- El hecho de que la mayoría de las empresas familiares son pequeñas, les permite dirigirse a un segmento de clientes más selectos y proporcionarles un trato personalizado y podrán cobrar un mejor precio por sus bienes y servicios al agregar valor. Es decir, pueden tener una ventaja competitiva al tener un mejor enfoque en sus clientes.
- Las empresas familiares pueden encontrar una herramienta ideal de promoción y comercialización de sus especialidades y segmentos de mercado con un marketing directo, atractivo y mucho menos costoso al hacer trajes a la medida para atraer a sus clientes.
- Un profesional difícilmente se vincula a un proyecto empresarial como se puede sentir vinculado a una empresa familiar bien gestionada, tanto en lo referente a las relaciones personales como al contenido del proyecto. Los miembros del equipo, que a su vez son familia, no solo luchan por un éxito económico, sino que también lo hacen por el social y el familiar.
- Las empresas familiares, pueden tomar decisiones rápidas, sin burocracia, sobre la marcha, bien para adelantarse a los posibles deseos de los cliente, bien para reconquistarlos. En las grandes empresas, estas reacciones a tiempo reales son muy difíciles de conseguir, porque los controles administrativos, la organización y el papeleo frenan e incluso castigan cualquier iniciativa que se salte las normas.
- Los niveles de control de los detalles a cuidar, tanto en las instalaciones como en los servicios, son mayores en la empresa familiar, porque es el propio fundador, propietario quien con su propio trabajo y sintiendo cada punto como personal, cuida y rectifica con agilidad cualquier desviación.
- La versatilidad de la empresa familiar para reconvertir y cambiar su especialidad en función de la temporada o necesidades del cliente, del día a día, no la tendrán nunca las grandes empresas, cuyas características es precisamente el pacto de que siempre son y están igual.
- La estabilidad en quien dirige la empresa familiar es otra ventaja competitiva, porque permite establecer una estrategia coherente al tener los valores y visión de su fundador. En las grandes empresas, el personal tiene muchas posibilidades de acabar desorientado y perdido por la cantidad de normas y controles provenientes de sus corporativos y por la rotación de sus directores.
- La personalidad y en ocasiones la popularidad positiva del propietario es otra ventaja competitiva que atrae nuevos clientes y los fideliza. Las grandes cadenas pueden popularizar su estilo, es decir, sus normas para todos sus clientes, iguales y sin excepciones. La empresa familiar bien dirigida puede y debe ser la excepción al servicio de cada cliente.
- La empresa familiar es el marco ideal para poder aplicar la dirección por valores, que fomentan un estilo de ser y de trabajo en equipo entre todos los componentes de la empresa. En las grandes empresas, con más directivos y muchos empleados, esta tarea es ardua y muy difícil de conseguir.
- Finalmente, una gran ventaja competitiva es la política de dividendos en la empresa familiar. Esto ofrece la ventaja del ahorro en los costos de capital para los propietarios al poder autofinanciarse y saber adónde se quiere ir.
Las 10 ventajas competitivas de las Pymes familiares
Un líder de familia debe compenetrar los intereses divergentes entre la empresa y los familiares, procurando la rentabilidad del negocio y la felicidad de los descendientes, para lo que debe conocer las ventajas competitivas de su empresa, así como las cualidades y debilidades de sus hijos.
Un líder de familia debe compenetrar los intereses divergentes entre la empresa y los familiares, procurando la rentabilidad del negocio y la felicidad de los descendientes, con el fin de asegurar la continuidad de la familia empresaria. Para lo que debe conocer las ventajas competitivas de su empresa y conocer las cualidades y debilidades de sus hijos.
Las empresas familiares se han convertido en la actualidad en un importante motor de las economías a escala mundial, siendo la estructura empresarial más numerosa en todo el mundo.
Sólo por dar un ejemplo, se estima que 90% de las empresas establecidas están bajo el control y propiedad de una familia, por lo que considero oportuno que todos los empresarios y sus familiares tomen conciencia del valor del binomio empresa-familia para poder competir con éxito frente a las grandes empresas, en un mercado de oferta que crece año tras año con nuevas necesidades y expectativas de los usuarios y clientes.