El Gobierno de Brasil espera escoger un socio que le ayude en el suministro de tecnología en los próximos meses, dijeron a Reuters tres fuentes con conocimiento de las deliberaciones.   Reuters Estados Unidos y Rusia compiten por un papel estratégico en el plan de Brasil de lanzar satélites comerciales desde su base cerca del ecuador, lo que abre un nuevo escenario para su rivalidad por aliados e influencia. El Gobierno de Brasil espera escoger un socio para que le ayude en el suministro de tecnología en los próximos meses, dijeron a Reuters tres fuentes con conocimiento de las deliberaciones. Brasil se asoció con Ucrania en la década pasada para desarrollar un vehículo de lanzamiento en la base de Alcântara, en su costa atlántica norte. Sin embargo, Brasil puso fin a ese programa en febrero, pues dijo que los problemas financieros de Ucrania hicieron que ese país fuera incapaz de entregar cohetes, como había prometido. La presidenta Dilma Rousseff elegirá a un nuevo socio basada en varios factores, como las relaciones diplomáticas de Brasil y la calidad de la tecnología ofrecida, dijeron las fuentes. Una asociación para satélites no estará en la agenda cuando Rousseff visite la Casa Blanca el 30 de junio, dijeron funcionarios de ambos países. Sin embargo, el tenor de la visita -que marcará un acercamiento entre Brasil y Estados Unidos luego de dos años de tensiones por el programa de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional- podría influir en su decisión, dijo una de las fuentes. “Si va bien, los estadounidenses estarán bien posicionados para ganar esto”, declaró la fuente, un ex funcionario brasileño que participó en reuniones sobre el tema de los satélites. La localización de Alcântara la hace particularmente atractiva para posibles socios. Los satélites que orbitan el ecuador no tienen que viajar lejos para llegar a destino, lo que reduce los costos de combustible en hasta una quinta parte en comparación a otras localidades. La empresa europea de transporte espacial Arianespace, que posee la mitad del mercado mundial para colocar satélites en órbita geoestacionaria, utiliza un sitio de lanzamiento en Kourou, en la vecina Guayana Francesa. No está claro exactamente qué forma adoptará la próxima asociación espacial de Brasil. En virtud del acuerdo previo, Ucrania entregaba la tecnología para construir en conjunto cohetes Cyclone-4 con Brasil, que a su vez proveía las instalaciones para el lanzamiento. Funcionarios brasileños, frustrados con décadas de reveses, dijeron que podrían repensar completamente los términos de su próxima asociación. “El programa con Ucrania no funcionó”, dijo a Reuters el ministro de Defensa, Jaques Wagner. Y agregó que Brasil “hablaría con cualquier país”, incluyendo a Estados Unidos, para llevar un satélite brasileño al espacio. La atribulada historia de Alcântara incluye un accidente en 2003, cuando una explosión e incendio destruyeron un cohete fabricado por Brasil y dejaron 21 muertos. El desastre puso fin a los planes de Brasil de construir sus propios cohetes y lo llevó a acudir a Ucrania. Si Brasil escoge a Estados Unidos, Boeing Co se beneficiará. Además de aviones, la compañía fabrica cohetes y satélites y ya tiene vínculos con la brasileña Embraer SA, el tercer mayor fabricante mundial de aviones comerciales. El director de la agencia espacial brasileña, José Raimundo Coelho, dijo a Reuters que Rusia está interesada en cooperar con Brasil y que está en “la vanguardia” de la tecnología espacial. Agregó que Estados Unidos, la principal fuente mundial de partes para satélites, también es una posibilidad, aunque admitió que existen “dificultades especiales que necesitamos superar”.

 

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