- Eliminar o modificar programas regresivos o con bajo desempeño. La mayor parte de los programas federales no cuentan con evaluaciones de impacto sobre su desempeño.
- Eliminar o fusionar estructuras orgánicas con funciones duplicadas o complementarias y reducir el costo de operación. Tan sólo en febrero de 2015, aún después del recorte preventivo al gasto, las dependencias del Gobierno Federal gastaron 101,600 mdp, cifra 16.7% mayor a la registrada un año atrás.
- Priorizar programas presupuestarios de conformidad con las Metas del Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 y establecer criterios adicionales para la prelación de programas y proyectos de inversión, con base en la mayor rentabilidad social y económica.
¿Cómo aprovechar mejor el gasto público?
Los menores ingresos que tendrá el gobierno para funcionar el año que entra ponen de relieve el dispendio en el uso del gasto público y la opacidad y distorsiones en los gobiernos estatales y municipales. ¿El Presupuesto Base Cero podrá cambiar esta vieja inercia?
Por Paola Palma
En 2016 las finanzas públicas podrían perder su solidez debido a un escenario económico aún más complicado que el actual y a que el país no dispondrá de coberturas petroleras. ¿Qué planea hacer el gobierno para equilibrar las finanzas públicas? ¿Las estimaciones de recorte de gasto serán suficientes? ¿Se eliminarán los “agujeros negros” del presupuesto por donde se pierden millones de pesos? ¿Llegaremos finalmente a un ejercicio responsable y eficiente del gasto?
La caída en el precio del petróleo, que en el caso de México coincide con la caída también de la producción, ha provocado una baja importante en los ingresos presupuestarios del gobierno. Para 2016, Hacienda estima que el precio del petróleo será de 55 dólares, 30% menos que lo presupuestado en 2015, lo que se traduciría en una reducción de 23% de los ingresos petroleros del gobierno o, lo que es lo mismo, dejar de captar 245,495 millones de pesos (mdp).
Es cierto que los ingresos no-petroleros crecerán 6.8% gracias al incremento en la recaudación derivado de la Reforma Hacendaria: en 2016, los ingresos del gobierno por impuestos podrían equivaler a 11.5% del PIB, 0.7 puntos más que en 2014, para alcanzar los 2.24 billones de pesos (bdp).
Con esto, el gasto neto del gobierno alcanzará los 4.66 bdp el año que entra, una vez hecho el descuento del recorte de 135,000 mdp, lo que significa una baja de 3.5% contra el gasto de este año. Los ingresos del gobierno sólo por impuestos (2.24 bdp) son insuficientes para cubrir el gasto corriente, que suma 2.795 bdp y que representa el 78% del gasto programable (que totaliza 3.67 bdp), lo cual pone en riesgo las finanzas del Gobierno Federal.
Los ingresos perdidos
Hacienda pierde millones de pesos en recaudación debido a tasas diferenciadas y exenciones de impuestos, subsidios y créditos fiscales, condonaciones, estímulos, deducciones, tratamientos y regímenes especiales. Disposiciones que son una fuga constante de recursos y podrían ser una solución a la caída de los ingresos petroleros.
El año pasado, las pérdidas recaudatorias o “gastos fiscales” sumaron 496,000 mdp, aun cuando la Reforma Hacendaria eliminó o acotó los tratamientos preferenciales y amplió la base de impuestos al ingreso y al consumo. De no existir está pérdida de recursos tributarios, el gobierno podría compensar con holgura el actual faltante de ingresos petroleros, ya que los gastos fiscales son 2.1 veces mayores que el faltante.
Menos gasto o gastar bien
Entre 2000 y 2013, el gasto corriente creció a una tasa real anual promedio de 5.2%, con lo que su participación en el PIB pasó de 10.9% a 15.2%. Este crecimiento del gasto no fue financiado con impuestos, sino con los recursos liberados al disminuir el costo financiero de la Deuda Pública y con los obtenidos por venta de petróleo, cuyos precios eran elevados.
Pero ese periodo terminó y hoy Hacienda debe cuidar la estabilidad macro y evitar que el déficit de las finanzas públicas, que ronda el 1.2% del PIB, aumente más. La dependencia plantea una reingeniería del Presupuesto de Egresos (PEF) 2016 y aplicar el enfoque “Base Cero” para romper este crecimiento inercial del gasto público.
Un Presupuesto Base Cero permitirá una evaluación clara de la rentabilidad social de cada proyecto y programa público, reorientar el gasto bajo criterios de eficiencia y detectar áreas dónde pueda reducirse o eliminarse el dispendio.
Entre los criterios para definir los montos de ajuste en cada rubro de gasto, se encuentran: