Núñez, un montañista experimentado, se desbarranca por una ladera y cae en un valle misterioso en Los Andes. En ese valle habita una pequeña comunidad, aislada del resto del mundo desde hace muchas generaciones. 

El valle no tiene salida, se bloqueó hace años con un deslave catastrófico. Todos sus habitantes son ciegos, producto de una enfermedad congénita que los afecta. Núñez es bien recibido. “En el país de los ciegos, el tuerto es rey”, se repite el alpinista a sí mismo.

Al tiempo, trata de explicarles la luz, los colores, el cielo, las nubes, el atardecer, la luna, las estrellas, el vuelo de las aves, pero el pueblo lo tilda de excéntrico. El médico determina que esas protuberancias extrañas al frente de su cabeza le sobre-estimulan la mente y lo hacen desvariar.

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Núñez se enamora de una joven, Medina-Saroté que, como todos, también es ciega de nacimiento. Cuando pide su mano, el consejo de ancianos lo acepta, con una pequeña condición: el enamorado, primero, deberá extraerse los ojos, para ser tan normal como los demás. 

Este es un interesante cuento de H.G. Wells con todas las implicaciones que usted ya habrá imaginado: la difícil existencia de quienes entienden el mundo desde otra perspectiva, el poder de las mayorías, la soledad de los visionarios, la rebeldía o la conformación, la tradición contra la innovación y la limitación de la “inteligencia colectiva” cuando, asustada o conformada, se comporta como manada y no como grupo de individuos.

Núñez, contrariado por la condición que le imponen y al no poder convencerlos que pronto perecerán por un inmenso deslave que está a punto caer sobre el pueblo, huye del valle con su amor, Medina-Saroté.

Hoy, podemos hacer otras analogías. Cegados por la ilusión del populismo, muchos mexicanos fomentan o aceptan los costos de un líder dictatorial que, sin darles resultados, les da sentido a su existencia.

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Poco a poco, indoctrinados por el nacionalismo revolucionario, los ciudadanos han perdido la vista y creen que el gobierno es bueno y la sociedad es mala, que el político es honesto y el emprendedor es corrupto, que la riqueza existe y solo es cuestión de repartirla, que la libertad es contraria al interés público, que el conocimiento no es necesario, que los méritos son subjetivos, que la intención vale oro, aunque no dé resultados, y que la mediocridad es la mejor forma de igualdad: si no podemos ser iguales en el éxito, seremos iguales en el fracaso.

El mundo es perverso. Los extranjeros quieren llevarse, una vez más, la inmensa riqueza de México. La soberanía no es fortaleza en el comercio y las finanzas, sino aislamiento, autosuficiencia y monopolio gubernamental. El mercado no es libertad de intercambio y competencia sana, sino maldad y abuso. Si alguien gana, el otro pierde. El mercado es malo, el gobierno es bueno. La pobreza ennoblece, la riqueza pervierte. 

El pre-modernismo real de algunos y el post-modernismo intelectual de otros, se han aliado en contra de la paz, la generación de riqueza, la democracia, la libertad, la salud, la ecología y el buen gobierno. La única verdad es la del líder supremo que se nutre de los prejuicios de las mayorías y que se regurgita todas las mañanas para darle otro amarre adicional al poder. Gobernar no tiene ciencia, hay pueblo bueno y anti-pueblo. ¿Tú, de qué lado estás?

Si alguno percibe fracaso es porque no ha querido extirparse las protuberancias neoliberales que lo hacen desvariar. Esos Núñez quieren ponerle trabas al poder transformador y mágico de su líder. Es mentira que el país está a punto de sucumbir, no hay ninguna crisis y la mejor prueba de ello es que el presidente aún es amado por muchos. Los Núñez son conservadores perversos, enemigos de la gran transformación que vive el nuevo reino de la igualdad y la abundancia. 

En efecto, hemos caído en un valle extraño, rodeado por emociones primarias y soluciones bobas que se cocinan desde el palacio. 

Ustedes quizá quieren salvar a su país, pues ven los riesgos y realidades con claridad, pero son incapaces de comunicarlo con efectividad. El pueblo bueno no ve lo que ustedes ven. El adoctrinamiento los ha cegado desde hace tiempo. Su líder los guía con sabiduría, mano firme y corazón contento.

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Contacto:

*Santiago Roel R. es Director y fundador del Semáforo Delictivo, herramienta de rendición de cuentas, evaluación y análisis del comportamiento de la delincuencia y violencia en México. www.semaforo.mx

Twitter: @semaforodelito

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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