Por Christian Léon Trueba
El crecimiento del e-commerce mexicano ha traído sin duda muchas oportunidades, tanto para los negocios extranjeros que quieren abrirse camino en México como para los emprendimientos de comercio en línea locales. Pero también ha creado presiones fuertes en los negocios, que no solo deben ganarse un lugar frente a los consumidores mexicanos, sino que deben destacar positivamente entre la competencia, particularmente durante el último trimestre del año.
Sin duda, la primera de estas presiones es el costo de adquisición de los usuarios. Las grandes plataformas de difusión digital son cada vez más costosas, por lo que es importante que, una vez captados los clientes potenciales, los negocios logren convertirlos y así se justifique cada peso invertido. Para conseguir que los compradores finalicen la orden de compra, se necesita encontrar otros puntos de eficiencia y simplificar procesos con ayuda de aliados clave que faciliten cada etapa del proceso de compra y, al hacerlo, aumente la tasa de conversión.
La segunda presión que vive el e-commerce en México es el nivel de exigencia de los usuarios. En el país, 4 de cada 10 consumidores digitales adquiere un producto en línea una vez a la semana (AMVO), y son estos compradores quienes exigen a los retailers tener presencia en nuevos canales, que se permita el uso de carteras digitales y que el comercio electrónico ponga a su disposición un abanico de opciones para las compras en línea, como el formato BOPIS de pago en línea y recolección en tienda física.
Por último, está la presión de la logística. Hace 10 años, cuando escuchabas que en otros países había entregas en 24 horas, veías muy lejano que esto sucediera en México. No obstante, las entregas actualmente se realizan incluso en menos tiempo, y obviamente esto implica un costo más alto y una operación que esté al nivel de la exigencia del mercado. El 86% de los consumidores mexicanos considera que la velocidad de entrega es un factor importante para elegir un retailer (SOTI).
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La buena noticia es que, cuando un negocio tiene presiones, ya sea por el lado de las transacciones, de los pagos o incluso en la logística, existen maneras de optimizarlos. Y, al hacerlo, la probabilidad de que aumente su tasa de conversión es alta. Además, al optimizar las debilidades, los retailers logran diferenciarse de la competencia.
Una manera eficiente de mitigar estas presiones es enfocarse en incrementar ingresos y rentabilidad a través del “checkout” y los pagos que suceden en el mismo. La oportunidad en México es gigante y actualmente los comercios pueden lograr incrementos de hasta 15% en la conversión a través del uso de tecnologías basadas en inteligencia artificial que ayudan a detectar y acelerar a los buenos usuarios en su recorrido de compra, logrando reducir la transacciones declinadas e incrementar las ventas. Eso se puede alcanzar con una buena solución antifraude, amparada por modelos robustos de machine learning en constante evolución, que además eviten ser víctimas de abusos y contracargos.
Las cifras hablan por sí solas: en 2021, México registró aproximadamente 4,000 millones de pesos en reclamos en e-commerce y 200 mil contracargos al mes (AMVO), números que se traducen en pérdidas para los comercios y que se reducen con la implementación de métodos de pago y soluciones inteligentes.
Al final del día, lo que buscamos en la industria del comercio electrónico es que el cliente convierta y se logre la venta.Y son estas presiones las que están impulsando al e-commerce mexicano y obligándolo a tener mejores prácticas. Si antes de la temporada de ventas de fin de año encuentras el punto débil del negocio, aquel que tiene una mayor presión, y buscas a los aliados correctos para mejorarla, seguramente tendrás un cierre de 2022 memorable y grandes lecciones para poner en práctica en 2023.
Contacto:
Christian Léon Trueba, Director de Signifyd en Latinoamérica
Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México
