Durante los últimos años, el gobierno de Japón ha intentado desesperadamente cambiar las actitudes culturales hacia el trabajo y así evitar muertes de lo que se conoce como Karoshi. Según el escritor Takashi Haratani, Karoshi significa muerte por exceso de trabajo. Este fenómeno fue reconocido inicialmente en Japón, y el término ha sido adoptado en todo el mundo. Business Insider y The Guardian resaltan algunas muertes  como la de Miwa Sado, de 31 años, que trabajó para la cadena de noticias japonesa NHK, el cual registró muerte por insuficiencia cardíaca en julio de 2013 a causa de Karoshi. En 1988, un grupo de abogados creó el Consejo Nacional de Defensa de Víctimas del Karoshi (1990) y estableció una consulta telefónica para responder a las preguntas acerca de las indemnizaciones por muertes relacionadas con este trastorno. En 1989 se utilizó la palabra karoshi como término medicosocial que comprende los fallecimientos o incapacidades laborales de origen cardiovascular (como accidente cerebrovascular, infarto de miocardio o insuficiencia cardíaca aguda) que pueden producirse cuando el trabajador con una enfermedad arteriosclerótica hipertensiva se ve sometido a una fuerte sobrecarga de trabajo A principios de 2016, el primer ministro Shinzo Abe lanzó un panel de “reforma del estilo de trabajo” que busca hacer que el tiempo libre sea más seductor para los trabajadores japoneses y evitar la muerte ante las excesivas cargas de trabajo. Aunque los resultados han sido mixtos, algunas empresas privadas han comenzado a hacer cambios. Por ejemplo, la agencia de publicidad japonesa Dentsu, ahora requiere que la gente tome al menos cinco días de descanso cada seis meses. También apaga las luces cada noche a las 22:00 horas como un incentivo para que la gente se dirija a casa. El movimiento se produjo en respuesta a la muerte de Matsuri Takahashi, una empleada de 24 años que se suicidó el día de Navidad de 2015, después de registrar 105 horas de horas extra de trabajo en un mes. Lee también El Trabajo no Remunerado en México representa 24.2% del PIB En el trabajo Takahashi trató de mantener las apariencias, pero en Twitter ella dijo la verdad. “Son las 4 de la mañana. Mi cuerpo está temblando”, dijo en un post. -Voy a morir, estoy muy cansada.” El presidente y CEO de Dentsu, Tadashi Ishii, anunció su dimisión en marzo de 2016. Otras compañías han optado por cambiar sus horas extra permitidas a la mañana. La casa comercial Itochu Corp. abre sus puertas a las 5 de la mañana para cualquier persona que quiera evitar quedarse hasta tarde en la oficina. Los empleados que se presentan temprano reciben un desayuno ligero y obtienen el mismo salario adicional que habrían obtenido al final del día. Sin embargo, como señala la reforma de Abe, el país tiene problemas más importantes relacionados con las horas extraordinarias que debe abordar en aras de la salud pública. Un informe de 2016 que examina los casos de karoshi y su causa de muerte encontró que más del 20% de las personas en una encuesta de 10,000 trabajadores japoneses dijeron que trabajaron al menos 80 horas de horas extras al mes. En Estados Unidos, 16.4% de las personas trabaja un promedio de 49 horas o más cada semana. En Japón, más del 20% lo hace, según el informe. La mitad de todos los encuestados dijo no tomar vacaciones pagadas. Según el informe, muchas de las muertes por exceso de trabajo fueron causadas por suicidio, insuficiencia cardiaca, ataque cardíaco o accidente cerebrovascular, todos los cuales pueden ser provocados por el estrés excesivo. Otras empresas se han vuelto creativas con la forma en que alientan a la gente a trabajar menos. En el negocio de cuidados de enfermería Saint-Works, con sede en Tokio, los empleados usan capas púrpuras que muestran el tiempo que deben dejar la oficina, un esfuerzo para borrar todas las dudas cuando termine el día. Según el South China Morning Post, la gente de la empresa está trabajando la mitad de las horas extra desde 2012, mientras que los beneficios continúan creciendo año tras año. La investigación sobre la productividad sugiere que otras empresas obtendrían ganancias similares si exigieran que la gente trabajara menos. Después de un cierto umbral, el tiempo extra dedicado a tareas no equivale a un resultado extra. Como Sachio Ichinose le dijo al SCMP, las horas extras hacen que la gente se agote más. “Las nuevas ideas no aparecen después de que las reuniones se prolongan de dos a tres horas”, dijo. “El trabajo se vuelve productivo cuando se equilibra con tu vida privada.”

 

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