Jóvenes e impetuosos o maduros y cautos, las combinaciones relacionadas con la edad no siempre aplican igual en todos los casos.   Seguramente te has preguntado ‘¿cuál es la edad perfecta para iniciar un negocio?’ Una pregunta que ha sido respondida de diversas formas por especialistas de todo el mundo. Expertos y académicos han estudiado y levantado encuestas para tratar de determinar cuál es la edad perfecta para emprender un negocio. Los resultados han sido muy variados. Hay quienes ubican la edad perfecta para iniciar una empresa a partir de los 35 años,  pensando en que a esa edad se cuenta con conocimientos, experiencia, paciencia y madurez suficiente para alcanzar el éxito. Sin embargo, eso no aplica para Mark Zuckerberg, Steve Jobs o Bill Gates, quienes fundaron sus compañías (Facebook, Apple y Microsoft, respectivamente) promediando 20 años de edad. Así, una firma consultora (cuyo nombre no importa, porque no es cuestión de quien lo diga) fijó la edad ideal en América Latina para iniciar una empresa en los 38 años. Esto, luego de que las personas han acumulado conocimientos, contactos y hasta dinero. Otros se han aventurado a fijar la edad perfecta para iniciar un negocio entre los 20 y los 30 años de edad, por la energía, entusiasmo y empuje de los jóvenes. Pero ¿qué hay de esa enorme cantidad de empresarios que han fundado grandes firmas después de los 30, 40 o 50 años de edad? Hay quienes dicen que tener éxito en los negocios es cuestión de suerte, pero si esto fuera así plenamente ¿en dónde queda el valor que se le da a la experiencia y la capacidad analítica que muchas veces es necesaria para un negocio? Adeo Ressi, fundado de Founder Institue, una de las aceleradoras de startup más grandes del mundo, afirma categóricamente que “es errónea cualquier tesis sobre la edad cumbre de un fundador”. Entonces, ¿cuál es la edad correcta para iniciar un negocio? Definitivamente no hay una edad determinada para hacerlo. A lo largo de mi carrera como periodista he conocido directamente historias de éxito de personas que van desde los 17 años hasta los 65 años de edad. Y también he leído infinidad de historias y biografías de empresarios que han empezado a ganar dinero desde su adolescencia y otros que dieron el gran salto en su vida madura. Un ejemplo claro de jóvenes emprendedores es el caso del estadounidense Michael Sayman, quien a sus 16 años ya es millonario, luego de diseñar una aplicación que vende en la tienda virtual de Apple. Caso similar es el del británico Nick D’Aloisio, de sólo 17 años, quien también se hizo millonario con una aplicación diseñada para iPhone. Otra muestra de emprendedores jóvenes es la de John Davison Rockefeller, uno de los millonarios más famosos en la historia, quien emprendió su primer negocio a los 19 años de edad con sus ahorros y dinero que pidió prestado con intereses a su padre. Más tarde se convirtió en el hombre más rico del mundo, durante el siglo XIX. Del lado de los emprendedores maduros con éxito tenemos al creador de Twitter, Evan Williams, quien emprendió su red social a los 35 años de edad, en el 2007, o que tal la periodista y escritora estadounidense Arianna Huffington, quien fundó a los 54 años de edad uno de los diarios online más importantes de Estados Unidos, The Huffington Post. Como puedes ver, la edad no importa para emprender. Lo que realmente interesa es que empieces, la edad es irrelevante.  Todos, adultos, jóvenes y niños tienen la oportunidad de triunfar en el mundo de los negocios y también las mismas posibilidades de fracasar, pero eso sólo se descubre emprendiendo. Indudablemente la experiencia de las personas ayudará mucho a un negocio, pero no es determinante para alcanzar el éxito. Ánimo, señores, señoras, jóvenes, jovencitas, adolescentes, niños y niñas, lo que realmente importa es intentarlo. La tarea de emprender es difícil, pero la decisión es de cada quien. Contacto: Twitter: @elopez_loyola Email: [email protected] Email: [email protected] *Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.

 

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