Gabriela Díaz Alatriste considera que la música tiene un poder mayor que cualquier otro arte: “Entra por los oídos y toca el corazón de una forma extraordinaria”.

Y eso es justo lo que la directora de la Orquesta Filarmónica Mexiquense busca transmitir a los jóvenes integrantes de la agrupación, la cual encabeza desde febrero de 2018: “La música nos llega de una forma increíble. Esto es la esencia de lo que hacemos, y trato que los jóvenes lo valoren, que la gente lo valore también. La música ensalza el espíritu y, en este mundo tan convulso, eso hace una gran diferencia”.

La maestra Gabriela está al frente de una orquesta con 20 años de existencia y cuya sede, desde 2020, es el Centro Cultural Mexiquense Bicentenario, en Texcoco. Estudió Piano y Dirección Coral en el Conservatorio Nacional de Música y, después, se interesó en la dirección de orquesta, pero le fue difícil hallar, en el país, un espacio donde estudiarla en forma, porque no existían programas para ello.

“Había que acercarse con directores y checar con ellos si tenían tiempo para que compartieran sus conocimientos”, recuerda. Se fue, entonces, a Estados Unidos, país en donde había mujeres que ya estudiaban lo que ella quería.

Posteriormente, el director de orquesta Eduardo Mata la apoyó para que se estableciera en Dallas, Texas, y empezara, así, su carrera profesional. Mientras vivió allá, venía ocasionalmente a México a dirigir, y eso le ayudó a que la voltearan a ver: Gracias a la dirección orquestal que había hecho en Xalapa, la llamaron para que dirigiera la Orquesta Sinfónica de la ciudad: “Una de las top 3 del país”. En 2009, la Orquesta Sinfónica del IPN le ofreció la dirección, la cual ejerció por cuatro años. Después, el director de orquesta Enrique Bátiz le ofreció la subdirección de la Orquesta Sinfónica del Estado de México y, en 2018, la Secretaría de Cultura y Turismo de la entidad la nombró directora titular de la Orquesta Filarmónica Mexiquense.

Gabriela Díaz Alatriste
Gabriela Díaz Alatriste. Foto: © Aurea del Rosario.

“Ha sido una tarea ardua que me ha traído mucha satisfacción, sobre todo cuando se trata de jóvenes mexicanos, mexiquenses, artistas, músicos… ayudar a esos jóvenes a perseguir y alcanzar sus sueños”, dice. Para ella, una orquesta es una maquinaria precisa que requiere que todas las partes funcionen, y eso exige mucho compromiso y disciplina de los músicos, como la puntualidad. Está comprometida no sólo con los jóvenes a quienes dirige, sino con su lucha para que se abran espacios para mujeres directoras:

“Si la dirección de orquesta es muy complicada, ser mujer y directora de orquesta es algo complicadísimo, a un grado exacerbado”, resalta. “La dirección de orquesta sigue siendo una posición donde se discrimina y no existen las mismas oportunidades para hombres y mujeres”, añade.

Este texto lo puedes leer en la edición 133 de nuestra revista Forbes México.

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