Cuando una empresa familiar crece y gracias a su esfuerzo alcanza el éxito, el fundador y sus colaboradores se encuentran ante un momento decisivo: por una parte, deben dar continuidad las acciones que produjeron buenos resultados; por otra, necesitan innovar para seguir siendo competitivos y plantearse nuevas metas.

En esos momentos es trascendental la apertura a puntos de vista distintos, sobre todo si la mayor parte de la autoridad recae en una sola persona. Por supuesto, este cambio resulta complicado: es en este punto donde muchos fundadores sienten que pierden el control de su empresa. 

Ante esto, puede ser de gran ayuda considerar la siguiente historia que leí con deleite hace tiempo: se cuenta que un hombre visitó la casa de un amigo cercano. Observó que la chimenea era muy recta y junto a ella había un gran montón de leña. Al final de su visita, el hombre, quien era experto en el tema, dijo al dueño de la casa: “Te recomiendo inclinar un poco tu chimenea y colocar la leña lejos para que evites un incendio”. El anfitrión no tomó en cuenta el consejo y, unos días después, la casa se incendió. Por fortuna, los vecinos ayudaron al hombre a apagar el fuego. El dueño de la casa organizó una fiesta como agradecimiento y gastó mucho dinero. Ahí, el hombre contó sobre el consejo que le había dado su amigo y uno de los vecinos comentó: “¿Por qué no lo has invitado para darle el puesto de honor en la fiesta? Si hubieras escuchado su consejo, habrías evitado el incendio y no hubieras tenido que gastar tu dinero”.

De manera análoga, el líder de una empresa familiar debe estar preparado para recibir conejos en el momento oportuno. Para aquellos a quienes no se les facilita aceptar retroalimentación, articular un consejo consultivo puede ser una gran idea para cambiar ese enfoque, y la antesala de la profesionalización de la manera en la que se gestiona la empresa.

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Abre las puertas a la experiencia con un consejo consultivo

Este órgano se ha pensado para que una empresa se familiarice con el proceso de toma de decisiones de lo que eventualmente será un Consejo de Administración. Los consejos consultivos pueden conformarse por miembros de la familia, por directivos de la empresa y consejeros independientes. En este espacio se empezará a practicar algo fundamental para lograr una empresa profesional e institucionalizada: un proceso de toma de decisiones consensuado, el proponer la planeación estratégica, la identificación y el monitoreo de los riesgos, al análisis de resultados y la rendición de cuentas. 

El consejo consultivo también se trata de aportar frescura, ya que los colaboradores de la empresa y el fundador pueden estar tan acostumbrados a un método de trabajo que han caído en la ceguera de taller. Si se invita a participar a personas con diferentes perspectivas con diferente formación y cultura empresarial, se hace mucho más fácil innovar y abrirse a nuevas ideas.

Un beneficio de tener consejo consultivo con consejeros independientes es la oportunidad de conocer diferentes y diversas perspectivas del negocio, así como de aumentar el conocimiento del fundador de la empresa familiar derivado de las distintas experiencias y perfiles profesionales de los demás consejeros.

Los consejeros independientes también pueden ayudar a las empresas familiares a manejar uno de sus mayores retos: la sucesión. Este es un tema en el que muchas empresas familiares no están preparadas, ya que conlleva una complicada mezcla de emociones, problemas, retos familiares y de continuidad del negocio. 

La ventaja adicional del consejero independiente es que puede aportar información valiosa para mejorar los resultados, crecimiento y continuidad de la empresa. ¡Así que escógelos bien!

 Demos el primer paso hacia la institucionalización de la empresa

El crecimiento de la organización requiere profesionalización, y esto implica echar mano de una serie de herramientas que eventualmente nos llevarán a la institucionalización. Un consejo consultivo es una muy buena práctica para ello, y enseña a los altos mandos de una empresa familiar a tomar decisiones consensuadas e inteligentes en contextos de alta presión, algo que solo se aprende de verdad habiéndolo experimentado, aprendiendo de los errores y corrigiendo.

La responsabilidad de tener un buen consejo consultivo depende de ti. Es necesario que establezcas muy bien los objetivos desde el principio y que todos los miembros que lo integran cumplan con tus expectativas.

A través del consejo consultivo, cuyo objeto es proponer, opinar y emitir recomendaciones respecto a la empresa, el fundador y equipo directivo tendrán un panorama más amplio y externo de su funcionamiento.

Un consejo escuchado a tiempo puede ser la diferencia entre la sustentabilidad y una recurrente temporada de incendios. Los emprendedores y empresarios que inician sus respectivos caminos pueden elegir dos maneras de transitar esa vereda: en soledad, o acompañados.

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