Finalmente llegaron los días del cambio en México, con un nuevo presidente que ha sido reiterativo… para el nuevo gobierno el poder político estará por encima del poder económico. Mientras que Trump sigue buscando desesperadamente el crecimiento de Estados Unidos para disminuir la incertidumbre que está generando (entre otras cosas) la consolidación de China -y el Yuan- como ejes centrales, la ruptura del Reino Unido con la Unión Europea, la debacle económica en Brasil y Argentina, entre otros temas que marcan este nuevo contexto que nos aterriza en 2020. Por supuesto las cifras no mienten… según FMI China logro mantener su proyección de crecimiento 2018 de 6.5%, mientras que Estados Unidos cerrará con un 2.9% que no llega a las expectativas de hace 12 meses. Y si hablamos de las proyecciones del siguiente año el panorama consolida la incertidumbre: Según la UNAM el crecimiento de México sería del 1.9%, Morgan Stanley habla de un 2.3% para EU, y en China se llegaría al 6,2% (lo más bajo desde 1990). Y es normal preguntarse a este punto ‘¿pero si en Estados Unidos el desempleo disminuye, por qué no se ve esto reflejado en crecimiento?’. Según Paul Krugman en el sistema de capitalismo que vivimos hoy, el progreso de un país depende sobre todo del nivel de inversión (dado por las locales y los foráneos) que haya en su industria y de cómo este incentive en consumo e intercambio continental de bienes y servicios. Sin embargo -y acá una de las trampas de capitalismo contemporáneo- el crecimiento en la inversión (fuera y dentro del país) sólo es posible y se sostiene en el tiempo, si no hay cambios abruptos en el valor de las tasas de cambio con respecto a las llamadas ‘monedas fuertes’. En el caso de América Latina (México, Colombia, Brasil, Argentina) hoy en día el cambio con el dólar está en uno de sus picos más altos. Con cambios en los precios los compradores se detienen y los vendedores comienzan a quedarse con la mercancía acumulada. Cuando las monedas son variables, la confianza inversionista pasa hacia los tangibles… y ya se sabe que esto termina con una burbuja inmobiliaria, digital, de hidrocarburos, etc. que al final sólo puede ser detenida por la mano fuerte del Estado que regula las reglas básicas del mercado, que nos lleva a AMLO y su forma de gobierno. Todo un círculo que termina creando una suerte de incertidumbre perpetua que pone en riesgo el desempeño industrial, más por su relación con el Estado que por el consumo en sí mismo. Dicho esto, y ante las nuevas reglas del mercado local, se tiene evidencia que el nuevo gobierno viene con una necesidad de cambiar decisiones previas y consultar las futuras a través de la consulta popular, hecho que si bien puede ser bien visto por diferentes grupos; dentro del contexto de negocios internacionales termina dando la impresión de ausencia de fortaleza en toma de decisiones, disminuye la confianza de los grandes inversionistas y hace que, como sucede en el caso de López Obrador, la forma de hacer negocios dentro del país genere incertidumbre. Sobre esto ya se ha dicho que lo sucedido con el Aeropuerto es sólo el principio… que vienen cambios en la reforma educativa y en la energética, mayor regulación en el sistema bancario… pero como siempre todo esto se ira destapando o no con el tiempo, y la especulación sólo ayuda a corroborar que al menos este primer año de gobierno será ‘expectante’ con un nivel de inversión moderado (hacia la baja), mientras se termina de observar el impacto de AMLO -y su forma de generar consulta y decisión-, más la aplicación inicial de la nueva versión de NAFTA. Para terminar de crear el contexto de incertidumbre (y sin ir a cambio climático, corrupción, y otro temas ya bien sabidos) es importante tener en cuenta que ante los ojos de todos, el sistema bancario está consolidando su transformación como industria (como lo hizo la música, el contenido, transporte…) donde se está migrando de lo regulado hacia una esfera tecnológica, donde las criptomonedas tienen la facilidad de auto regularse,  sin embargo y como parte de la transición, el dinero tiende a ser más invisible, y a su vez multiplicarse y desaparecer con mayor facilidad. Hacer Negocios (y la valentía) De todas formas, el sistema es grande y sigue girando, las posibilidades de crecimiento pueden ser interesantes si se aborda la incertidumbre desde una nueva verdad: buscar tener certeza en el mundo actual donde todo es interdependiente es poco realizable. De acuerdo con El Principio de Incertidumbre enunciado por Werner Heisenberg (1925) “cuanta mayor certeza se busca en determinar la posición de una partícula, menos se conoce su momento lineal y, por tanto, su masa y velocidad”. Básicamente se trata de enfocar sus esfuerzos en poder vivir de manera exitosa (para usted y sus expectativas) en la incertidumbre, en vez de estar buscando constantemente tener -y obtener- certeza sobre el mundo que lo rodea. Y esto terminó en una lectura profunda de ‘Skin in the Game’ (la piel en el juego) de Nassim Taleb, este filosofo que encanta a banqueros e inversionistas (como mi amigo Gerald que me recomendó leerlo) porque mezcla teoría matemática, finanzas y probabilidad con filosofía, ciencias sociales y la cultura de la calle. Muy famoso por un libro llamado ‘El Cisne Negro’. En términos generales de la lectura, ser feliz y próspero en la incertidumbre, sólo se logra si una persona / negocio / empresa es capaz en afrontar esta realidad (y con ello cada una de situaciones del día a día); para Taleb todo aquel que suele (o prefiere) ‘pararse de la mesa’ y evitar las realidades, ya sea al estilo de ‘superioridad’ de General Electric, o de ‘evitación’ como las empresas de extracción de minería, tiende a ser las primeras que deja atrás (ya sea en la estabilidad del estancamiento o desapareciendo) este nuevo entorno social, económico y cultural. Los que quedan, que deciden confrontar la incertidumbre que implica un sistema cambiante (con consumidores, personalidades, políticos, industrias y todo lo demás en ese mismo proceso simultáneamente) podrían tomar dos caminos: ser una suerte de navegante que busca tener el menor impacto posible, o pertenecer a un selecto grupo de aguerridos que buscan enfrentar los mitos y realidades del sistema actual y crear un cambio, que deje una rentabilidad. Por supuesto para el autor qué camino toma usted no es casual, estará relacionado con una mezcla entre su posición en la industria, la misma industria como tal, su ubicación, y otros elementos que nos llevan más a las escuelas de negocios. Sin embargo, habrá algunos aprendizajes y recomendaciones que suenan relevantes para lograr estar en el camino de la valentía en estos años venideros, he acá diez que llaman la atención:
  1. Ha llegado la hora de acabar con la celebración del fracaso, hacer volver a sentir a las personas (emprendedoras o no) que existe el riesgo de perder algo, y esto los hace apasionarse por su trabajo… porque si las personas se mueven se disminuye la sensación de incertidumbre.
  2. Cualquier cosa que haga para optimizar su trabajo, como cortar algunas esquinas o exprimir más “eficiencia” de él (y de su vida) eventualmente hará que no le guste, al parecer la búsqueda debería ser de la eficiencia a la experiencia.
  3. Hay un cambio en su realidad que debe hacer (para lograr lo anterior), comprender que hoy las personas ya no ‘pertenecen’ a una empresa, sino a la idea misma de no ser empleable. El miedo a hacer algo nuevo no debería ser un obstáculo si el riesgo que se asume no es alto.
  4. Como consecuencia de la sobre competencia laboral que existe en la actualidad, existe mayor competencia por ser el mejor calificado para hacer un trabajo, esta realidad también acentúa la incertidumbre. Si estudiar es su opción aproveche la oportunidad.
  5. La riqueza en vez de disminuir sus opciones (ver menos personas, vivir más lejos) debería darle opciones más variadas que le aporten a su conocimiento del mundo y su variedad cultural.
  6. En el trabajo hay que migrar de la capacidad para presentar y hacer presentaciones convincentes, hacia un enfoque en la ejecución, sabiendo que esta de plano es cambiante, desde la fecha de un evento, hasta el lanzamiento principal de la compañía puede cambiar sin previo aviso.
  7. La Transparencia como parte esencial de los negocios, desde publicidad que muestre su intensión comercial, acercamientos políticos con expectativas claras, hasta políticas salariales consecuentes. Sera este con la Diversidad, Shared Value y Circular Economy parte del lenguaje habitual de los negocios venideros.
  8. Si usted logra entender las fuerzas de cambio de la sociedad notara que se necesita menos del 10% de la población para cambiar el Sistema. El ejemplo es el paso en EU de ‘Feliz Navidad’ a ‘Felices Fiestas’ bajo el principio de tolerancia religiosa.
  9. Estar vivo tiene que ver con el hecho de tomar riesgos, y acá la invitación desde el contexto de los negocios es a cambiar su perspectiva, donde lo importante no es lo que la empresa / persona con la que se negocia tiene (o no), sino lo que tiene miedo de perder. Los intangibles y las relaciones valen mucho hoy.
  10. La maldición de la nueva etapa de profesionales -según el autor- es que estamos cada vez más poblados por una clase de personas que son mejores para explicar que para comprender, o mejor para explicar que para hacer. Encontrar aquellas personas que pueden ser ‘toderos’ y saltar entre lo estratégico y lo practico suena como una forma de eficiencia.
La valentía no es para todos, pero al parecer la certeza tampoco lo será. En este México cambiante y un entorno global que no se detiene al parecer todo estará en encontrar ‘eso’ a lo que la gente le haya valor, y como volverlo negocio de manera arriesgada y cauta al mismo tiempo. Por supuesto bajo los precios y expectativas que pide el consumidor, y sin alterar el equilibrio de los gobiernos. Qué difícil y divertido reto.

 

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