México cerró el año pasado con una inversión de 12,000 millones de pesos en la industria audiovisual, pero ésta podría duplicarse (1,380 millones de dólares) hacia 2026 si el país adopta una estrategia de incentivos fiscales para atraer y facilitar el desarrollo de proyectos audiovisuales nacionales e internacionales, sugirió un estudio realizado por la consultora británica Olsberg SPI para la Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica (Canacine), presentado este lunes en conferencia de prensa.

La consultora destacó que México tiene el potencial para convertirse en hub número uno para la generación de contenido global en español y para atraer grandes producciones audiovisuales de todo el mundo, ya que cuenta con talento técnico, locaciones, infraestructura, bajos costos y está cerca de Estados Unidos (la principal industria audiovisual del mundo), sin embargo, no tiene incentivos fiscales que sirvan como gancho para captar más inversión audiovisual.

México debe contar con instrumentos para entrar a la competencia mundial por la atracción de grandes producciones. Estos instrumentos son incentivos, y los más conocidos y usados son los cash rebates o tax credits. Con la implementación de estos incentivos, las producciones de mayor presupuesto podrían elegir a México para filmar. De no hacerlo, el país podría perder muchas oportunidades de atracción de inversión, advirtió el estudio de la consultora Olsberg SPI.

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Los hallazgos de este estudio fueron presentados durante el Segundo Encuentro de Empresas Producción, celebrado este lunes en los estudios iP9, ubicados en la colonia Atlampa de la alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México, adonde asistió también el secretario de Relaciones Exteriores del gobierno de México, Marcelo Ebrard, para presentar el nuevo “Manual de buenas prácticas para la industria audiovisual en México”, elaborado luego de reuniones que ha tenido el canciller y su equipo en California con empresas como MPA, Netflix, HBO o Paramount.

“Uno de los sectores de la economía de México que puede crecer y generar valor más rápido es la industria creativa, quizá el otro sería todo lo que tiene que ver con semiconductores y electromovilidad. Las industrias creativas en México tienen un potencial muy grande. Hoy contribuyen al 7% del Producto Interno Bruto de México, y solo la industria audiovisual es el 1%”, declaró Ebrard en entrevista con la prensa luego de la presentación del estudio

“De ese diálogo (en California, Estados Unidos) con todas esas empresas nos dijeron que se necesitan una serie de cosas (para que detone la industria audiovisual en México). Este Manual es una guía para ser competitivo y traer más producciones a México de estas empresas. Es un esfuerzo conjunto con productores audiovisuales en México, MPA y otras empresas para tener este manual que sirve a los gobiernos federal y estatal”, comentó el funcionario.

“Si los puntos contenidos en el Manual se llevan a cabo, podríamos esperar a duplicar la aportación de este sector a la economía de México en número de empleos y riqueza generada. México es una potencia cultural. ¿Por qué del total de la inversión global (audiovisual) solo recibimos el 1%, y estamos junto a la principal potencia de producción audiovisual? Hay varias razones una de ellas son los incentivos fiscales y otros están contenidos en el manual, que es un paso importante para aumentar la participación de México en este mercado creciente que nos interesa mucho, y además tenemos mucho qué decirle al mundo”, añadió Ebrard.

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Hallazgos en la industria audiovisual mexicana

De acuerdo con el estudio de Olsberg SPI, los inversionistas globales de producción están muy interesados en México como un centro de producción audiovisual.

“Esto se debe a una serie de factores positivos, incluida la base de talentos bien considerada de México, su infraestructura, base de costos, ubicaciones y proximidad a los centros de toma de decisiones de los Estados Unidos. México también está bien posicionado estratégicamente debido al auge global de los contenidos audiovisuales en español”.

“Debido a estos elementos atractivos, el sector de producción audiovisual de México ha estado muy ocupado desde el apogeo de la pandemia de Covid-19.  Sin embargo, esta tendencia de crecimiento oculta el hecho de que México está, de hecho, en bajo rendimiento como mercado en comparación con el crecimiento en otros mercados clave de producción audiovisual mundial. Las presiones inflacionarias y de otro tipo en el sector están aumentando el enfoque de los inversionistas en los mercados de producción con incentivos, y existe la posibilidad de que México vea reducir los niveles actuales de producción en los próximos años”.

Los atributos únicos y las capacidades de producción de México le colocan en una buena posición para soportar un mayor crecimiento inmediato de producción audiovisual global en respuesta a la eventual introducción de un incentivo fiscal. Esto incluiría un repunte en las producciones de mayor presupuesto. Pero, por el contrario, alerta la consultora, “no hacer nada conduciría a un debilitamiento de los niveles de producción de México” y la fuga de proyectos a otros países de Latinoamérica.

“Bajo el modelo de adopción de incentivos completos, un incentivo generaría un estimado de 14 mil 100 millones de dólares en producción acumulada total entre 2023 y 2028, incluidas las fases de impacto directas, indirectas e inducidas. En términos de valor agregado bruto (VAB), se proyecta que el modelo de adopción completa genere casi 7 mil 300 millones de dólares en VAB acumulado entre 2023 y 2028. El modelo de impacto económico impulsado por el gasto de producción de SPI indica que un incentivo competitivo internacionalmente también podría generar 38 mil 180 empleos en 2028, a través de impactos directos, indirectos e inducidos”.

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Colombia, un caso de éxito

A nivel Latinoamérica, pese a que México es la segunda economía más fuerte, no cuenta con un incentivo fiscal nacional, solo uno estatal (Jalisco), a diferencia de países como Chile, Colombia, Ecuador o Uruguay. Un caso de éxito es el de Colombia, que ha atraído producciones audiovisuales como “Memoria”, protagonizada por Tilda Swinton, o “Los 33”, estelarizada por Antonio Banderas. Ambas producciones se realizaron en Colombia gracias a los incentivos fiscales de ese país. Silvia Echeverri, directora de la Comisión Fílmica de Colombia, dijo que producciones como esas se habrían grabado en México si no hubiese sido por sus incentivos fiscales.

El estudio de Olsberg destacó que “en 2020, se observó que 39 películas internacionales habían rodado en locación desde la introducción del incentivo de reembolso del Fondo Fílmico Colombiano (FFC) en 2012. Se trata de un aumento significativo de la actividad con respecto a las 14 producciones que se rodaron en el país en los 50 años anteriores a la implementación del incentivo. Los productores nacionales también pueden acceder al FFC, lo que también ha permitido un aumento de la producción audiovisual colombiana, con 17 estrenos nacionales en salas de cine en 2013, que aumentaron a 48 estrenos nacionales en salas de cine en 2019, así como numerosos proyectos que participaron y/o ganaron en festivales internacionales de cine”.

En 2020, el Gobierno de Colombia amplió el incentivo para incluir series de televisión y vídeos musicales, e introdujo un incentivo adicional para las producciones extranjeras: el crédito fiscal transferible de los Certificados de Inversión Audiovisual en Colombia (CINA). Con el FFC, los productores internacionales pueden acceder a un reembolso en efectivo del 40% de los gastos subvencionables de preproducción, producción y posproducción, para mano  de obra local y servicios de proveedores, así como a un descuento en efectivo del 20% para  servicios de producción tales como el alojamiento.

El CINA es un crédito fiscal transferible que puede venderse en la Bolsa de Valores de Colombia. Es una ventaja considerable, ya que la  estructura del incentivo CINA no requiere una asignación directa de fondos, porque se financia  a través de los ingresos fiscales no percibidos, en lugar de una asignación presupuestaria. Desde su introducción en 2013, para 2020 se habían aprobado 58 producciones internacionales para el CINA, lo que se tradujo en un total redondeado de 300 millones de dólares de inversión,  y generó alrededor de 20,000 empleos.

“Antes de la implementación del incentivo, la  infraestructura de producción del país era limitada, pero desde entonces se ha beneficiado de  la afluencia de inversión extranjera y de la demanda de la industria, lo que ha convertido a  Colombia en uno de los mayores centros de producción de América Latina”, destaca el estudio a manera de mercado comparado para México, subrayando el potencial del país como un posible hub global para la industria audiovisual.

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