El 2 de junio, México tiene una cita trascendental -como siempre se dice- en las urnas, más allá de discutir sobre la personalidad y características de los actores designados por los partidos políticos, lo verdaderamente importante, lo que está en juego y lo que debería se motivo de discusión a fondo y permanente son diversos temas que afectarán su viabilidad y desarrollo futuros.

Votar puede abrir o cerrar la puerta hacia un modelo de sociedad justa, libre, soberana, competitiva y democrática con un gobierno eficiente, capaz, transparente y moderno. La tarea es enorme, el recuento de daños es inmenso y los problemas se siguen acumulando todos los días.

Las líneas de discusión no pueden ser las máscaras electorales, la política debe enaltecerse abandonando lo superficial y banal. La ciudadanía -especialmente la juventud-, debería estar muy alerta y comprometida, grandes retos se les vienen encima y se requiere de mucha disciplina, trabajo, coraje, determinación, patriotismo, sentido altruista, empeño, consensos, acuerdos, seriedad.

El discurso y el debate no puede seguir en torno al regoldar de chismes, agresiones verbales, la tragicomedia eterna de jugar a la víctima, complejos, enredos y sentimientos de culpa que solo exacerban la división y la confrontación. La agenda es compleja.

1- A la hora de gobernar, lo que cuentan son los resultados, los números, el balance objetivo, las realidades contundentes, de nada sirven los pretextos, las excusas, las evasiones. A la hora de votar, lXs electorXs son el consejo de administración que debe exigir cuentas, analizar y poner en la balanza la capacidad para dirigir un aparato gubernamental de manera eficiente, con visión, integridad y calidad en la toma de decisiones.

Como si fueras a un proceso de selección de personal, separa la verborrea, demagogia y los gestos populistas de tus opciones y céntrate en la mezcla de talentos: integridad, innovación, eficacia, honestidad, capacidad para administrar.

Cuestiona lo que te interesa a ti, no te dejes llevar por cuentos y mentiras, promesas de proyectos inviables. Recuerda, en cada centavo del erario público que alguien se roba, se malgasta, se desperdicia no solo se van tus impuestos, sino tus oportunidades, tus posibilidades de desarrollo, seguridad, salud, vivienda, tus aspiraciones y tu derecho a una vida mejor.

2- Un buen gobierno solo puede existir con ciudadanXs empodradXs, con instituciones fiscalizadoras, con poderes autónomos, con leyes, voces críticas, luchadores sociales, auditorías imparciales que no permiten los excesos, que vigilan de cerca, que se oponen y luchan contra la corrupción, las mentiras, el nepotismo, la falsa publicidad y el engaño.

Los ciudadanos no están para rendir tributo a nadie, el gobierno y la autoridad se forjan desde la sociedad, que hagan bien su trabajo depende en principio de ti.

Votar es decidir, incidir, influir, direccionar lo que se busca y expresar hacia dónde quieres que funcione la sociedad; requiere de tomarse el gobierno, la autoridad y las decisiones alineadas conforme a tus intereses y demandas.

Elegir significa ponderar, evaluar, ponerle freno a la doble moral; desterrar la mediocridad y el conformismo. Es el tiempo de luchar por que el rumbo de la nación no sea impuesto desde el gobierno y para que se incluya en la agenda lo que en verdad te preocupa, te interesa y lo que realmente necesita la gente.  

Sufragar es ir a la urna en la mayoría de edad ciudadana, no puedes tolerar ser tratadX como votante sumisX, dependiente, desinformadX a quien se le puede ofrecer cualquier cosa. Demanda respeto, calidad de propuestas y seriedad de liderazgos, toma una actitud de reproche, activa, congruente, personal, no te rindas tan fácil.

Además, recuerda, aunque parezca que no, todo lo terminas pagando, si el dinero no te alcanza, si las cosas suben de precio, si no puedes ganar mejor o si el transporte, la vigilancia, los hospitales o los servicios no funcionan ya sabes que elegir mal fue el primer paso.

3- Votar es invertir; cada vez que buscas algo, tratas de seleccionar lo mejor, lo que más se ajusta a lo que esperas, calidad, precio, atención, garantía ¿cierto? ahora extrapola eso a la política, si te divierten los “personajitos”, situaciones chuscas, rumores y “tendencias” está muy bien, pásatela a gusto, pero ya a la hora buena, haz una pausa, respira y toma en cuenta lo que vale.

Las payasadas, la simulación, los excesos desde las redes sociales en la política son posibles; sin embargo, dentro del gobierno son muy dañinas, costosas y se revertirán en tu contra.

Te preguntas ¿por qué son tan corruptXs? ¿cómo nos engañaron? ¿por qué no cumplen? ¿Dónde está todo lo que se robaron? ¿Por qué las leyes no sirven de nada? ¿No tienes agua? Disculpa, que pena, tú le abriste la puerta a quienes no deberían estar ahí.

Nadie discute que tengan derecho a postularse, solo que la decisión, la selección, -por lo tanto- la obligación de elegir al mejor y mas calificado era tuya, la dejaste ir, no la ponderaste adecuadamente. Seguiremos insistiendo.

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