Era una mañana clara y sin nubes de la última semana de diciembre. Desde la oficina se observaba el Bosque de Chapultepec coronado por su castillo que fue donde, por orden de Porfirio Díaz, se instaló el primer elevador que existió en México.

Ingresé en una de las salas de juntas acondicionadas para recibir a los inversionistas de la casa de bolsa donde colaboro, tenía programada una reunión con Don Miguel que iba acompañado de su hijo.

-Don Edgar, he visto muchos videos en Internet sobre inversiones y lo que en un inicio era curiosidad, ahora se volvió miedo. Así que le pregunto, ¿cómo saber qué información financiera es confiable?

Don Miguel es un hombre de 63 años que tomó la decisión de jubilarse como técnico en electricidad. Al igual que para muchos mexicanos, el trabajo arduo y el ahorro constante le permitieron construir el patrimonio de su vida.

Señor Arenas, encontré un artículo suyo en la revista Forbes México que hablaba sobre el interés compuesto y he decidido invertir mi dinero, mi problema no es mi escaso conocimiento sobre inversiones, el problema es que al buscar información ya no sé qué puede ser confiable y qué no lo es.

¿Te perdiste este texto?: Estas tres decisiones financieras definirán tu vida en 2024

Hace unas semanas veía con incredulidad en mi cuenta de Facebook un video donde aparecían varios de los empresarios más importantes de México que invitaban a invertir a través de una aplicación con la promesa de convertir una módica cantidad de dinero en una suma millonaria con sólo hacer clic en un ícono del teléfono celular, así que las inquietudes que me compartía Don Miguel me parecían sensatas. 

Mientras escuchaba sus dudas mi cabeza rebobinaba el recuerdo de un email que llegó a mi bandeja hace años donde un príncipe africano prometía entregarme una parte de su fortuna familiar siempre y cuando le enviara una cantidad de dinero para que él pudiera rescatarla de su país gobernado por una tiranía. Los fraudes financieros no son nuevos, pero la inmersión digital los ha vuelto más comunes. 

Lejos quedó la imprenta que Johannes Gutenberg inventó y el momento en que Lutero puso a prueba la paciencia papal cuando imprimió biblias para todos en un idioma diferente al latín. Desde entonces, la información se democratizó con la máxima consigna de que el usuario es el responsable de utilizarla con prudencia. 

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La información a la que hoy tenemos alcance nos ofrece grandes oportunidades, pero también existen grandes riesgos. Un ejemplo es la inteligencia artificial que puede ser utilizada por bribones como el ejemplo del video que comenté en párrafos anteriores. Lo que vemos y escuchamos ya no es sinónimo de ser verdad. 

Las redes sociales se han inundado de videos de quienes se dicen especialistas en inversiones y que prometen en unos cuantos segundos compartir un consejo millonario que transformará nuestras vidas. 

Sería injusto encasillar a todos los desarrolladores de contenido financiero en la misma caja destinada a los engañabobos, pero hay que ser muy selectivos. En materia de dinero es bueno confiar, pero es más bueno desconfiar. 

Esta es otra columna imperdible: Cómo invertir con un margen de seguridad

¿Qué podemos hacer para no caer en una trampa que comprometa nuestro patrimonio? Mis recomendaciones para seleccionar la información van de la mano con el sentido común:

  • La información más confiable es la que proviene de las entidades reguladoras (SHCP, Banco de México, Comisión Nacional Bancaria y de Valores, CONDUSEF, AMIB, AMAFORE, CONSAR Y CNSF).
  • Si la información proviene de alguna institución que promueva algún producto o servicio financiero, debemos corroborar que la institución esté autorizada y regulada en México a través de la CNBV.
  • Si la información procede de alguna persona sin vínculo con alguna entidad regulada, es importante revisar su historial y examinar los comentarios de otros usuarios. En mi experiencia Linkedin ha sido una herramienta donde he podido examinar con detalle el perfil profesional de muchos generadores de contenido financiero. Un verdadero especialista no es ningún improvisado.
  • Ingresar en foros de discusión es una herramienta muy valiosa porque encontraremos los comentarios de usuarios que pueden validar o desmentir nuestras inquietudes. 
  • Desconfiar de quien prometa altos rendimientos. En el mercado de valores los rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros. Es imposible predecir el comportamiento de cualquier activo financiero y los rendimientos altos van a acompañados de riesgo y/o volatilidad.
  • No existen resultados que transformen la vida financiera en el corto plazo. No hay excepciones, cualquiera que prometa lo contrario está mintiendo.
  • Nadie debería ofrecernos un activo de inversión sin antes conocer nuestro objetivo, horizonte temporal, necesidad de flujos de efectivo, experiencia y propensión al riesgo. Cualquiera que nos proponga una inversión sin antes conocer nuestro perfil de inversión es una bandera roja. 
  • La fama no es sinónimo de conocimiento. Nadie debe tomar una decisión financiera con base en el número de seguidores de un influencer o de los “likes” que tenga alguna publicación. 

* Edgar Arenas Sánchez es economista, gerente comercial en una casa de bolsa en México, profesor de economía bursátil en la UNAM, blogger de Rankia México y autor del libro “Invirtiendo y entendiendo”, reconocido por la Universidad Anáhuac, universidad de Cantabria y Santander Financial Institute como mejor asesor de inversiones en 2020 y 2021.

Twitter: @garoarenas
LinkedIn: Edgar Arenas
Email: [email protected]

Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

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