La importancia del CFO para enfrentar una crisis
Del desempeño de los directores financieros depende, en gran medida, la capacidad de las empresas para enfrentar una crisis, así que son factores clave en un año convulso como se prevé que será 2016.
Por César Martínez Aznárez
El director financiero ha cobrado mayor relevancia en el desempeño de las empresas y se ha convertido en una de las figuras más seductoras y emblemáticas de la gestión corporativa.
El CFO (acrónimo de Chief Financial Officer) ha aumentado su poder e influencia dentro de las organizaciones, y sus responsabilidades y funciones se han ampliado considerablemente.
Desde hace tiempo está de moda profetizar y analizar lo que se ha dado en llamar el nuevo rol del CFO. Socio estratégico, agente de cambio, arquitecto de valor, son algunas de las expresiones usadas que simbolizan su metamorfosis.
Hay abundante literatura y artículos de expertos en la materia, sobre todo desde la crisis de 2008, que muchos consideran como un parteaguas en la transformación de las funciones del director financiero. Después de todo, sin arriesgar con esto un juicio definitivo, puede decirse que ellos tuvieron, aunque sea mínima, una parte de responsabilidad en aquella fea debacle de los mercados y la economía.
Así lo reconocía, por ejemplo, el economista doctorado en Harvard José Manuel Campa hace poco más de dos años, cuando se ocupó de desgranar, en un análisis para la IESE Business School. la responsabilidad que le tomó a la dirección financiera de las empresas las dificultades que atravesaron a consecuencia de la crisis, y las nuevas actitudes y obligaciones que deberían desarrollar a partir de aquella experiencia.
La especialista Sandra Moreno, managing director de Accenture en España, decía en diciembre de 2014 que la situación económica a raíz de la crisis supuso un antes y un después para esta figura directiva, que pasó de ser un receptor de estrategias ideadas por otros, a elaborador y pieza clave de la estrategia de la empresa.
En el último estudio anual High Performance Finance de Accenture, 75% de los encuestados en 28 países dijo que la responsabilidad del CFO en la toma de decisiones estratégicas ha crecido en años recientes.
Pero no se trata de un fenómeno nuevo. En 2009, el entonces CEO de Ernst & Young, James Turley, declaraba a un medio argentino que el papel del CFO ya había evolucionado desde una función de información financiera, pasando por una etapa de mayor control, para convertirse después en un asesor de estrategia para el crecimiento, sumado a la más reciente función de evaluación del riesgo.
En México, según la opinón publicada en la revista Tecnología, Negocios, Estrategia (en septiembre pasado) de Roberto Cabrera Siles, socio en KPMG México, las leyes y regulaciones de 2001 que exigieron mayor precisión en el área financiera de las empresas y mayor independencia de sus auditores influyeron en la transformación del rol del .CFO
Conocido ese mismo año de 2001, el escándalo y la quiebra de la energética estadounidense Enron, con su director de Finanzas, Andrew Fastov, a la cabeza del fraude es considerado un punto de inflexión en la evolución de las funciones de los directores de finanzas.
También antes de la crisis, en 2006, el experto en dirección empresarial Jeremy Hope marcaba líneas en su texto Reinventing the CFO. Hope ya señalaba en su libro que el director financiero había pasado de ser un simple elaborador de información, de números, a un analista de la información, un estratega de negocios y un gestor de riesgos.
Su importancia
La dirección de operaciones maneja el alma, la razón de ser de una compañía; la dirección jurídica es pieza clave en fusiones y adquisiciones, ese juego moderno que decide la permanencia o desaparición de la empresa; la de nuevos productos e innovación conduce la otra vía del crecimiento, la orgánica; de recursos humanos depende la generación del talento que hace funcionar una organización; la dirección comercial o marketing permite que todo se ponga en marcha de puertas hacia afuera. Y así se podría fundamentar el valor de las demás direcciones.
Habría que preguntarse entonces por qué, entre la alta dirección, la que acapara los reflectores es la de finanzas; por qué es la más poderosa en la mayoría de las organizaciones después de la dirección general. Todas son importantes, pero el CFO es el directivo de área más influyente.
En el estado actual de los mercados y el desarrollo de los negocios –probablemente ésta sea una explicación–, un error financiero es el más caro para una empresa. Otras fallas quizá puedan subsanarse, pero la mayoría de las veces las de finanzas son más costosas y pueden incluso derribar a la compañía.
El director de finanzas ha acumulado una gran responsabilidad. De sus aciertos y errores dependerá en buena medida la profundidad y gravedad que tenga para la compañía la próxima crisis, su capacidad de resiliencia.