La vanguardia surge por debajo del trópico de cáncer, y como prueba de ello se encuentra el diseñador hondureño Carlos Campos, uno de los talentos en la mira latinos que promete dar mucho de qué hablar.
Por: Marcelino Pacheco
Carlos Campos
Es momento de que los inversionistas dirijan sus radares hacia la industria de la moda, en donde nuevos emprendedores están cambiando el panorama de una sector económico que solía tener su epicentro en París, Milán o Nueva York.
Las raíces latinas de Carlos Campos son reveladas en cada una de las colecciones del diseñador hondureño de prendas masculinas. Ya sea que rinda homenaje a la naturaleza o la cultura.
“Siempre tomamos un lugar o un personaje como inspiración, pueden ser los paisajes montañosos de Honduras o Pablo Neruda y Gabriel García Márquez“, afirma Campos.
De carácter sobrio, su propuesta renueva la tradición sartorial y le ha permitido posicionarse en puntos de venta como Lord & Taylor en Nueva York y boutiques multimarca en su país natal y en Perú.
Por el momento, la empresa destina en promedio 150 mil dólares al desarrollo de cada colección y no cuenta con participación de capital externo, pues en sus inicios ya tuvo una experiencia con un inversionista cuyos resultado fueron poco afortunados.
Campos prefiere en este momento tener colaboraciones con otras firmas, como la que realizó con la marca de calzado Louis Leeman.
“La madurez me ha ayudado a saber lo que quiero y cómo negociarlo. Si se presentara la oportunidad de asociarme de nuevo, lo haría únicamente para dar licencias sobre algunos productos”, detalla.
Su estrategia para el 2017 incluye cerrar negociaciones de distribución en Japón y República Dominicana y dar el salto para transformarse en una marca de estilo de vida con el lanzamiento de su primera fragancia.
“Llevamos trabajándola por un año y medio. Estoy muy contento con esta etapa porque es algo que todo diseñador sueña tener”, finaliza.
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