La prevención es la clave en lo que respecta a las vulnerabilidades de toda empresa frente al lavado de dinero y el financiamiento al terrorismo.   A pesar de que en la mayoría de las empresas sobre todo de tamaño mediano a grande existen manuales y procesos en los que se define a la perfección por lo menos de forma escrita la función que debe jugar el gobierno corporativo de las mismas, en la práctica cotidiana dicha función no es del todo clara sobre todo en lo que respecta al debido cumplimiento con leyes y disposiciones aplicables propiciando un ambiente de control deficiente al interior de las corporaciones. El pasado mes de enero, el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (Comité de Basilea) publicó una serie de directrices para que los bancos puedan incorporar la gestión de los riesgos relacionados con el lavado de dinero y financiamiento al terrorismo (PLD/FT) en su programa de gestión de riesgos. Entre los diversos conceptos que contienen las directrices es oportuno mencionar en esta colaboración semanal los relativos a las 3 líneas de defensa con las que deben contar las instituciones financieras en materia de PLD/FT Por lo que respecta a  la primera línea de defensa, se hace referencia a que las políticas y procedimientos deben estar claramente especificados por escrito y comunicarse a todo el personal así como contener una descripción clara de las  obligaciones e instrucciones de los empleados así como orientación sobre la forma de mantener la actividad de la entidad apegada al cumplimiento de las regulaciones, así como procedimientos internos para detectar y reportar operaciones sospechosas. En este sentido el principal problema que presentan tanto entidades del sector financiero como fuera del mismo es que cuentan con manuales muy bien redactados pero carecen de procedimientos claros para su implementación, así tenemos que es prioritario el que quede claro para todos y cada uno de los empleados cuál debe ser su actividad, es decir, si existe por ejemplo una política de conocimiento del cliente relacionada con la PLD/FT, debe quedar muy claro para los empleados cuáles deben ser los pasos para la implementación de la misma desde que un prospecto de cliente pone un pie en la institución financiera. Un tema que destacan en este aspecto las directrices del Comité de Basilea es la importancia de una capacitación adecuada. La segunda línea de defensa se refiere a que el principal funcionario encargado de PLD/FT deber tener la responsabilidad de la supervisión continua del cumplimiento de las obligaciones por parte de la entidad financiera así como alertar a la alta dirección o consejo de administración si se considera que la administración no está abordando los procedimientos de manera responsable. También se hace referencia a que los intereses comerciales de un banco no deben de ninguna manera oponerse a la aprobación de la gestión eficaz de las responsabilidades del responsable de cumplimiento así como que independientemente del tamaño de la entidad o de su estructura de gestión, los posibles conflictos de intereses deben ser evitados. El problema para cumplir con lo arriba mencionado es que en muchas ocasiones por situaciones de la estructura corporativa en la que el encargado de cumplimiento no tiene el nivel necesario dentro de la estructura se dificulta un adecuado proceso de escalamiento que permita alertar a la alta dirección y consejo de administración sobre un ambiente de control deficiente y potenciales incumplimientos regulatorios. La tercera línea de defensa es la auditoria interna que juega un papel importante en la evaluación independiente de la gestión de riesgos y controles cumpliendo con su responsabilidad de informar al comité de auditoría del consejo de administración o de un organismo de control similar a través de evaluaciones periódicas sobre la eficacia del cumplimiento de políticas y procedimientos para prevenir el lavado de dinero y financiamiento al terrorismo. Podríamos afirmar que la auditoria ya sea interna o externa cierra la pinza en un proceso de control. Auditoria revisa principalmente temas que sucedieron en el pasado por lo que una función que mida en tiempo real el debido cumplimiento con la regulación aplicable debe ser fortalecida al interior de las instituciones. En la medida que las entidades tanto financieras como diferentes a ellas pongan especial atención a las 3 líneas de defensa mencionadas en las directrices del Comité de Basilea, entendiendo sus alcances y correcta implementación, lograrán resultados más eficientes en la conducción de negocios apegados a la normatividad. Kofi Annan ex Secretario General de la ONU dijo: “La educación es el gasto para la defensa más efectivo que existe”. ¿Usted qué opina, estimado lector? Contacto: www.garciagibson-consultores.com [email protected] @garciagibson *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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