El primero de noviembre de este mes, Grupo Sanborns, de Carlos Slim, fue otra empresa más que dejó la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). En los últimos cuatro años, doce empresas han dejado los mercados bursátiles mexicanos. Entre estas empresas se encuentran Aeroméxico, Banco Santander México, Bio Pappel, Elementia, Fortaleza Materiales, General de Seguros, Grupo Lala, IEnova, Maxcom, Monex y Rassini. Adicional a estas doce empresas, Aleatica, Bachoco, Farmacias Benavides, Hilasal, ICA e Ingeal se encuentran en procesos similares para salirse de la BMV.

La salida de muchas empresas de la BMV se debe a la poca bursatilidad en los mercados de capitales en México. Los activos financieros con alta bursatilidad son fáciles de comprar y vender, por lo que su precio tiende a ser más estable. Por el contrario, los activos financieros con baja bursatilidad son más difíciles de comprar y vender, por lo que su precio puede ser más volátil. Justamente por la poca profundidad bursátil en México, las acciones de empresas medianas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores tienden a estar subvaluadas. Es decir, su precio no es el justo o el que desearían los dueños controladores de dichas empresas.

Adicional a la poca bursatilidad en México, las tasas de interés estuvieron muy bajas durante parte de estos últimos cuatro años, lo que hizo más económico que empresas buscaran financiamiento fuera de la bolsa. De hecho, muchas empresas también han buscado conservar el control en su consejo y no estar bajo el escrutinio de autoridades financieras. Por último, el cambio en políticas regulatorias, sobre todo en el sector energético, así como la falta del estado de derecho en México han puesto nervioso a muchos dueños de estas empresas.

Todos estos factores no solo se ven reflejados en la salida de empresas de los mercados bursátiles, sino también en el número de empresas que se han listado durante los últimos cuatro años. Particularmente, ninguna empresa mexicana ha tenido una oferta pública inicial desde el 2017. Por igual, el número de bursatilizaciones —o la comercialización de flujos de efectivo futuros similares para crear valores negociables— en México se ha desplomado desde el 2019.

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Un fenómeno similar está ocurriendo en otros mercados emergentes. Si comparamos el precio de las acciones en los mercados emergentes contra las acciones listadas en los Estado Unidos, particularmente contra el índice S&P 500, podemos observar que la relación matemática de su valor pasó de estar 1 a 1 en el 2011 a estar 1 a 0.2 en el 2023. Es decir, las acciones en mercados emergentes han perdido su valor en un 80% en comparación al valor de las principales acciones listadas en Estados Unidos. De hecho, este es el nivel mas bajo en el valor de las acciones en los mercados emergentes, en comparación al S&P 500, del que se tenga registro desde 1987. 

El acceso a las acciones internacionales, particularmente a las de Estados Unidos, por medio del Sistema Internacional de Cotizaciones (SIC) para inversionistas retail está profundizando aún más dicha trayectoria. Por parte de las empresas y del gobierno queda crear un ambiente más propicio de inversión y de crecimiento que atraiga a más inversionistas al mercado mexicano. Esto último detonaría que más empresas quieran participar en los mercados bursátiles en nuestro país al haber mayor profundidad bursátil. 

Contacto:

Jose Roberto Balmori es director de los programas de licenciatura de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México

Twitter: @jrbalmori

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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