aprobar reformas constitucionales.
En este estado de cosas, es inevitable que un tema tan complejo como la disputa entre organizaciones del narcotráfico sea una agenda redituable en la contienda por el poder político.
Las encuestas más recientes sobre candidaturas presidenciales confirman una amplia ventaja de Claudia Sheinbaum sobre Xóchitl Gálvez. A cargo de la casa encuestadora De las Heras Demotecnia, los resultados arrojan una apabullante ventaja de más de 50 puntos a Sheinbaum sobre Gálvez, mientras que 78% de los encuestados aprueba el trabajo del presidente.
En un contexto como el antes descrito podemos esperar que arrecie el uso político del crimen organizado por la oposición, no solo dentro del país, sino por parte de ciertos actores del país vecino del norte, que encuentran políticamente redituable la amenaza de intervenir militarmente el territorio mexicano para someter a los grupos criminales. Allá el uso del problema del narcotráfico también sirve para fines de propaganda política.
Contacto:
Maestra en Políticas Públicas por la Universidad de Oxford y Licenciada en Ciencia Políticas y Relaciones Internacionales, por el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).
Twitter: @palmiratapia
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