- El apoyo económico era importante dado que, en algún punto, hubo demasiada ayuda y se requerían labores especializadas de rescate, así que Uber donó 5 millones de pesos.
- Movilidad para paramédicos, víveres y rescatistas. El equipo de Uber fue a las zonas de la Cruz Roja donde había centros de acopio y con tablets y hotspots móviles que fueron donados por AT&T, “tengo que decirlo, AT&T sacó la casta espectacularmente y nos dio 100 aparatos, así que en los cambios de turno mandamos a sus casas en Uber a los voluntarios que iban saliendo, porque si querías quedarte ayudando no había forma de moverte por las noches”, dice Arévalo.
¿Qué papel jugó Uber tras el terremoto del 19 de septiembre?
El servicio de auto privado con chofer se autopromociona como un como una solución de movilidad para las ciudades, y en los días que siguieron al S19 tuvo una de sus pruebas más grandes.
Desde su llegada a México, Uber se ha autopromocionado como una solución para la movilidad tanto en las urbes más congestionadas como en las menos conectadas, una tesis que es difícil de comprobar debido a la falta de estudios serios. No obstante, la crisis provocada por el terremoto del 19 de septiembre pasado representó la mayor prueba de estrés de este sistema de transporte en auto privado con chofer, y de paso dio una oportunidad a la compañía de mostrar cuál es su rol dentro de la dinámica de las ciudades.
Forbes platicó con Rodrigo Arévalo, director de Uber en América Latina y quien opera desde la capital del país, para conocer más sobre los aprendizajes que dejó un episodio tan demandante como el terremoto.
El caos
“Nos tomó un par de minutos darnos cuenta de la magnitud del problema”, relata Arévalo, quien el 19 de septiembre se encontraba en las oficinas de la compañía en la Ciudad de México, ubicadas en Paseo de la Reforma. “En cuanto el equipo notó que era evidente que se dispararía la demanda, apagamos los precios dinámicos e informamos a nuestros socios de manera inmediata”, añade.
Los equipos de Monterrey y Guadalajara ofrecieron su apoyo de inmediato y fueron ellos quienes operaron durante los minutos que siguieron al temblor, mientras en la oficina de la CDMX privaba el desconcierto y el temor.
La instrucción de la dirección del equipo capitalino fue clara: la prioridad era que los socios estuvieran seguros y después evitar, en la medida de lo posible, obstruir las calles para dar paso a los vehículos de emergencia.
Las primeras horas fueron un limbo, con los servicios de telefonía móviles colapsados en las zonas más afectadas por el terremoto. “Los socios dijeron ‘no hay señal, vamos a empezar a llevar gente a donde sea, gratis’, ese esfuerzo fue orgánico y no estuvo orquestado”, dice Arévalo. “Intentamos averiguar cómo desalojar a la gente de las áreas de desastre, evidentemente era muy difícil pero los socios empezaron a ayudar”.
De vuelta a la oficina, los empleados de la compañía tomaron mochilas de Uber Eats, las llenaron de toda el agua, comida y medicina que había disponible y empezó a repartirlos en la zona, ésa fue la primera respuesta de la empresa.
Lee también: Uber dona 5 mdp a la Cruz Roja Mexicana tras sismo
La organización
“Estuvimos en contacto constante con la Cruz Roja y lo primero que nos dijeron fue que era necesario evacuar las zonas de peligro, así que hicimos que todos los viajes fueran gratis, y avisamos a nuestros socios y les pedimos que se mantuvieran seguros, que liberaran las calles, pero que, si estaban ahí, ayudaran y que nosotros regalaríamos los viajes, que no tenían por qué poner de su bolsa”, dice Arévalo, quien fue el primer country manager de la compañía en nuestro país.
Al consultar con la Cruz Roja cuáles eran sus necesidades, la respuesta fue de dos cosas: