Shenzhen, China.- Lejos quedaron los tiempos en que Oppo fabricaba reproductores de música MP3, sin embargo, en el ADN de la compañía la innovación sigue siendo uno de sus principales genes, algo que la llevó a entrar al negocio de los smartphones y competir con otros gigantes como Samsung o Apple.

Y es que la compañía suma más de 91,000 solicitudes de patente desde 2004 a la fecha, además de tecnologías que van más allá de los teléfonos, desde cargas super rápidas que no sacrifican la vida de las baterías, hasta prototipos de lentes de realidad aumentada, además de tener presencia en más de 60 países.

Fue hasta 2008 cuando lanzó su primer teléfono y tres años más tarde su primer smartphone, construyendo una marca con base a la innovación, algo que en 2020 la llevó a ser líder en el mercado Chino, desde entonces cada trimestre se ubica en los primeros lugares de venta en el país asiático.

Pero también se ha abierto paso en el mundo para competir al tú por tú con empresas como Apple o Samsung; de hecho, al cierre del segundo trimestre del 2023, 10 de cada 100 teléfonos comercializados en el mundo pertenecían a Oppo, posicionándose como el cuarto fabricante a nivel mundial, con una participación el 10%, según Counterpoint.

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Así son las entrañas de Oppo, “son como nuestros bebés”         

Forbes México logró acceder al corazón y cerebro de la compañía en las ciudades de Shenzhen y Donggaun, lugares donde no solo planea sus estrategias de negocio para seguir creciendo en el mercado, sino también donde diseña, fabrica y prueba los dispositivos que lanza a la venta.

Planta de Oppo en China Foto: Oppo

A casi una hora del llamado Silicon Valley chino está una de las plantas de la compañía, donde se ensambla uno de sus teléfonos insignia, el plegable Find N3 Flip. Se trata de una combinación de proceso automatizados donde robots hacen las placas e instala todos los microchips, mientras que en otro proceso casi artesanal las manos de las personas son las que terminan de dar forma a los teléfonos.

El lugar parece un laberinto de pasillos blancos y grises. Para acceder a las líneas de producción hay de desprenderse de cualquier dispositivo electrónico, ponerse una cofia y bata, protectores de calzado y pasar por una cámara de aire para evitar que motas de polvo entren a la zona donde se ensamblan los equipos.

Todo parece una cocina impoluta que trabaja con la precisión de un reloj suizo, casi de forma artesanal uno los empleados realiza una tarea en particular hasta dar forma a un smartphone nuevo. Unos instalan las tarjetas madre y microchips, y otros los componentes de audio y los módulos de cámaras, incluso hay personas que solo tienen que quitar los plastiquillos azules que protegen los componentes.

El trabajo se hace en silencio, iluminados por lámparas de luz blanca que recuerdan a un quirófano de hospital. En total, el Find N3 Flip requiere 170 procesos. El ingeniero a cargo dice que hacer un plegable es 2 o 3 veces más difícil que uno normal, que solo requiere alrededor de 128 pasos. La línea es capaz de producir cuatro teléfonos por minuto, durante jornadas de 8 horas, algo así como 6,000 al día.

Forbes México pregunta a uno de los trabajadores qué siente al hacer con sus manos el plegable más exitoso en China y clave en la estrategia de Oppo a nivel mundial. Por primera vez en todo el recorrido el hombre sonríe, por un instante titubea, al final solo suelta una frase: “Estamos muy orgullosos, porque son como nuestros bebés”.

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Línea de ensamble de Oppo Foto: Oppo

Golpes, caídas, lluvia y pliegues, las pruebas antes de salir a venta

En otro extremo de la planta está el Reliability Lab, lugar donde la compañía pone a prueba cada nuevo modelo para garantizar que a la hora de salir al mercado los clientes adquieran un producto fiable.

Por ejemplo, en el caso del Find N3 Flip, los ingenieros sometieron decenas de teléfonos a 20,000 pliegues diarios, simulando el uso de una persona, en diferentes temperaturas o condiciones de humedad; algo que le permite asegurar al fabricante que su equipo tiene una vida útil de más de 600,000 dobleces.

Simulación de lluvia Foto: Oppo

Sin embargo, no es lo único por lo que pasan sus teléfonos, también tienen cámaras donde simulan lluvia y salpicaduras, entre otros factores, para que aprueben las certificaciones de resistencia contra el agua; en otra parte, maquinas tuercen los smartphones para simular presiones en los bolsillos de las personas.

La compañía también busca saber la resistencia de sus equipos ante golpes, simulando caídas desde el bolsillo de las personas a distancias de 1.2 o 1.5 metros en todos los ángulos y vértices de los smartphones sobre placas de mármol o al azar en máquinas que giran una o otra vez azotando los equipos para averiguar sus posibles daños.

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El fabricante chino prueba miles de veces la durabilidad de sus centros de carga con robots que imitan una y otra vez los posibles usos de las personas; incluso, también lo hace de manera manual, donde sus empleados hacen esta tarea para garantizar que los teléfonos puedan tener una vida útil más larga.

Prueba de botones Foto: Oppo.

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