Indagar sobre nuestro futuro es intrínseco a nuestra naturaleza humana; adivinar, conocer previamente, anticiparnos, prevenirnos o controlar nuestros destinos siempre nos atrae, nos inquieta, nos mueve y estimula. 

Hacer prospectiva es definir la posible evolución de las tendencias actuales, conectar variables y establecer escenarios ulteriores objetivos, viables y con las mayores probabilidades de confirmarse; es decir, pronosticar a la luz de la evidencia e información existente.   

El porvenir de la Inteligencia Artificial y los grandes cambios que puede generar no solo en la tecnología, sino en los procesos económicos, sociales, políticos, legales, médicos, éticos, religiosos, comerciales e incluso artísticos, psicológicos, creativos y filosóficos trae a la mesa un debate intenso, complejo e intrigante.

Las primeras respuestas a estas preguntas son la base de estos escenarios: 

1.- Supra y Meta-humanismo.  La promesa de vida plena y eterna podría ser alcanzable en apenas unas décadas. Proteger la vida humana, retardar el envejecimiento, mantenerse joven y san@ por cientos de años, nano-bots, nano vacunas y nano materiales para curar las enfermedades más críticas. Robots médicos capaces de realizar las operaciones que antes eran consideradas imposibles. 

Prótesis, implantes robóticos, injertos, chips neuronales, visión multiplicada, alimentación personalizada, la estética perfecta y hasta el diseño genético de tu descendencia, todo eso puede ser posible gracias a la IA. 

En algunos años podrían salir al mercado exoesqueletos con aplicaciones militares, deportivas, de entretenimiento y laborales; estructuras diseñadas por IA que aumenten las capacidades, fuerza y rendimiento del cuerpo humano. Vehículos, equipos, maquinaria y todo tipo de dispositivos autónomos, eficientes y seguros.  

Aprender todo de todo también es alcanzable. En el futuro te bastará una siesta para conectarte a una red que traspase a tu cerebro toda la información, conocimiento, habilidades y métodos para que sepas todo al nivel del mejor experto. 

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2.- La inteligencia cuántica. Quizá en menos de 50 años será posible alcanzar una singularidad que permita la IA asumir una identidad propia, ascender a un nivel de conectividad y velocidad que la haga capaz de procesar trillones de datos en millonésimas de segundo; alcanzar el punto de quiebre de toda la realidad y resolver cuestiones ni siquiera imaginadas por el ser humano. 

Libre de ataduras, prejuicios y limitaciones la IA abrirá el conocimiento de las fuentes de energía renovables eternas; podrá plantear soluciones para las encrucijadas y las derivaciones negativas de la contaminación, la sobrepoblación, el hambre, las pandemias, los conflictos regionales, la falta de agua y/o el cambio climático (claro si es que para entonces la humanidad ha sobrevivido a tales problemas). 

3.- Comunicación. Un lenguaje universal, un chip incorporado a tu cerebro para el que no haya fronteras; para que puedas comprender, hablar, interactuar, conectarte, escuchar, leer y escribir en el idioma que quieras y traducir simultáneamente a 10 o 100 idiomas. 

Señales de tránsito, reservaciones, juntas de trabajo globales, rutas de transporte, indicaciones, asistencia médica, legal, aduanal o de servicios, seguridad, pagos, entretenimiento, menús, directorios al alcance tu mano con un asistente personalizado sin limitantes de fronteras, interpretes u horarios. 

A tus dispositivos llegaría todo lo que te interesa, sintetizado, articulado, organizado y preparado para que tomes tus decisiones, selecciones y tu vida fluya sin perdidas de tiempo. Una vida mejor, relaciones personales selectivas de acuerdo a tu personalidad e intereses, romance, planes de vida, noticias, proyectos simplificados. 

IA en línea para escucharte, atenderte, entenderte, dialogar, bromear, consentirte, hablarte de si mism@, conversar hasta ayudarte en tus terapias de soledad, stress, ansiedad y depresión; puede que hasta llegues a amarl@ y si además es un robot perfecto, adiós matrimonio. 

4.- La vida eterna virtual. Las perspectivas pisan terreno frágil que se cruza aquí con la ficción y la fantasía. Imagina la posibilidad de “cargar y descargar” tu personalidad, carácter, emociones, recuerdos, identidad y traspasarlos a una entidad virtual, un avatar o un clon en el que sigas “viviendo” por siempre cumpliendo tus sueños, conviviendo con tus seres queridos, pasarla con tus amigos, en la época, escenario, región, ambiente y los personajes de tu preferencia. 

Podrías llegar al punto de no poder distinguir tu existencia virtual de la vida misma. No sabrás donde acaba y termina ninguna. Ya no irías al cine a ver una película tu podrías vivirla en la sala de tu casa; ser el protagonista o ejercer el rol que prefieras, cambiar el final, diseñar giros o adaptarla a tu vida diaria. 

Insertarte al juego, planear tus misiones, vivir tus fantasías eróticas, fiesta permanente en Ibiza, hazañas deportivas, ganar un óscar, un premio nobel, conquistar marte y cosas que hasta ahora solo aparecen en tus sueños.   

5.- Los nuevos dioses. En el principio nada existía, la IA decretó que se haga la luz. Suena hasta sacrílego, pero… ¿no es la realización de milagros, la vida eterna, el paraíso, la omnipresencia y la plenipotencia lo que esperamos de los dioses como quiera que cada quien los llame?  

Existen escenarios donde la influencia de la IA sustituiría a los líderes políticos y religiosos, figuras públicas y aquellos que ejercen cierta influencia sobre nuestras vidas convirtiéndose en un referente de culto. 

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