La fortaleza exhibida por el peso, en su cierre al 2022, ha sido plenamente reconocida en los mercados internacionales, pero admitida con reticencia en algunos sectores de la política económica nacional.

El peso mexicano ha sido la divisa más apreciada, algo que pocos de los actores económico financieros desean mirar, todavía menos reconocer como un mérito de la política financiera del presidente Andrés Manuel López Obrador, ello en contraste con el afán de atribuir reconocimiento o crítica, por la misma razón, a otros mandatarios. Como durante décadas consignaron con un elemento negativo de otros presidentes aun cuando el mismo caudal de variables complejas esté y estuviera relacionado en unos y otros casos.

Antes que admitir virtudes internas, atribuyen los resultados a la debilidad de las otras monedas, argumentan factores externos e incluso señalan los logros como un factor pasajero.

Contrario a los vaticinios de los opositores, principalmente desde los actores que auguraban una caída de la moneda hasta alcanzar, incluso, los 35 pesos por dólar, el panorama es muy diferente: el peso gana terreno frente a la divisa estadounidense.

Las instituciones británicas HSBC y Barclays estiman que el llamado superpeso — la segunda moneda con mejor desempeño del año que terminó, sólo detrás del rublo ruso— será más poderoso durante este 2023. 

Esta apreciación es un indicador que no sucedía en medio siglo, como lo dijo el presidente, desde tiempos del Milagro Mexicano, que entre 1954 y 1970 favoreció la eliminación de topes económicos como la inflación, devaluaciones o el déficit en la balanza de pagos.

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La moneda nacional acumuló en 2022 una ganancia de 4.4% frente al nivel de 20.35 que tenía en noviembre de 2018, antes de que se diera el cambio de régimen.

Analistas internacionales atribuyen la estabilidad del peso a la confianza de los inversionistas extranjeros ante unas finanzas públicas sanas, mayores tasas de interés de Banxico, remesas familiares, mayores reservas internacionales y las exportaciones.

El mismo Bank of America lo promociona como la apuesta de divisas más atractiva en América Latina este año que comienza, es decir, confiabilidad a mediano y largo plazo como sinónimo.

Sin embargo, opositores sistemáticos a las políticas presidenciales desdeñan esta fortaleza y la atribuyen a factores externos o debilidad del dólar, en una estrategia de no reconocer los resultados de este gobierno.

Uno de los factores del que poco se ha hablado y reconocido es la disciplina en la distribución del presupuesto público, la austeridad republicana y el combate a la corrupción.

Cerrar la puerta a la corrupción ha permitido hacer más con menos, y parece demostrado que no es necesario el endeudamiento ni aumentar impuestos en la histórica pendiente cuestión de la ampliación de la base gravable, para fortalecer nuestra moneda.

Y queda la pregunta si nuestra mirada de lo que reconocemos está intuida no solamente por nuestros ahorros aquí o allá, o si no es nuestra postura político partidaria.

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Contacto:

Salvador Guerrero Chiprés es Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México.

TW: @guerrerochipres

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