Nicholas Negroponte, fundador del Media Lab de MIT, era tachado de loco cuando decía que en el futuro se enviaría dinero de manera inalámbrica. 

Quienes lo descalificaron hace años, hoy le ruegan asesoría para tratar de dibujar escenarios para el desarrollo de nuevos ecosistemas de pagos y personalización de experiencias financieras.

Perspectiva desde los orígenes

Para leer con precisión el panorama de las fintech resulta indispensable repasar con una mirada crítica el contexto de su surgimiento. 

2008 cuenta un hito para dar la razón a Negroponte y sentar las bases de las fintech. En ese año se popularizaron los primeros smartphones, hecho que representa la célula, no solo de una nueva comunicación personal sino el inicio de la transmisión masiva de datos —entre ellos los financieros— que abrió una nueva era en la democratización de los pagos.

Ese año, también, estalla la crisis generada por la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos que puso de manifiesto la urgencia por renovar el sistema financiero desde las bases, con evidencias como:

  • La conexión global no era una audaz teoría de algunos economistas especuladores.
  • El paraíso de unos cuantos alertaba del inminente cataclismo de muchos, gracias a huecos regulatorios.
  • No hay tamaño de una empresa ni de un sistema que pueda blindar el colapso que las prácticas irresponsables puedan detonar.
  • Toda decisión implica una renuncia, especialmente al considerar el impacto económico real de las políticas financieras.
  • No hay transparencia que sobre cuando se trata de responder a la ciudadanía con un sentido responsable e interesado en hacer crecer a la sociedad y no unos cuantos bolsillos
  • Los niveles excesivos de la deuda y del apalancamiento solo evidencian un peligro latente en casa (y más allá).
  • Entre mayor complejidad tiene un instrumento financiero, más transparente tiene que ser su operación.
  • El norte en la brújula del futuro de los instrumentos y los mercados financieros debe ser la democratización, el crecimiento y el desarrollo social.

Con estas lecciones a flor de piel, altos costos operativos por parte de la banca, pero con un mayor sentido de innovación en el ambiente, se da el impulso definitivo para la consolidación de las fintech.

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Las fintech en México, hoy

A las precauciones expresadas por el Fondo Monetario Internacional en torno de una próxima y eventual desaceleración hay que sumar la incertidumbre generalizada en la mayoría de los sectores debido a las tensiones políticas locales y globales. 

Aún así, el clima representa oportunidades como los cambios en las cadenas de producción que estimulan la inversión y la moderación en la tasa de inflación. Estos elementos externos y los aprendizajes que trajo 2008 ofrecen perspectivas alentadoras para el entorno fintech en 2024.

No es casual que México sea un país atractivo para el desarrollo de este ecosistema: cuenta con la Ley Fintech que regula su operación; tiene el respaldo de la Condusef para atender casos de controversia; cada vez hay más fondos de capital que invierten en estas empresas y el alcance de los servicios en relación al número potencial de usuarios es muy alto.

Hoy se cuentan más de 1,300 empresas fintech en México en donde los segmentos protagónicos son lending, payments and remittances y enterprise technologies for financial institutions. Juntos estos rubros sumaron más de 350 empresas activas a inicios de 2023.

El ambiente optimista lo respalda la expectativa de venta para 2023 que fue mayor que la de 2021, cimentada sobre tres puntos:

  • Generación de alianzas y colaboraciones estratégicas con otras empresas del ecosistema
  • Innovación en sus estrategias de venta
  • Mejora en su portafolio de productos

2024 representa para México y las fintech, un atractivo ambiente para operar ya que los mexicanos nos caracterizamos por una rápida adopción de productos y servicios, tenemos mejor marco regulatorio en la región y contamos con mayores tickets promedio.

Nicholas Negroponte logró anticipar el uso de tecnologías digitales en industrias que no lo hacían. La idea se le ocurrió al extrapolar una práctica a otro campo de aplicación.

Los retos para las fintech en 2024 trascienden la mera extrapolación. Al menos se anticipan, la consolidación del ambiente colaborativo para lograr un panorama fintech 2.0 de finanzas embebidas con integraciones de entidades financieras y no financieras; el avance en la carrera por escalar operaciones e internacionalizarse y el desarrollo seguro y personalizado de ecosistemas de pagos de próxima generación.

Contacto:

Eduardo Navarrete es head of Content en UX Marketing, especialista en estrategias de contenido y fotógrafo de momentos decisivos.

Mail: [email protected]

Instagram: @elnavarrete

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