Imagine cómo sería la vida si en los campos y ranchos no hubieran vacas dando leche o campesinos viviendo de ello… Ahora visualice un ‘mundo paralelo’ donde una de cada siete familias cuenta con dos de estos bovinos para llevar sustento diario, alimentarse, además de tener la consideración de ser miembro más del hogar. Ese lugar existe a 18 horas en avión desde América. 

India es tan lejano, grandilocuente y complejo en distancia, tradiciones, o su forma de crear prosperidad, no por nada la inflación no ha golpeado con la misma fuerza global (3,8% acumulada año fiscal, FMI), mientras se perfila como la potencia con mayor crecimiento (6,8% para 2022 y 6,3% para 2023, FMI) en estos tiempos tan confusos e impredecibles, logrando en 2030 según expertos sobrepasar a Japón y ubicarse en la tercera posición económica mundial. 

Con 1.417 millones de habitantes (10 millones menos que China, o México multiplicado por diez) consumiendo 83 millones de toneladas métricas de leche de vaca anuales, seguido por la Unión Europea con 23; no es sorpresa que la dieta del Indio promedio incluya 423 gramos de productos lácteos al día, la escena de innovación se multiplique y sea Nueva Delhi la sede para el encuentro global de la industria organizado por IDF (International Dairy Federation) donde se revisaron los retos, oportunidades, y soluciones para garantizar su continuidad y crecimiento.

Porque la urgencia ambiental relacionada con el impacto de la ganadería es tema central. De acuerdo con cifras de la Conferencia sobre el Cambio Climático de 2021 en Glasgow, ‘los mil millones de vacas utilizadas en las industrias cárnica (73%) y láctea (27%) mundial, combinadas con otros animales criados, son responsables de liberar el metano equivalente a unas 3,1 giga toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera cada año, que representa alrededor del 44 % del metano antropogénico -creado por humanos- mundial’.  

Esta preocupación y otros temas como intolerancia a la lactosa o el crecimiento de aquellos que evitan consumo animal, han ido impulsando durante la última década las alternativas a base de plantas que si bien hoy representan el 4.5% del consumo en comparación con la leche de vaca, y se prevé que para 2030 logre conquistar al 10% de la población obteniendo un valor como industria de 71.8 billones de dólares, cifra nada despreciable pero lejana a los 1.3 trillones que se espera valga la industria láctea para ese momento, de acuerdo con Statista.

Así las cosas, cuando llegue la siguiente década habrán 8.6 billones de personas en el planeta, de las cuales alrededor del 75% buscará leche regularmente, quitando los consumidores de alternativas y aquellos que no logran tener acceso. Unas 6.5 billones, 500 millones adicionales al promedio que proyecta FAO en la actualidad; haciendo que el reto a futuro de la industria láctea sea la convergencia entre aumentar producción, disminuir impacto ambiental, desarrollar mejores productos, y garantizar pagos justos a campesinos mejor equipados.

Sobre estos temas se centralizaron las charlas, casos e innovaciones presentadas en un foro donde participaron 1000 expertos de 81 países entre agentes gubernamentales, multilaterales, productores, gremios, centros de investigación, y académicos, donde la conversación con tres líderes desde posiciones distintas en la industria contextualiza la siguiente etapa de un negocio tan antiguo como la humanidad misma.

Caroline Emond (Canadá) – Directora General – https://fil-idf.org/ 

Desde 1903 el International Dairy Federation se ha encargado de liderar la investigación que genera los estándares científicos y de calidad de los lácteos del mercado masivo, representando actualmente al 75% de la industria globalmente, de ahí que para Caroline haya una especial atención en la evolución de la industria desde la mirada del productor.

‘Si queremos tener un sector creciendo sostenidamente debemos garantizarle a los productores, especialmente a los más pequeños, el pago justo y las herramientas para que puedan mejorar la calidad del producto y disminuir el impacto ambiental’ confirmando la necesidad de mezclar procesos ‘ancestrales’ con tecnologías que garanticen agilidad y sustentabilidad.

Cuando se trata del consumidor, que en varias partes del mundo como Estados Unidos ha ido disminuyendo su consumo per cápita paulatinamente (de 0.62 a 0.49 tasas diarias entre 2010 y 2020, USDA) será relevante ‘volverle a recordar a las personas los beneficios de la leche dados por hecho… que es natural, que las vacas se comen el pasto que los humanos no pueden comer, que ha estado ahí desde siempre y hora que estamos en tiempos de inflación es uno de los alimentos más nutritivos y asequibles para la mayoría’.

Jayen Mehta (India) – Chief Operating Officer – https://www.amul.coop/   

De las primeras empresas locales fundadas con la independencia Inglesa, se le atribuye haber impulsado la ‘Revolución Blanca’ que convirtió al subcontinente en el principal productor global de la industria, que hoy se ratifica como ‘el sabor de India’ https://www.youtube.com/watch?v=AXjlkLcqJC8 y la octava compañía de lácteos más grande del mundo.

Para Jayen Mehta, quien lleva tres décadas en Amul, el éxito de la industria láctea India parte de una conexión directa con el campesino y su empoderamiento, ‘nosotros tenemos 3.600.000 socios que nos entregan su producto diariamente, 27 millones de litros de leche, todos bajo la sombra y portafolio de una marca valorada en 8 billones de dólares’.  

Lograr este tamaño de industria ha sido un esfuerzo de país, al ser uno de los sectores que inició la independencia económica, logrando hoy 8 millones de recolectores de leche de todo tamaño, en un modelo de negocio donde la cadena de valor esta reducida… de la granja a la empresa, eliminando cooperativas intermedias, distribuidores, además de ampliar canales de venta directa.

‘Con esto logramos que el 80% del margen bruto del producto -como es el caso de Amul- le quede al agricultor; en otros grandes países productores como Estados Unidos o Nueva Zelanda llega al 30%, porque la cooperativa y el canal de venta se quedan con otro pedazo importante’. 

Bajo la realidad India, donde ordeñar una vaca es mayormente manual, se debe lograr a futuro ‘la automatización, con un modelo de negocio que permita que los campesinos cultiven otros alimentos disminuyendo el uso para ganado y creando integración vertical bajo la misma distribución y marca’. Amul hoy vende papas y samosas congeladas participando en 50 categorías con más de 1000 SKU’s.

Torsten Hemme (Alemania) – CEO – https://ifcndairy.org/ 

Con una red de aliados global, esta organización se dedica desde el 2000 a entender el tamaño y contexto real de la industria láctea y su cadena de valor, incluyendo el consumo, producción, cambios de precios y otros puntos de data dentro de una industria con múltiples formatos, momentos de mercado y aristas.

Desde el análisis de IFCN según Torsten Hemme ‘La industria de la leche y sus derivados es mas grande que Apple y Microsoft, entre los ganaderos, distribuidores, empresas y canales de venta la industria se relaciona directa e indirectamente con un billón de personas’

Dejando una reflexión de fondo alrededor de la huella de carbono y la huella social de la lecha ‘algunos piensan que dejando la leche de vaca salvarán el planeta y no ven que esta produce el 2.5% del total de las emisiones, mientras que en un mundo sin esta industria estaríamos dejando un impacto en el suelo rural, sistema de producción y consumo masivo difícil de superar’.

Cuando se trata de beneficios, Hemme presenta una perspectiva divergente  ‘la leche es un producto puro. Los productos a base de plantas mezclan múltiples procesos e ingredientes. Una hamburguesa convencional es 100% carne de res, mientras una a base de plantas es… una lista de 20 ingredientes. Si para el consumidor la tendencia es la pureza y naturalidad, la leche es la respuesta’. La hoja de ruta actual de la industria lo hace confiar en lograr para 2030 reducir un 30% la huella de carbono.

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El mundo sin vacas y sus derivados lácteos parece lejano, lo más posible es que la humanidad tendrá acceso a una variedad de opciones que incluya lo desarrollado desde laboratorios que esta en proceso de llegar al mercado salvo contados casos, soluciones provenientes de múltiples granos, animales o frutas donde garbanzos, camellos y plátanos aparecen como emergentes, productos de leche de vaca con altísima calidad y pureza, acompañados de precios altos, y versiones masivas de productos que recorren menos kilómetros. Impacto climático y nuevas preferencias del mercado confirmarán los ganadores en esta carrera.

Posdata. La mejor manera de explorar es probar… si algún día quisiera conocer sobre los miles de productos lácteos 100% Indios, recomiendo comenzar con seis desde un punto de observador cultural y mercados, lejano a alguna experticia gastronómica: 

Masti, una leche salada con especias y condimentos que buscan mejorar el sistema digestivo. Un sabor difícil para foráneos.

Gulab Jamun es un postre, bolitas fritas hechas a base de leche con un almíbar de ghee especialmente buenas.

Kulfi es un helado de cajeta pero con menos dulce además de cardamomo. Bastante popular y suave.

Paneer es la versión local del queso cottage, utilizado en muchas recetas reemplazando la carne. Disponible en cualquier restaurante Indio.

Kessar Doodh, un batido de leche con azafrán que tiene propiedades inmunológicas. Sabor inconfundible.

Lassi, es una versión del yogurt natural con una textura tan líquida y ligera como la leche, se busca que sea bebida refrescante. 

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*El autor es consultor global de negocios; enfocado en consumo masivo, estrategia competitiva, innovación, y prospectiva.

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México

 

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