Uno de los programas estrella del presidente Andrés Manuel López Obrador sigue registrando irregularidades en el uso de los recursos públicos. La Auditoría Superior de la Federación (ASF) encontró anomalías en los gastos de 2020 y ahora en los de 2021 de La Escuela es Nuestra.
Según la ASF, encabezada por David Colmenares, en la revisión a la Cuenta Pública 2021 se encontró que en ese año se otorgaron apoyos duplicados a 5 beneficiarios por un millón 150 mil pesos y se entregaron 1 millón 500 mil pesos a tesoreros de 7 Comités Escolares de Administración Participativa (CEAP) que murieron un año antes.
En el documento presentado hoy en la Cámara de Diputados señala que no se cuenta con evidencia de que dichos recursos entregados a los tesoreros fallecidos en 2020 hayan sido canalizados a los nuevos para que fueran aplicados los recursos a los plateles escolares.
A ello se agrega que se dispersó el apoyo correspondiente a un comité escolar ubicado en Chiapas por 500 mil pesos a una cuenta bancaria distinta a la registrada en la base de datos, por lo que este dinero no se destinaron al cumplimiento del objetivo del programa.
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También se identificó que en 75 planteles no se aplicó la totalidad de los apoyos para los fines del programa debido a que los tesoreros del CEAP tomaron recursos sin devolverlo; además, se descubrió la adquisición de bienes no permitidos en los lineamientos del programa.
Por lo anterior, la ASF emitió una promoción de responsabilidad administrativa sancionatoria para que el Órgano Interno de Control de la Secretaría de Bienestar o su equivalente realice las investigaciones pertinentes y, en su caso, inicie el procedimiento administrativo correspondiente por las irregularidades de los servidores públicos que, en su gestión, solicitaron a la Secretaría de Educación Pública el pago de a tesoreros de 7 Comités Escolares de Administración Participativa que fallecieron en 2020.
El gobierno de López Obrador creó La Escuela es Nuestra en 2019 con el fin de entregar directamente los recursos públicos a las comunidades escolares a través de un comité integrado por familiares de los niños que estudian en los planteles escolares, directivos y docentes.
Estos recursos se pueden usar para la construcción, mantenimiento, equipamiento o gastos fijos de las escuelas de educación básica y el comité es el que decide cómo gastarlos.
En la Cuenta Pública de 2020, la ASF también detectó irregularidades en el uso de recursos para este programa. Este organismo, que es parte de la Cámara de Diputados, encontró que mil 757 planteles no demostraron que más 573 millones 605 pesos hayan sido usados para mejorar las condiciones de infraestructura y equipamiento de estas escuelas.
Este programa es uno de los principales de este gobierno, pues el año pasado desapareció el otro programa destacado del sector, Escuelas de Tiempo Completo, y el mandatario federal aseguró que los beneficios de éste se mantendrían en La Escuela es Nuestra.
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