Emprender un negocio no es nada sencillo, todavía mucho más complicado en entornos de crisis, incertidumbre e inflación como los actuales. Aún en las mejores condiciones abrirse paso ante la competencia, iniciar una aventura disruptiva, dar pie a la creatividad, la innovación, desarrollar nuevos mercados o tan solo crear un nuevo producto resulta muy complejo y demandante.
Sin duda, cualquier emprendedorX sabe a que me refiero. Cuando comienzas todo es expectativas, buenos deseos, un momento de encuentro con tus sueños, pasos hacia la libertad para administrar tu tiempo, la independencia económica y hacer que tus ideas y planes funcionen, sean rentables y paguen los esfuerzos que has puesto en ellos.
Sin embargo, lXs emprendedorXs enfrentarán un camino lleno de tropiezos, tendrán que pasar por muchos obstáculos, aguantar los embates de la corrupción, el papeleo inútil y las complicaciones burocráticas.
Antes de ver la luz, muchas ideas tendrán que pasar un complejo proceso de maduración, ajuste, bajos ingresos y muchos retrasos, inconvenientes e imprevistos que se presentarán todos los días.
Por eso resulta conveniente, hacer una actualización de que significa ser emprendedor, que costos y desafíos implica y -muy importante- como no perderlo.
Utiliza el máximo de previsión y prevención. Casi todos los emprendedores tendrán que enfrentar múltiples obstáculos para los cuales deben estar prevenidos, los trámites pueden alargarse, es posible que no consigas la mejor ubicación; tu capital de trabajo puede acabarse antes de tiempo y los gastos, el pago de nóminas, impuestos, licencias, materias primas, créditos o personal puede meterte en aprietos.
Por lo tanto, siempre mantente en el peor escenario, prepárate para resistir la escasez, para ajustar tu estilo de vida hasta cuando al fin tu aventura emprendedora sea rentable, no festejes antes de tiempo, asegúrate, necesitas que tus bienes y tus propiedades no se pierdan.
Revisa todo lo que puede salir mal, se meticuloso para encontrar todas las objeciones, los inconvenientes, el desgaste diario. Incluso piensa en tu salud, prepárate mental y físicamente, la presión, las responsabilidades pueden quebrar a cualquiera.
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Estoicismo y resiliencia. Tendrás que adaptarse muy rápidamente a cambios profundos, forjar nuevos hábitos, renunciar a muchas cosas e incluso hasta postergar o afectar tus relaciones personales, un nuevo negocio suele ser muy demandante.
Encuentra formas de estar bien contigo y con tu circulo de apoyo, el mundo de la empresa es un ambiente de tensión, con problemas permanentes, de toma de decisiones, manejo, control, situaciones inéditas y debes estar siempre listX para superarlas.
El emprendedor requiere de su carácter, fuerza, dominio y autodisciplina todos los días. Lee, repasa, medita, involúcrate y aliméntate de fortaleza interior. Superaras las dificultades y la adversidad, aun cuando estas lleguen si es que te has preparado y listo para afrontarlas.
Motivación y automotivación. Ser emprendedor requiere de confianza, fe, seguridad en ti mismo, eso nunca esta de sobra. No es fácil presentar una nueva idea, hacer que la gente cambie su forma de pensar o que acepte que puedes hacer mejor las cosas u ofrecer un servicio de mejor y mayor calidad.
Es una responsabilidad enorme la carga emocional de un negocio. Con frecuencia sueles cargar con la esperanza, las expectativas y los buenos deseos de quienes te apoyan. No puedes doblarte, ni quebrarte, no dejes que un inconveniente se haga una derrota.
Siempre lucha, no te desanimes, aprende, comparte, procesa, minimiza y canaliza tus frustraciones. Sé un optimista maduro, siempre oirás críticas, burlas, “consejos” que no pediste.
El emprendimiento es el terreno de los rechazos, las puertas cerradas, las reuniones de negocios a medias, los desalientos, los retrasos, que nada de eso merme tu energía, toma notas de todo eso y mejor úsalo en tu favor. Aprende de tus fracasos y nútrete de tus logros por pequeños que sean.
Adaptación y aprendizaje. En cada paso de la vida hay una lección; si tienes que mejorar tu producto, cambiarle los colores, usar mejores materiales, fabricarlo más rápido, cambiar de modelo, hazlo si de ello depende que abras una oportunidad de venta.
Si te dicen que debes cambiar tu presentación personal, escucha con atención, evalúa, analízate tú mismX y aprende. Ajusta el tono de voz, usa un mejor discurso, acomoda tus ideas y enfatiza las ventajas comparativas de tu producto, haz valer tu marca y usa una estrategia de mercadotecnia personal.
Aprende a ser flexible sin perder tu esencia, muchas grandes ideas pueden ser mejoradas, algunos ajustes a la receta, nuevos métodos, una pizca de creatividad, un negocio nunca debe estar cerrado a la innovación ni a la mejora.
Agradece siempre y aprecia el apoyo que tienes. Ser emprendedor significa luchar todos los días, ser rechazadX, criticadX, evaluadX en cada paso que das. Es una vida dura y compleja, abrázala y siempre reconoce a quien sigue contigo a pesar de todas tus penurias.
Con frecuencia tendrás que renovarte y sanar. No siempre habrá clientes a la puerta, muchas veces los tratos se caerán en el último minuto, ahí encontrarás el valor de la confianza; se pondrán a prueba la verdadera solidaridad, la auténtica esperanza, la fe y la creencia en un mejor futuro.
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