La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos decidió nuevamente mantener las tasas de interés al mismo nivel, anunció el banco central el miércoles, aunque las tasas se mantienen en su nivel más alto desde 2001, causando efectos radicales en la economía.
El Comité Federal de Mercados Abiertos, encargado de fijar las políticas, decidió mantener estable entre el 5.25% y el 5.5% la tasa objetivo de los fondos federales, que nominalmente sólo determina los costos de los préstamos a un día entre bancos pero que influye en gran medida en todas las tasas de endeudamiento.
Es la primera vez que el panel decide no subir las tasas en reuniones consecutivas desde principios de 2022, cuando la Reserva Federal comenzó su dramático alejamiento de las tasas cercanas a cero.
La Fed indicó que seguirá evaluando el “grado de un endurecimiento adicional de la política monetaria”, negándose a afirmar que el actual ciclo de endurecimiento ha terminado mientras los inversionistas alcistas se aferran a la esperanza de que las tasas bajen significativamente en 2024 y más allá.
Los mercados bursátiles se mantuvieron estables inmediatamente después del anuncio y el Promedio Industrial Dow Jones subió 100 puntos, o 0.3%, en la sesión.
La campaña de subida de tipos de la Reserva Federal, diseñada para frenar la inflación, ha provocado una caída prolongada de las acciones, contribuyendo a la caída del 12% del S&P 500 desde finales de 2021.
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Los efectos del rápido ajuste monetario agotaron aún más el sentimiento del mercado de bonos. Los rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense a 10 años se han más que triplicado desde finales de 2021, superando el 5% por primera vez desde 2007 a principios de este mes.
El aumento de los rendimientos de los bonos indica una disminución en el valor de la clase de activos a medida que los bonos ya emitidos pierden valor en el mercado secundario. Más allá de agitar los mercados de valores y provocar que los gastos por intereses corporativos se disparen, las tasas elevadas han impactado al consumidor estadounidense, ya que las tasas hipotecarias son más del doble de caras que hace dos años, situándose en un máximo de 23 años del 7.8%.
Es posible que la lucha contra la inflación del banco central no haya terminado: los precios aumentaron un 3.7% año tras año hasta el mes pasado, muy por debajo del pico del año pasado pero aún por encima del objetivo del 2%.
El personal de la Fed aparentemente “se ha unido en torno a la opinión de que el reciente endurecimiento de las condiciones financieras liderado por mayores tasas de interés a largo plazo ha hecho innecesario otro aumento”, escribió el economista de Goldman Sachs, David Mericle, a sus clientes en una nota del fin de semana en la que anticipaba la decisión sobre las tasas.
Aunque las recesiones suelen acompañar a aumentos repentinos de las tasas, hasta ahora Estados Unidos ha evitado entrar en una desaceleración tan prolongada. La economía creció un 4.9% anual, el mejor ritmo en dos años, en el último trimestre.
Nota originalmente publicada en Forbes US
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