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Conviértete en un buen jefe: evita estos errores
Reconoce a las personas cuando hacen las cosas bien y recompénsalas, no siempre es necesario que sea con algo material, el salario emocional es importantísimo.
Si el ambiente laboral está tenso, es por un mal liderazgo. Un buen líder permite que el ambiente fluya y las personas se integren. Es apoyador, claro, amable y congruente.
¿Pero qué sucede cuando no es así? Seguramente te ha pasado que el ambiente es pésimo, que la gente está molesta, que no sabe qué hacer, o que algunos jefes no son claros en dar órdenes. Este tipo de problemáticas son clásicas en lugares donde existe un mal liderazgo. Aquí cinco errores clásicos que debes evitar:
1.- Mala o nula visión periférica de lo que implican, las tareas solicitadas.
La problemática más común a nivel organizacional. Un buen líder debe tener un panorama general de las situaciones y de lo que las acciones que está solicitando a sus empleados implican. Cuando no es así, se dan roces frecuentes entre las áreas, por fechas de entrega o por problemáticas en los procesos. Si quieres ser un buen líder siempre contempla lo que implica para cada área aquello que solicitas.
2.- Baja inteligencia emocional y mala conducción con sus empleados: Gritos y/o explosiones
Un líder que no sabe cómo conducirse a nivel emocional, normalmente generará problemas. Esto es propio de personas que se ven sobrepasadas por el estrés, la frustración o el sentir incompetencia. Una persona con dominio de la situación responde tranquilamente incluso ante problemas complejos. Perder la cabeza, gritarle a un colaborador o explotar jamás solo generará un pésimo clima laboral.
3.- Falta o falla de expectativas claras: Los empleados no saben bien que es lo que quiere el jefe.
Explicar todo con manzanitas y no dar cosas por sentado, hará que seas un mejor líder. No escatimes en preguntar a la gente a tu cargo si todo les parece claro. Genera siempre un ambiente donde se pueda preguntar sin miedo, sé paciente, claro y contundente con tu comunicación. Haz espacio para que las personas se acerquen a ti con confianza y privilegia de ser posible explicar cosas en el uno a uno. De esa forma las personas se sentirán más cómodas con su trabajo y contigo como jefe.
4.- Falta de conocimiento de las habilidades y talentos de su equipo
Si algo mata a un equipo es desconocer sus fortalezas, someterlos a actividades que no son para ellos, ya sea que estén muy por encima o muy por debajo de sus capacidades, puede generar frustración o aletargamiento en el equipo. Procura utilizar a tu equipo en cosas que les permita crecer, estirarse y sobre todo que sean alcanzables, de esta manera sabrás aprovecharlos mejor.
5.- No ofrecer retroalimentación, reconocimiento o recompensa por el trabajo
Muchas veces los empleados, y sobre todo los nuevos, van resolviendo el día a día sin retroalimentación de su caminar en la organización, esta situación genera normalmente que las personas se sientan a la deriva. Recuerda que cada empresa tiene su forma de hacer las cosas y en ocasiones esto puede impactar al empleado, siempre di lo que tú como líder esperas de un trabajo bien hecho. Reconoce a las personas cuando hacen las cosas bien y recompénsalas, no siempre es necesario que sea con algo material, el salario emocional es importantísimo. ¡Recuerda que un buen líder escucha y cuida a su equipo!
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