“Sentir, compartir un poco de contacto humano”, cantaba Bruce Springsteen a finales de los 80. Ahora, en este 2021, “Human Touch” sirve de inspiración a Lauri Nummenmaa para reflexionar sobre las emociones humanas y la necesidad de expresarlas a través de ese pequeño toque; de comprender por qué este obligado distanciamiento social, a causa de la pandemia, puede generar sensaciones de abandono e incertidumbre.

Nummenmaa dirige el laboratorio de emociones del Departamento de Psicología de la Universidad de Turku, en el suroeste finlandés, y su especialización es la ciencia de las emociones humanas, las imágenes médicas, así como los análisis estadísticos avanzados de datos para neuroimagen.

En un estudio socio-histórico de las emociones y los sentimientos en las Ciencias Sociales, Leidy Paola Bolaños recuerda que fue en el siglo XX, cuando se concedió a los sentimientos facultades explicativas que ampliaron la comprensión sobre su relación, tanto en lo individual como social. Desde entonces, hay una búsqueda intensa de la psicología a fin de descifrar la serie de dicotomías en la relación cuerpo-mente, individuo-sociedad.

Los estudios científicos en el procesamiento de la información del sistema nervioso, desde una perspectiva computacional (neuroinformática), son de vital apoyo para proyectar modelos con base en herramientas analíticas que facilitan la comprensión.

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Nummenmaa ha participado en la generación de plataformas como Onni, que se define como una “caja de herramientas” para laboratorios de emociones con la cual se pueden aplicar cuestionarios; Pipeline MAGIA, que ayuda al procesamiento de datos con opciones de modelos, a través de la recuperación automática de imágenes, o emBODY cuyo desarrollo mapea sensaciones de distintas regiones corporales.

Uno de los estudios más relevantes encabezado por Nummenmaa es el “Mapa de los sentimientos subjetivos”, el cual se difundió en 2018 y se realizó con la aplicación de encuestas. Con los datos, se proyectó y obtuvo la correlación biológica de las personas con sus emociones.

En este estudio también participó la Universidad de Tampere con el Laboratorio de Procesamiento de Información Humana, que tiene como objetivo principal el comprender los mecanismos cognitivos, neuronales y de desarrollo que se involucran en la percepción de información socialmente relevante, así como los factores que contribuyen a las diferencias individuales en el procesamiento de información social, como bien lo exponía Paola Bolaños.

Tres instituciones científicas de Finlandia participaron en dicho mapeo dirigido por el Laboratorio de Sistemas de Emociones Humanas, de la Universidad de Turku, con la colaboración del Laboratorio de Procesamiento de Información Humana de la Universidad de Tampere y de la Universidad Aalto.

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El tema es tan complejo que, incluso, en su momento se aclaró que el término sentimiento tenía múltiples definiciones psicológicas y de las funciones del ser vivo (fisiológicas) -que van desde el componente subjetivo de las emociones hasta las experiencias, ideas y creencias somatosensoriales-. Se precisó que en este caso “sentimiento” se refería al estado consciente (fenomenológico) actual y subjetivamente accesible de un individuo.

El estudio tuvo un impacto significativo al sostener que los humanos experimentamos una corriente cambiante de sentimientos que sólo se van durante el sueño, el daño cerebral y los estados alterados del sistema central inducidos por las drogas. El corazón roto, las mariposas en el estómago, el calor en el rostro, pecho y manos que sentimos ante diversas situaciones son sensaciones recurrentes.

Nummenmaa hizo especial énfasis en que los sentimientos subjetivos son una característica central de la vida humana, aunque su organización no es muy clara.

Con la premisa de que todas estas emociones dejan una huella dactilar corporal, se trazó un “espacio de los sentimientos humanos” en donde se colocaron cien sentimientos centrales, desde los procesos cognitivos y afectivos, hasta las sensaciones somáticas.

Se construyó un complejo mapeo de sensaciones corporales, así como el  metanálisis de neuroimagen, con el que se visualizó a los sentimientos cargados de emociones. De hecho, se formaron cinco grupos: emociones positivas, emociones negativas, procesos cognitivos, estados somáticos, así como aquellos que permiten mantener la estabilidad en el organismo (homeostáticos). Las positivas son emociones como la felicidad o alegría; las negativas, el miedo o vergüenza; las cognitivas, el escuchar o recordar; las homeostáticas, pueden ser hambre o sed, y las de enfermedad toser, estornudar, etcétera. Además, se comprobó la correlación y se ejemplificó con las emociones positivas de reconocimiento y solidaridad que se reflejan en el corazón, cabeza y vientre, mismas zonas que albergan las emociones negativas de culpa y desesperación.

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El estudio se realizó a través de un cuestionario en línea, los participantes (poco más de mil) evaluaron un total de cien estados de sentimientos a fin de desentrañar los mecanismos neuroquímicos y funcionales que sustentan las emociones, así como su disfunción en diferentes trastornos psiquiátricos y neurológicos.

Para mapear la base cerebral de las emociones se combinaron imágenes de medicina nuclear de vanguardia con los análisis individuales avanzados; neuroinformática a gran escala y psicología clínica moderna.

Así, en el contexto de la pandemia, el uso de la neuroinformática sin duda es de gran utilidad para comprender y dimensionar el impacto que las emociones del aprecio a la vida, el temor a la muerte y la urgencia de supervivencia tendrán en el ser humano en lo individual y en la sociedad en el corto, mediano y largo plazo.

Recientemente, Noora Valkila reprodujo un análisis que Nummenmaa realizó sobre la necesidad que todos, en mayor o menor medida, tenemos de mantenernos en contacto con otros, y cómo el tacto es un mecanismo importante en la regulación de las relaciones humanas a través de la vida, ya que es el primer canal de comunicación entre los padres y su recién nacido, pero también puede ser el último saludo al anciano agonizante. Tocar con cariño al otro puede producir un sentimiento de pertenencia y sólo a la gente que amamos le permitimos tocarnos sin reserva.

Indudablemente, con el análisis de datos y su visualización a través de las herramientas informáticas e instrumentos científicos pronto podremos visualizar y comprenderlo mucho mejor; de ahí, la gran relevancia de la aportación del trabajo de Nummenmaa.

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*Javier Murillo es Ingeniero electrónico e informático mexicano, especialista en analítica de datos y maestro en ciberseguridad.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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