Raquel Fernández Sánchez de 57 años, comerciante de artículos de papelería en el Centro Histórico de la Ciudad de México, confía que el último fin de semana previo al regreso a clases presenciales impulse las ventas de su negocio.
Su local, ubicado en la calle Mesones, luce surtido: cuadernos, lápices, plumas, plumones, hule cristal, no obstante, le hacen falta los clientes.
“Mis ventas están lejos de ser las mejores, he vendido sólo 10 cuadernos hasta mediodía y es sábado; yo calculo que hemos vendido sólo un 20% de lo que invertimos para esta temporada”, dijo Fernández Sánchez el pasado 21 agosto.
Y aunque las ventas tienen días mejores y otros de plano muy malos, la comerciante confía que último sábado y domingo del mes, los padres de familia se decanten por mandar a sus hijos a la escuela con útiles nuevos.
“La venta ha estado muy flojita, yo ruego a Dios que este fin de semana haya más flujo de mercancía; invertimos bastante como para que se quede”, expuso la comerciante a Forbes México.
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El cambio es radical, mientras que en 2019 con el COVID-19 lejos de impactar en México, los comerciantes de artículos de papelería sabían que el inicio de nuevos ciclos escolares implicaba buenas ventas.
“Aquí era imposible caminar, todos los días había buenas ventas; ofrecíamos buenos precios y era negocio, la gente venía porque tenía que surtir hasta cuatro listas de útiles, ahora yo veo temor y mucha incertidumbre”, señaló Viviana Alcántara, comerciante de la calle Soledad.
De acuerdo con la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México, en agosto de 2020 las ventas obtenidas por el sector descendieron 2 mil 621 millones de pesos, es decir, una caída del 48% respecto a 2019, cuando las ventas se ubicaron en los 5 mil 40 millones de pesos.
Y es que los padres de familia aún, a días de comenzar el ciclo escolar 2021-2022 de manera presencial, están en la disyuntiva de mandar o no a sus hijos a la escuela ante el repunte de contagios por COVID-19.
Leticia Flores Ortega, vecina de la colonia Doctores, en la Alcaldía Cuauhtémoc, tiene dos hijos: Eduardo de 12 años que iniciará la educación secundaria y Sofía, de 3 años, que ingresará a su primer año de preescolar.
Aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) estableció que no era necesario comprar nuevos útiles escolares para el ciclo 2021-2022, para la educación secundaria recomienda la compra de cuadernos por cada una de las asignaturas; lápiz, un bicolor, una pluma y un marcatextos; sacapuntas, goma para borrar y tijeras, lápices de colores; lápiz adhesivo; juego de geometría y una calculadora básica.
-“La calculadora va a ser heredada por uno de los primos de Eduardo quien decidió ya no estudiar la universidad”, contó Leticia.
Desde 2019 no surte útiles escolares para Eduardo ya que durante 2020, con las clases a distancia, reutilizó parte de sus cuadernos.
“Sólo voy a comprar la mitad de lo que nos piden como útiles; no creo que se sostenga todo el curso de manera presencial”, advirtió Leticia a Forbes México.
-¿Confías en los protocolos que la SEP ha establecido para el regreso a las escuelas?, se le cuestionó.
-Yo sólo sé que tengo dudas; yo quisiera que los vacunaran y poder estar más tranquila, pero pues hay que comprar los útiles mientras nos aclaran en la escuela”, dijo.
-¿Eduardo tiene miedo de regresar a la escuela?
-No, él quiere y le emociona estar aquí en los útiles, pero no vamos a gastar tanto”, contestó.
Para los uniformes escolares la medida es aún más drástica pues la SEP permitirá que los alumnos acudan sin él.
César Ángulo, quien vende uniformes en la calle Mesones, es el que con más impacto ve la temporada ya que sus ventas, dice, son fuertes y vive con deudas.
“No hay necesidad de comprar la camisa y el pantalón”, es una temporada difícil para mi”, comenta mientras exhibe las prendas.
El retorno a las aulas será el próximo lunes 30 de agosto a nivel nacional.
Y aunque diversos organismos de la sociedad civil han pedido a la SEP un análisis con mayor mesura de los riesgos que conlleva la medida, la única certeza que perdura es que no habrá marcha atrás en los colegios.
