A Globant se le conoce como un maremoto de innovación que tiene un batallón de desarrolladores de software que ejecutan proyectos para otros.

Uno de los momentos más memorables en sus dos décadas exactas de existencia es el de una mañana en julio de 2014 cuando los fundadores de la compañía de origen de argentina tocaron la campana de apertura del mercado en su debut en la Bolsa de Valores de Nueva York.

Otro sucedió hace poco en el Estadio Lusail de Doha en Qatar, donde Argentina se coronó campeona de la Copa Mundo de Futbol. Ahí estaba sentado Guibert Englebienne. Frente a él, que es cofundador de Globant y presidente de GlobantX –una incubadora–, no solo veía a sus compatriotas meter goles con los que aseguraban el triunfo, sino que también veía el logo de su compañía aparecer una y otra vez en las pantallas LED que rodean el campo, que a su vez estaba siendo observado por espectadores alrededor del mundo.

“Me siento super orgulloso de poder haber estado ahí”, dice Englebienne, de 55 años, en una entrevista exclusiva con Forbes México.

“Nuestra marca nace en Latinoamérica pero tiene ambiciones globales. Era una oportunidad de mostrarnos ante 3,000 millones de personas, contándoles que la tecnología entra a nuestras vidas y amplifica nuestro potencial. Qué mejor momento para generar una conexión emocional entre una marca y un consumidor que una Copa del Mundo”, dijo.

La tecnología que Globant desarrolla toca todos los días millones de personas, pero pocos saben que ellos están detrás de esos productos. Esta consultora digital, que tiene más de 26,500 empleados, es la encargada de crear nuevas funciones y experiencias para los usuarios de Fifa+, la plataforma de streaming de la Fifa.

De su extensa lista de clientes hacen parte Coca-Cola, Disney, Unilever y Nissan. El precio de su acción, que empezó a 11 dólares hace casi 10 años, en lo que va del 2023 se ha negociado por encima de los 155 dólares y en su precio máximo, que fue en noviembre de 2021, estuvo por encima de los 342 dólares.

Junto a Englebienne, que reside en Uruguay, esta compañía fue fundada en Buenos Aires por los ingenieros Martín Migoya, Néstor Nocetti y Martín Umaran. “Tuvimos que convertirnos en arquitectos sociales para construir una organización que somos personas, usamos tecnología que nos permite ser más humanos”, apunta Englebienne.

A las fábricas de software les dicen que no son un modelo de negocio escalable, algo que Globant refuta, ya que al cierre de esta edición está valuada en 6,800 millones de dólares, con presencia en 21 países y una facturación estimada en 2022 de más de 1,700 millones de dólares.

En 2008, con la necesidad de ensamblar grandes equipos, hicieron un experimento de identificar ciertos valores que querían que todo el mundo adoptara. Para ello se idearon un mecanismo con un número que funciona como una moneda virtual, con la que entre compañeros se pueden reconocer hasta 20 acciones a resaltar. La innovación está en todos lados.

“Si veo que alguien se quedó trabajando hasta tarde para cumplir con un plazo de entrega, le entrego una estrella”, explica Englebienne. “La gente empieza a sentirse elevada por recibir una estrella que es valiosa. Todo el mundo puede entregar la misma cantidad de estrellas. La digitalización de estas señales de gratitud nos permite encontrar que muchas de estas acciones impactan en la cultura de la organización. Estos reconocimientos hacen que las opiniones de todos valgan y que ciertas personas sean muy visibles”.

El error de muchas compañías, dice el cofundador de Globant, es no tener tecnología preparada para ser un magneto de talento y no tener retroalimentaciones en el entorno laboral.

“La escalabilidad se pierde cuando se limita nuestra capacidad de crear conexiones. Cuando uno agota esa capacidad se termina quedando con los mismos y pierde permeabilidad de las nuevas personas que se suman y están agregando valor a la compañía”, sostiene. “El secreto es que creemos que el futuro pertenece a organizaciones híbridas donde el humano se asocia con la tecnología para amplificar organizaciones humanas”.

Desde su perspectiva, aunque existen algoritmos de inteligencia artificial (IA) que facilitan el desarrollo de código, siempre va a ser necesario tener la visión crítica del desarrollador o desarrolladora. “Cuando yo escribía código trabajaba de una manera diferente porque con el tiempo los desarrolladores empezaron a utilizar herramientas para acelerar el tiempo”, anota Guibert. “Los programadores llevan mucho tiempo copiando y pegando lo que existe en repositorios públicos para resolver problemas, no creo que la inteligencia artificial vaya a reemplazar a un programador”.

Una de las áreas que está despertando mucho interés entre sus clientes, declara, es el metaverso. “Hay mucho apetito. La Web3 es una web descentralizada que viene con nuevos modelos de negocio. La tecnología Blockchain es una máquina de confianza. Nosotros tenemos experiencia con videojuegos, lo venimos haciendo desde hace mucho tiempo tanto para EA como la Fifa”.

GlobantX, la unidad de la que Englebienne es presidente, es una incubadora que tiene en su portafolio a startups como Augoor, una plataforma a la que describe como el Google Maps para el código, porque facilita la comprensión del código; Genexus, que simplifica tareas ayudando a plataformas empresariales a mantenerse jóvenes a medida que la tecnología avanza y Magnafai, una plataforma que contribuye a mejorar la experiencia visual de los productos para que luzcan bien.

Frente al invierno de startups y la ola de despidos en las compañías tecnológicas, a causa de la incertidumbre económica y el mercado bajista por la alta inflación y las altas tasas de interés, Guibert considera que termina siendo una oportunidad para emprendedores.

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“Globant nació en una crisis enorme y logramos salir de ahí”, recalca Englebienne. “El capital de riesgo antes estaba concentrado en Estados Unidos, hoy el 63% se va afuera. Eso junto a las complejidades de China ha hecho que el mundo ponga foco en Latinoamérica, donde tenemos una red de emprendedores que nos permite soñar”.

Así mismo, se remite lo que desde Globant ven: “Pensamos en seguir expandiéndonos. Una de las cosas que tenemos en nuestro ADN es un gen de irreverencia. Creemos que podemos ser líderes globales y que podemos hacerlo desde Latinoamérica, poniendo la bandera de Latinoamérica en muchos lugares del mundo”.

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