El próximo 4 de junio, México cumplirá oficialmente un año de haber dado inicio a un proceso que apunta a ser de los que mayor transformación traerá a uno de los sectores económicos más importantes del país: la banca.

Ese día se cumplirán oficialmente 12 meses desde que la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) publicara las reglas para el modelo de banca abierta, también conocido como open banking, que exige la llamada Ley Fintech.

Fue así como el país dio el banderazo de salida a un proceso que cambiará, de cara al futuro, la manera en que se relacionarán con sus usuarios las empresas de este sector, tanto tradicionales como de más reciente creación, como lo son las startups de tecnología financiera.

El open banking tiene como esencia la posibilidad de generar nuevas experiencias para la gente, apoyándose en el elemento de la data, el cual, hasta antes de hoy, poco había sido explotado a detalle por las entidades financieras.

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“La base de la banca abierta es la transferencia de data, de manera segura, de un lado a otro, con el objetivo de que las personas puedan tener acceso a su información en el momento que quieran y desde el lugar que quieran”, explica Esteban Domínguez, director de Alianzas Fintech de Citibanamex.

Se trata de un cambio que, a la larga, permitirá a los usuarios de la banca disfrutar de mejores servicios relacionados, principalmente con un entorno que será mucho más personalizado. que el ya conocido por nosotros y que utilizamos en la actualidad.

“Claramente, el open banking es la puerta directa hacia a la banca personalizada, la cual se podrá desarrollar gracias a toda la información que podrá procesarse y utilizarse”, comenta el directivo.

Con él concuerda Marcelino Herrera, director adjunto de Banca Digital en Scotiabank México, quien advierte que el open banking se presenta como una oportunidad certera y directa para poder caminar justo en esta dirección.

“El open banking se presenta para nosotros, al mismo tiempo, como un desafío y una oportunidad, porque, por supuesto, nos permitirá brindar servicios mucho más personalizados, algo en lo que ya desde hoy estamos trabajando”, comenta, en entrevista.

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LA ERA DE LA BANCA PERSONAL

Pero, ¿cómo es que esta idea logrará consolidarse? Por un lado, aprovechando la data de los usuarios que las diferentes entidades financieras tienen en sus manos para poder desarrollar productos mucho más acordes con los que la gente realmente está buscando.

“Toda esta información que eventualmente estará disponible va a permitirnos crear una oferta de productos mucho más específicos y relacionados con las necesidades de cada persona, y hará que estén disponibles y puedas utilizarlos cuando los requieras”, dice Domínguez.

La idea, agrega, es que las personas tengan a su disposición, literalmente, un buffet o pull completo de productos y servicios generados sólo para ellos.

Por otra parte, un aspecto que resulta aun más importante es que la apertura de la data también permitirá que las aplicaciones de las distintas instituciones bancarias, neobancos y otros actores del ecosistema sirvan a los usuarios no sólo para verificar las cuentas y servicios que tienen abiertos con ellos, sino que compilen también, sin ningún problema, las que tienen con otros jugadores.

“Lo que nos va a permitir también el open banking es poder ser la aplicación de servicios financieros de cualquier persona, esto sin importar el banco que tenga [cada cliente]; desde una misma aplicación podrás verlo todo”, menciona Herrera, de Scotiabank.

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Se trata, entonces, de una acción que convertirá las aplicaciones de la banca en plataformas de personal finance management, desde las cuales la gente podrá tener una bitácora muy clara sobre el estado completo de sus finanzas.

De esta manera, se abrirá una competencia importante en todas las instituciones por aglutinar en sus aplicaciones a la mayor cantidad de personas posible, mismas a las que podrán después sumar a sus filas, precisamente con los productos personalizados antes mencionados.

“Vamos a llegar a un momento en el cual podrás ser cliente de cualquier banco del mundo y usar la app de Scotiabank para checar tu estado de cuenta; entonces, nosotros vamos a tener que trabajar muy fuerte para enamorar a las personas con la aplicación, compitiendo al mismo tiempo, de igual a igual, tanto con los jugadores grandes como con los chicos”, sostiene Marcelino Herrera.

AVANCES

A pesar de que las distintas instituciones financieras ya se preparan desde hoy para este momento, aún existen diferentes pasos, principalmente regulatorios, que deben de cumplirse para saltar a esta nueva fase.

Luego de haberse realizado la publicación de los primeros términos de este proceso el año pasado, enfocados principalmente al establecimiento del concepto de datos financieros abiertos y ubicación geográfica de sitios físicos, como oficinas, sucursales y cajeros, la CNBV debe seguir dando pasos en este proceso.

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Y una parte de ello está relacionada directamente con continuar con el proceso de aprobación de las compañías fintechs, entre ellas, neobancos, agregadores y más, que solicitaron al organismo ser reguladas.

“La fase inicial del proceso fue que se emitieran las normas de regulación secundarias, mismas que salieron en junio del año pasado. A partir de ahí, los bancos tuvimos 12 meses para prepararnos y crear un primer piso de entrada para el tema regulatorio. Ahora estamos viendo qué tanto apetito hay por el consumo de la data de manera más tangible y observando quiénes son los jugadores que están siendo autorizados por la CNBV”, apunta Esteban Domínguez, directivo en Citibanamex.

Aún parece ser largo el camino para llegar al momento en el cual las personas puedan sacar el máximo provecho posible de la información; sin embargo, lo que es claro, advierten los expertos, es que el open banking es la siguiente gran revolución de la banca a nivel mundial.

“El open banking es la siguiente gran revolución, y tenemos que estar a la altura de las circunstancias para generar las mejores experiencias para los clientes y poder competir con todos los jugadores”, dice Marcelino Herrera, director adjunto de Banca Digital en Scotiabank México.

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