Por: Luis Javier Álvarez Alfeirán

La responsabilidad nos obliga a hacernos esta incómoda pregunta. Y digo que es la responsabilidad porque seguramente no es ni el deseo ni la esperanza, pero el éxito de todo buen proyecto es la planeación, y a nivel de Estado, debemos anticipar los sucesos con mucho más antelación que los tiempos con que lo hace la iniciativa privada. Hoy sufrimos una escasez de energéticos aun cuando el presidente López Portillo exclamó la famosa frase: “el reto ahora es administrar la abundancia” cuando los yacimientos de Cantarel fueron descubiertos; sin embargo, la realidad es un duro golpe que terminan viviendo más los ciudadanos que los gobernantes.

Hoy, el turismo para nuestro país representa una de sus fuentes principales de ingresos y de empleabilidad, sin embargo, no podemos negar que no atravesamos por el mejor momento de nuestra historia; la inseguridad, por más que quiera ser disimulada, sigue teniendo índices preocupantes de crecimiento en cantidad y violencia, los gobiernos estatales de algunos de los destinos turísticos más importantes de país parecen rebasados; el sargazo que invade cada año con más fuerza las playas de Quintana Roo, no puede ser combatido con el presupuesto de la iniciativa privada y poco a poco va erosionando la riqueza natural de la región; la poca inversión en infraestructura terminará cobrando la factura más allá de la apuesta millonaria de un solo proyecto ferroviario que sigue absorbiendo un presupuesto por falta de planeación detallada, manifestaciones, un sistema aeroportuario que no termina de ser eficiente, marchas ciudadanas, mítines políticos, gobernantes fuera de sus oficinas haciendo campaña y un largo etcétera tiene a México con la mira puesta en un limitada visión de sucesión presidencial que si bien es relevante, es sólo eso, una sucesión, en cambio, el Estado Mexicano, aquel del que son responsables los tres poderes de la Unión y no sólo el Ejecutivo, sigue sin tener claro su futuro.

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Hoy la salud del turismo mexicano se debe a la visión de desarrollo de hace más de cincuenta años y, aunque vive momentos importantes, necesita un repensamiento para saber hacia dónde se dirige y en dónde queremos estar dentro de los próximo cincuenta años. 

El deseo y la esperanza nos llevan a pensar que seguiremos siendo líderes mundiales y una de las más importantes potencias turísticas, pero la responsabilidad nos obliga a hacernos las preguntas correctas para lograrlo. Hoy contamos con líderes jóvenes que impulsan una renovada visión de la industria turística como es el caso de Braulio Arsuaga en el CNET, con experiencia madura y probada como la del Secretario de Turismo, Miguel Torruco, universidades líderes que cuentan entre su oferta académica con programas de turismo, contamos aún con grandes recursos naturales y una visión de país que, aunque se ha resquebrajado, no ha perdido su solidez; pero tenemos que poner en acción las palabras y comenzar desde ahora a modernizar el turismo mexicano para que se renueve y revitalice su fuerza e importancia. Necesitamos prepararnos para el atardecer de la industria de forma que, cuando llegue la noche, estemos con la confianza de que no será el último, sino que, con un nuevo amanecer, encontrará la fuerza y vitalidad para seguir siendo líderes turísticos para las siguientes generaciones.

Contacto:

Luis Javier Álvarez Alfeirán, MA, Director de Le Cordon Bleu-Anáhuac

[email protected]

Twitter: @DirectorLCBMx

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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