La advertencia de investigadores de EU sobre el contenido de plomo en las salsas picantes mexicanas puede tener un trasfondo económico: desde 2005 las salsas aztecas le han ido quitando terreno a la catsup.   El fin de semana pasado, investigadores de la Universidad de Nevada, en Las Vegas, revelaron que varias marcas de salsa picante mexicanas y sudamericanas que se venden en Estados Unidos contienen niveles de plomo peligrosos para la salud de los consumidores. Para quien no se enteró del escándalo, sólo les diré que después de analizar 25 botellas de salsa picante importada, los investigadores encontraron 16% de las muestras excedían los niveles de plomo permitidos por la autoridad sanitaria de EU, entre estos frascos se encontraban las marcas Salsa Picante de Chile Habanero, El Pato Salsa Picante, Salsa Habanera y Búfalo Salsa Clásica, elaborada por Hérdez. Desde hace años, Estados Unidos se ha empeñado en acusar que productos mexicanos que empiezan a venderse con cierto éxito en su mercado contienen plomo, entre ellos los casos sonados del Pulparindo y los chilitos de la marca Miguelito. Por cierto, estos casos fueron descubiertos por investigadores de la misma universidad. Pero en el caso de las salsas me llama la atención que al menos desde 2005 existe el reconocimiento de que este producto mexicano le está robando mercado a la tradicional salsa catsup. Los investigadores reconocieron que muchos niños probablemente no consumen salsa picante, pero agregaron indicaron que ciertos dulces se elaboran con los mismos insumos, entonces ¿qué es lo que realmente le preocupa a estos hombres de ciencia? We’re sorry, not catsup Ya sea botanera, clásica, verde, roja de guajillo, chile verde o chile seco, la salsa, al igual que la tortilla siempre está presentes en la mesa de los mexicanos, pero su fama ha llegado a tal grado  que ya traspasó las fronteras. En los últimos once años, según el World Trade Atlas, la demanda de este condimento creció 10 veces en Estados Unidos, y algunos países como Corea y Japón ya la sirven sus comensales. El 70% de las exportaciones de salsas mexicanas va a Estados Unidos; desde 2005, la Consejería Comercial del Banco Mexicano de Comercio Exterior  en San Antonio había detectado que después de la tortilla, la salsa era el segundo producto mexicano más demandado en el país vecino. Pero el dato interesante es que los consumidores estadounidenses ya preferían las salsas mexicanas por encima de la tradicional catsup: en 2005,  las ventas de salsa mexicana fueron de 621.6 millones de dólares, mientras que las de catsup, llegaron 472.7 millones de dólares, es decir, la salsa mexicana vendió 38% más que el tradicional preparado de jitomate. Aunque son menos picantes que las que se pueden encontrar en tierra azteca, aún existe más mercado y más posibilidades de crecimiento, según el documento de la Consejería. Entre las más vendidas están las marcas: Taco Bell, Pace, On the Border y Old El Paso, y otras como Sayil y Paisana empiezan a abrirse mercado, es decir, ninguna de las que fueron analizadas. Sería interesante tener cifras más actualizadas sobre el tema, pues es un hecho que si la venta de salsas picantes mexicanas supera las de la catsup, entonces se estaría afectando a grandes empresas estadounidenses como Heinz. Shawn Gerstenberger, investigador de la universidad, dijo que los resultados indican la necesidad de investigar mejor las salsas picantes y otros productos importados de México, yo más bien me remitiría a hacer un análisis de mercado porque ante esta revelación, los estados de EU podrían optar por rechazar las salsas picantes mexicanas. Contacto: [email protected] Facebook: Juliana Fregoso Bonilla Twitter: @julianafregoso

 

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